— ¡Seis!
La cuerda del yoyo se enroscó al rededor de la cintura de Coeur Brisé, tirando de ella para alejarla de sus víctimas. Al estrellarla contra el muro contrario, sus tres oponentes cayeron al suelo. Horrorizada, Sabrina retrocedió y soltó un alarido, sin poder creer que su mejor amiga se hubiese convertido en semejante monstruo. Nino quedó aturdido por unos segundos, sintiendo que dos hilos de sangre brotaban de su nuca. Alya fue la única que pudo reunir la fuerza suficiente para levantarse.
— ¡Cinco!
Manteniendo aún aferrada a Coeur Brisé, Chat Noir buscó dentro del aula hasta encontrar la cinta adhesiva perfecta para atar de pies y manos a su enemiga. Ladybug la liberó, haciéndola caer de bruces.
Acto seguido, Ladybug pasó de largo frente a su mejor amiga. Ante los balbuceos de Alya, y mientras Chat Noir retiraba el escritorio que bloqueaba la puerta, Ladybug sólo dijo:
—Cuiden a Sabrina, y aléjense tanto como puedan de este lugar.
— ¡Marinette, espera!
Alya intentó atrapar a su amiga, sin poder impedir que la chica enmascarada y su compañero salieran al campo de batalla. Ya luego tendrían tiempo para los interrogatorios.
Abajo, entre su congregación de futuros cadáveres, Plume Mortelle decidió hacer su espera mucho más interesante. Con su aterradora mirada, buscó a la víctima perfecta. Chasqueó los dedos para que dos de sus cuervos acudieran al llamado, tomando a Rose por los hombros y dejándola a los pies de la sádica mujer.
Rose se deshizo en un grito de terror.
— ¡Cuatro!
Dirigió la punta de su dedo índice hacia Rose, apareciendo una esfera de luz de color rojo que hizo contraer las pupilas de la pobre chica. Juleka intentó levantarse para salvar a su amiga, sin contar con que los cuervos no estaban dispuestos a permitir que alguien interfiriera.
— ¡Tres!
La luz roja fue ganando intensidad. Rose se habría arrastrado hacia atrás si tan sólo sus músculos no la hubieran traicionado en el último momento. Su cuerpo entero quedó paralizado. Incluso perdió la capacidad de seguir gritando, quizá deduciendo que algo así sólo deleitaría mucho más a Plume Mortelle.
— ¡Dos!
Las angustiosas miradas de todo el cuerpo estudiantil comenzaron a buscar en cada rincón, sin encontrar a la chica enmascarada. El director Damocles estaba tan desesperado como el resto de los estudiantes bajo su cargo.
Alya salió de su escondite, junto con Nino y Sabrina. Sus miradas se cruzaron con la de Lila, justo al otro lado del pasillo, quien sólo miraba hacia abajo con temor sin dejar de aferrar el Miraculous falso.
— ¡Uno!
Rose cerró los ojos para recibir el impacto. Sin embargo, el sonido de un maullido llamó su atención. Sus pupilas se contrajeron mucho más al percatarse de que Chat Noir se encontraba en la baranda, justo detrás de la mujer de las imponentes alas.
—Eres un pajarraco travieso, ¿no es así?
Todos guardaron silencio.
Esbozando una sádica sonrisa, Plume Mortelle giró con violencia disparar la luz que brotó una y otra vez de su dedo índice. Chat Noir echó a correr sobre la baranda para esquivar cada uno de los disparos, que causaban explosiones y dejaban los restos podridos y oxidados. La destrucción surtió efecto, pues nadie se percató de que el yoyo se enroscó alrededor del cuerpo de Rose, para tirar de ella y llevarla a los brazos de la chica enmascarada.
Y entonces, la voz de Kim saboteó el factor sorpresa.
— ¡Es Ladybug!
La aludida apenas pudo cubrir a Rose con su cuerpo, protegiéndola de una onda expansiva causada por las explosiones. Ambas cayeron al suelo, detonando el caos y la ira de Plume Mortelle. La ráfaga de plumas afiladas voló hacia Ladybug, quien hizo girar su yoyo a gran velocidad para bloquear el ataque. Con cada paso que Ladybug daba hacia adelante, las plumas salían disparadas en todas direcciones. Sin embargo, a Plume Mortelle sólo le importó aumentar la intensidad de su técnica. Alix soltó un grito cuando seis plumas se incrustaron en su brazo derecho.
La voz de Ladybug no se hizo esperar.
— ¡Chat, has que todos salgan de aquí!
— ¡A la orden, Bugaboo!
