Un fuerte olor a alcohol me hizo estremecer de pies a cabeza y junté mis cejas mientras empuñaba mis ojos al mismo tiempo haciendo una mueca de disgusto. Traté de abrir los ojos pero se me hacían pesados y esperé a un poco a desperezarme y suspiré.
Duré varios segundos estática y luego con gran esfuerzo abrí los párpados mirando todo a mi alrededor. Con lo primero que me había topado era con los ojos azules de William, quién me miraba con preocupación.
-Tess, ¿te sientes mejor?.- preguntó poniendo una mano en mi frente, lo miré y traté de recordar por lo que había pasado y lo que me había hecho demayar. Mi mente se quedó en blanco y no pude pensar en más nada, que en su seguridad. Cuando por fin me convenzo de que puedo estar con William y puedo llegar a tener algo con él, porqué de algún modo sé que me puede hacer feliz aunque se oiga estúpido. Pero es lo que siento en mi interior y nada ahora logra desmentirlo.
¿Qué pensará William si descubre que él es Noah?, y que fue novio mío antes de ser secuestrada por él o aún es mi novio, solo que le decorado unos cuernos bien grandes en su frente. Me siento tan mal.
Todo tipo de pensamientos se me pasaron por la mente y empecé a sudar en frío.
-estás otra vez pálida.- miró hacia atrás y habló.- más alcohol.- demandó, yo negué agarrando su brazo, por el cual llamé su atención al instante.
-estoy bien.- dije, me miró con compasión y se puso a un lado de mi, abrazándome.
-tranquila, estoy aquí.- traté de no sonreír pero mis comisuras se elevaron ante la ternura y suspiré. Pero esos pensamientos llegaban a mi nuevamente.
Si Noah esta aquí, Will pensará que quiero escaparme con él y todo lo que se había formado, el amor y las cosas bonitas, las matanzas pausadas o terminadas; va a colapsar todo dentro de él y no quiero que piense mal de mi. Pensará que lo contacté y en un tiempo traté de hacerlo pero ya quiero estar con William.
Lo que sospechaba, de que pasarían muchas cosas para que no estuviera con Will eran verdad. Y que me estoy apresurando con las palabras que digo. Pero vuelvo y repito, es una corazonada y eso nunca me falla.
Lo miré a los ojos y traté de buscar algún indicio de que estaba molesto, pero por el simple hecho de que estaba aquí abrazándome y preocupado por mi, desmiente aquél hecho. Aunque algo me dice que no es ese tipo de hombres, que solo por un error te abandona. No lo creo.
Suspiré y abracé si cuerpo uniendome con él en un abrazo flojo.
-el doctor insiste en que formamos algo.-lo miré a los ojos sin entender mucho, aunque las simples palabras de Will lo decían claro, pero estaba esperanzada de que no era eso, no por ahora.- Aquí.- pasó su mano por mi vientre y lo acarició mientras se le dibujaba una sonrisa en su rostro.- yo estaría muy feliz si fuera así.- me miró a los ojos, yo miré su mano quién estaba dando leves masajes.
-no creo que sea prudente por ahora Will, aunque si está hecho está hecho.- mis palabras lo bajaron de su nube pero esto no evitó que volviera a sonreír como si tuviera la esperanza de que eso sucediese.
Al parecer no sabe que es Noah el que esta en su jardín, pero si logra descubrir quién es en realidad, se armará algo feo entre estas paredes.
La idea me heló la piel al imaginar a alguno de los dos muertos o heridos, no quiero eso. Será mejor que trate de convencer a Noah de que se largue antes de que Will se dé cuenta, porqué si no estaré jodida.
No quiero que esto se pierda, siento que si lo traiciono o si hago como que si lo traicioné, todo lo que construí en estos meses se iría al caño. Aunque no es por lo que él quiera, porqué sinceramente no estaría amarrada a él solo por que le dé la gana al señor, sino por que yo quiero estar con él.
Y no quiero que esto se arruine.
Me sentí mal por Noah y quise estrellar mi frente contra la pared, al saber que lo hace por mí y eso no evita que me sienta culpable, me siento muy mal. Demasiado mal.