Al escuchar esas palabras, Alya decidió olvidar las instrucciones de su mejor amiga. Sin importar cuánto insistió Nino en llamarla con desesperación, la chica de las gafas corrió hacia uno de los boquetes que quedaron tras las explosiones. Saltó y tuvo una caída perfecta. Logró esquivar las plumas asesinas, hasta reunirse con el gato negro que combatía contra los cuervos que pretendían bloquear el paso. Resuelta, Alya cambió la dirección de sus pasos hacia el almacén de mantenimiento. Encontró lo que buscaba, y sonrió.
En el campo de batalla, Ladybug tomó una decisión extrema. En un movimiento fugaz, dejó de girar el yoyo y lo lanzó hacia el techo de la escuela, impulsándose para saltar y atacar con una patada certera en el estómago de su enemiga. Plume Mortelle logró atrapar los tobillos de la chica, haciéndola girar y lanzándola hacia los aires. Ladybug consiguió esquivar una esfera de luz que bien pudo haberla aniquilado. Lanzó su yoyo como proyectil, topándose con el truco bajo la manga de su contrincante. En un parpadeo, Plume Mortelle desapareció. Ladybug sólo pudo sentir el golpe sentir el golpe en el centro de su espalda, antes de caer de nuevo. Fue lo suficientemente hábil como para lanzar su yoyo una vez más. A pesar del golpe en su espalda, logró maniobrar en los aires para volver a la contienda. Intentó dar un puñetazo, sintiendo cómo su cuerpo quedaba paralizado en la nada. Incluso su respiración se detuvo por un instante.
Aún desde la baranda, Sabrina y Nino observaron con temor cómo Coeur Brisé surgía de nuevo, sin ataduras de ningún tipo y dispuesta a aniquilar de una vez por todas a la heroína de París.
Lila pudo observarlo también, retrocediendo temerosa y manteniéndose oculta de los ojos asesinos de las bestias sanguinarias.
Abajo, Chat Noir se llevó una gran sorpresa cuando las ráfagas de agua se deshicieron de todos los cuervos. Al mirar en la dirección desde donde llegaron, se topó con que Alya estaba dejando caer un par de mangueras. Compartieron una sola mirada, sin atreverse a decir más. Ella aún estaba confundida. Él no estaba seguro de sentirse cómodo con la idea de que sus amigos supieran su secreto.
Para aliviar todas las tensiones, Chat Noir se hizo cargo sólo de su misión. Abrió de par en par la puerta del colegio, dejando el paso libre para que todos los rehenes escaparan. Su oído subdesarrollado le ayudó a actuar premeditadamente, tomando a Alya por el brazo para ocultarla detrás de él y así hacer girar su vara para bloquear la ráfaga de plumas afiladas que llegó al instante. Eso no pudo ayudar a que algunos alumnos sin nombre cayeran con las plumas incrustadas en su espalda. La sangre pronto comenzó a correr. Los alaridos de terror taladraban en los oídos de la chica de las gafas.
Sólo están heridos, pensaba Chat Noir con desesperación. Sólo están heridos... Sólo están heridos...
— ¡Chat Noir, mira allá arriba! ¡Ladybug tiene problemas!
El chico agradeció que Alya no lo llamara por su nombre.
La chica tenía razón. En los aires, Ladybug fue sometida por los poderes de Coeur Brisé.
Tras contemplar su obra de arte en la puerta del colegio, Plume Mortelle dirigió su dedo asesino hacia Ladybug. Lo posó justo debajo de su barbilla y la obligó a levantar su mirada. La afilada uña de Plume Mortelle era una amenaza latente, a pesar de no ser usada para amedrentar al enemigo.
—Tardaste mucho en aparecer, Ladybug —dijo la mujer—. ¿Estabas escondiéndote de mí?
—Deja que pueda moverme, si tienes las agallas de luchar con honor.
Plume Mortelle rió con frialdad.
—Parece que te has convertido en un insecto inútil, Ladybug... ¿Dónde está tu mascota?
— ¡Justo detrás de ti!
Plume Mortelle no pudo hacer nada para esquivar las manos de Chat Noir. El Cataclism se adentró en sus alas, destruyéndolas y reduciéndolas a cenizas. Eso fue lo único capaz de hacer que Plume Mortelle cayera. Viendo a su cómplice vencida, Coeur Brisé concentró más energía en Ladybug. La respiración de la chica del traje rojo volvió a cortarse. Chat Noir se preparó para golpear también a Coeur Brisé, deteniéndose al escuchar el alarido de Sabrina.
— ¡Chloé, detente!
Algo en aquella súplica hizo que Ladybug cayera al suelo, recuperando al fin el aliento. Sintió las manos de Chat Noir y de su mejor amiga sobre su espalda, y se apartó de ellos para observar con sus propios ojos cuando Chloé cayó al suelo también, recuperando su aspecto natural sin que Plume Mortelle hubiera hecho la mímica de cortar su cuello, como en aquella noche en el anfiteatro. Chloé se quedó sin aliento, como un asmático sufriendo el peor ataque de la vida. Quedó inconsciente en ese momento, dejando que Ladybug pudiera respirar con normalidad a pesar de que la batalla aún no había terminado.
— ¡Chloé...!
— ¡Sabrina, no te acerques!
Ladybug se olvidó de todas sus molestias. Escuchó la alerta del anillo de Chat Noir, quien le dirigió una mirada de determinación mezclada con el arrepentimiento por haber desperdiciado su técnica especial. Con todo, el dúo imparable se colocó frente a Alya y avanzó hacia la mujer en cuya espalda ensangrentada había sólo un par de plumas que se movían como si la vida en ellas agonizara. Era la misma chica con aspecto bohemio que apareció en la panadería para llevarse a Nathaniel. Gemía lastimeramente, abrazándose a sí misma para intentar contener el dolor de su espalda.
Decidida, Ladybug dijo una única frase.
—Terminemos con esto.
Invocó a los poderes de su Lucky Charm, obteniendo sólo una botella cuyo líquido y su olor peculiar se delataron a sí mismos.
—Alcohol —dijo Chat Noir.
— ¿Qué se supone que haga con esto...?
— ¡Su espalda! —Exclamó Alya—. ¡Vacía el alcohol en su espalda!
La revelación del plan maestro quedó sólo como palabras vacías. Ni bien Ladybug dirigió su mirada hacia su contrincante, se percató de que Plume Mortelle ya se encontraba nuevamente en pie. Los ojos de a aterradora mujer se tornaron de color blanco para invocar ese pentagrama de color rojo que apareció en el suelo, y que disparó una onda de choque para sacar a Alya y a Chat Noir del campo de batalla. Extendió una mano hacia Ladybug, obligándole a elevarse de nuevo, sintiendo una mano invisible en su cuello. La botella cayó al suelo, partiéndose en mil pedazos. Todo lo que fue tocado por el pentagrama tuvo el mismo fin.
Chat Noir intentó acercarse, topándose con el escudo de energía del pentagrama que lo impidió. El anillo dio la segunda señal.
Sin más, Plume Mortelle buscó entre su vestido hecho de plumas, encontrando un enigmático bolígrafo de color dorado con el que escribió una única palabra en los aires, misma que quedó grabada con una estela de luz del mismo color.
Regeneración.
Las alas brotaron de nuevo en su espalda, ayudándole a elevarse en los aires para encarar a su rival. Posó una de sus garras sobre el pómulo de Ladybug, justo en el punto donde su piel se unía al antifaz.
—Tarde o temprano, infeliz... Tarde o temprano, revelarás tu identidad... Y ahí estaré yo para aniquilar a quien se oculta detrás de tu maldita máscara.
Con un fluido movimiento, causó un pequeño corte en el pómulo de Ladybug. La chica enmascarada se mantuvo fuerte, sin mostrar alguna señal de dolor. El hilo de sangre corrió por su mejilla.
Y una segunda revelación hizo mucho más grande el enigma.
El sonido de alerta de un Miraculous que está por perder su poder.
No brotó del anillo. Mucho menos de los pendientes. Fue un sonido que se desprendió de algún objeto oculto en Plume Mortelle.
La mujer liberó a Ladybug. Resuelta y expuesta, desapareció en pentagrama y se esfumó en una nube de plumas negras. Chat Noir corrió para atrapar a su amada, quien se alejó de él al instante para observar el campo de batalla, en busca de alguna señal que no pudo encontrar. Nino y Sabrina bajaron al fin, siendo completamente excluidos del trío que no se ocupó el corte que marcó el rostro de Ladybug. La chic sólo enjugó la sangre y, con la respiración agitada, sólo dijo:
— ¿Escucharon lo mismo que yo?
—Chloé volvió a la normalidad gracias al grito de Sabrina —dijo Alya.
Chat Noir, sin embargo, negó con la cabeza.
—Ese sonido... —dijo el muchacho—. Venía de Plume Mortelle...
Ladybug asintió.
En ese momento, la batalla perdida del dúo imparable dejó de parecer tan atroz, puesto que una revelación mucho más importante necesitaba ser expuesta.
Y fue Ladybug quien lo hizo ver.
—Ella también tiene un Miraculous.
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