Siento que todo es mi culpa y lo es, aunque yo no supiera nada de lo que me pasaría, estoy tan confundida, no sé que pensar. ¿Cómo le diré a Noah que ya no lo amo?, que solo quiero que se vaya por que quiero a alguien más, ¡a la persona a quien más odiaba!, por la que empecé a tratar de montar un golpe de estado, a ese que mataba y torturaba a las personas que no estaban de acuerdo con él. Él está aquí porqué hace semanas le dije que aún lo amaba y que estaba secuestrada por el presidente.
Deben de imaginarse lo que siento, estoy entre miles de pensamientos, no sé que hacer.
Me siento tan culpable, este remordimiento va a acabar con mi corazón. ¿Cómo se lo digo?, ¿cómo lo hago sin lastimarlo?, aunque eso es imposible.
Que Dios me ampare y que por favor no se arme algo grande o sino me voy a morir. No soportaría eso, no soportaría que los dos me odien, aunque eso es casi imposible en la situación en la que me encuentro. Uno de ellos me va a odiar y pido a Dios que eso no sea verdad.
Necesito sacar esto que tengo dentro, quiero llorar por horas, no quiero salir, quiero desaparecer aunque fuera muy cobarde de mi parte. Algo malo va a pasar y no quiero, aunque es imposible, se huele a leguas el problemón que voy tener encima, o que tengo ya.
-quiero dormir un poco, ¿me dejas?.- intenté sonar suave lo cual logré, este asintió y me miró con suma calma.
-Está bien, cualquier cosa, llámame, estaré aquí.- me dió un corto beso en los labios y con una mirada de tranquilidad, asintió y caminó hacía la puerta, dejándome completamente sola.
Salté de la cama al ver que se cerraba y luego puse el seguro con el cuidado de que no se escuchara al otro lado.
Al hacerlo me tapé la boca y un sollozo me salió de la garganta y como si las lágrimas estuvieran acumuladas hace mucho salieron como cascada de mis ojos bañando mis mejillas coloradas por el calor que sentía en estos momentos.
Llegué a la cama y caí de rodillas empuñando las sabanas.
¿Qué es lo que me pasa?, ¿por qué lloro desde ahora?, no ha pasado nada. Aunque la idea de Noah con el corazón roto me parte el mío en mil pedazos y siento que es mi culpa porqué... en realidad no lo sé. Le dí esperanzas cuando las había pero ya no las hay. Yo no sabía que pasaría de ese momento a este momento, no soy bruja ni adivina, no estaba enterada de lo que pasaría.
¿Cómo pude hacerlo?, dejar de luchar y amar a quien le hacía daño a mi nación. Abrí mis ojos y con lágrimas en ellos reconocí lo que sentía, pues no haría tanto show si solo lo quisiera. Aunque soy showsera de nacimiento.
Aunque no me arrepiento, de verdad no me arrepiento de nada de lo que he hecho hasta aquí. Sólo me arrepiento de que ese día me escapé y se me ocurrió ir a esa casa, aunque se escucha feo, pues Noah nunca me ha abandonado, nunca me ha negado nada y siempre ha estado ahí conmigo. Pero si no fuera por esa vez, yo estaría bien, sin está situación encima.
Aunque ya lo hice y no puedo echarme para atras. Solo ruego al señor que nada pase y que si le digo a Noah que se largue, que lo haga rápido, aunque sé que lo hara, es un chico conciente y no busca problemas, por eso me enamoré de él.
Pero las cosas cambian y los pensamientos también, las situaciones y lo sentimientos. Aunque me niegue a creerlo.
Un ligero ruido me hizo levantar la cabeza y miré la ventana en donde estaban entrando dos piernas largas, una alta figura aterrizó en el suelo de la habitación lo que me hizo mirarla de arriba a abajo. Aunque no había que pensar mucho, ya sabía quién era. Me levanté de la cama y era como si mis ojos se salieran de sus órbitas de los abiertos que los tenía. No me podía creer aún lo que veía aún después de haberlo visto allá abajo y haberme desmayado por él. Rogaba porqué fuera una alucinación y yo me estuviera volviendo loca. En serio.
Pero eso no es posible, porque veo a un Noah de carne y hueso frente a mi, ¿cómo lo se?, pues me abrazó desde que me levanté del piso en que yacía arrodillada. Yo aún estaba en shock y de verdad no tenía ganas de devolverle el asfixiante abrazo que me propinaba. No es su culpa, me susurraba mi conciencia, ¿pero qué hago?.
Al ver que no respondí su abrazo lentamente y con mirada confundida me miró a los ojos.
-estoy aquí. Pero al parecer no te ves muy feliz de ello.- habló bajando sus brazos.
-¿Qué haces aquí?.- pregunté sin poderme frenar ante la molestia que me daba verlo aquí en estos momentos.
Me siento tan mal, él no tiene la culpa pero me da ganas de golpearlo con todas mis fuerzas, sé que me ama y no paro de decir que me siento culpable por todo lo que le haré a su corazon, pero, ¿quién le manda a buscarme?, Dios, me da ganas de tirarme de la ventana. Mis pensamientos no están muy organizados que digamos.
-ya que te agarraron y no pudimos escapar, te vine a buscar, para que podamos ser felices, pero veo que en tu cara no hay esa felicidad que se te reflejaba hace semanas cuando me buscaste.- en sus ojos había dolor al pensar las cosas que me pasa. Estoy segura que lo que pasa por su mente ahora.
Su cara se suavizó, pero no por una mejor, sino por una mucho peor, como si le hubieran sacado el alma por la boca. Como si hubiera muerto ahí mismo.
-que lo que pienso no sea cierto, Tess.- miré sus ojos chocolates con detenimiento.- no, Tess, no me digas que no quieres irte conmigo porqué...- sus ojos se inundaron de lagrimas y sollozó como un niño pequeño.- ¿ya no me amas?, ¿ya no quieres estar conmigo?.- me volteé al verlo y no pude evitar que lo mismo me pasara al ver como la esperanza de sus ojos se desmoronaba. Parecía un niño pequeño al que le dicen que santa no existe.
Sus ojos están vacíos pero expresan una tristeza que cualquiera pensaría que lo mataría en cualquier segundo.
Dios mío, no me hagas esto, no quiero romper su corazon. Él ha sido lo máximo conmigo, no quiero ser la que lo haga, por favor.
-Noah, por favor, no quiero que te sientas mal aunque maldita sea, es imposible.- lo toqué y traté de calmarlo con mis palabras, pero no surtió efecto alguno.
Esto es lo mas difícil.
Es como ver a la más hermosa primavera ser llenada de hielo en tan sólo unos segundos. Es como arrebatar la alegría aún ser vibrante y feliz y que lo veas apagado y muerto.
-Tess, no me digas esto por favor, no me digas que ya no me amas.- su voz era apagada.
Mis lágrimas ya existían y estaban bañando mis mejillas, el dolor que sentía mi corazón era grande, porqué me imaginaba el corazón de Noah en estos momentos y por mi culpa.
-lo siento Noah, yo nunca hubiera querido esto, en serio.- apreté su ropa contra mis dedos y lo miré a los ojos, quienes eran dos canicas vacías.-no sabes cuanto me duele esto, no sabes.- negué con la cabeza y lloré junto a él.
Siento todo esto, Dios mío, lo siento.
Siento como mi alma se rompe al ver su rostro. El alma de Noah es tan noble, tan dulce, tan leal, tan inocente y ahora rompí su corazon.
Caí de rodillas con su ropa en mis manos y bajé mi cabeza aún llorando ante el dolor.
-lo siento tanto.- negué con la cabeza.- nunca quise esto, me siento tan mal por ti.- lloré como niña, sentí sus manos en las mías y las jaló hacia él, obligándome a ponerme de pié.
-no quiero rendirme.- lo miré a los ojos con la mente aérea.- el amor que siento por ti aún está vivo y no me deja irme.- negó con su cabeza y yo eché para atras para mirarlo a la cara.
-lo siento, pero tienes que irte.- negué, este me miró pero fue como si no me escuchara, se volteó y caminó hacia la ventana donde había entrado.
-lo siento, pero lucharé por ti.- me miró y salió por la ventana dejándome ahí como una estúpida con el corazón en la boca. No puede ser.