Desperté de madruga en los brazos de James.
No lo había soñado.
Oía su respiración profunda y entrecortada, que se mezclaba con el sonido de las hojas mecidas por el viento.
Observé como la luna traspasaba las vidrieras e iluminaba los pies de la cama, proyectando sombras de la noche sobre nuestros cuerpos desnudos.
Intenté no moverme pero James se dio cuenta de inmediato .
-Puedes moverte, estoy despierto.- me susurró.
-Gracias. - contesté, moviéndome hacia un lado, para apoyarme sobre él.
Movió su brazo y me lo pasó por encima.
-Aylin.
-Sí?
-Qué era eso que me tenías que contar?
Se me crisparon los músculos solo de pensarlo.
- Creo que sé quién . Bueno más bien, quienes mataron a mi familia.
Los músculos de James se tensaron, y se giró a mirarme.
-¿Quién?
- Los consejeros del Rey, los Lords más altos de la Corte, uno en especial.
-Hijos de puta.- susurró con odio.- ¿Quién?
- Lord..-
-Toc,toc.- se escuchó al otro lado de la puerta. Alguien llamaba. Jame sy yo nos miramos estupefactos. ¿Quién podía ser a aquellas horas?
- Toc, toc.
No lo había soñado, era real, alguien llamaba a la puerta.
- Aylin, soy yo, Sohnia.- dijo mi amiga.
- James, core, corre, esconódete en la biblioteca.- dije intentndo no reírme.
- No me lo puedo creer.- dijo él rienéndose.- ¿Y si le abro yo la puerta?- dij socarrón, provocnaod mi risa.
- No por Dios. Cállate.- dije quitándole la sábana.
- Voy!- dije en voz alta para que mi amiga me escuchase.
- Bueno bueno ya voy, ya voy.-dijo James, saliendo de la cama.- Me pongo la falda para evitar distracciones. - dijo socarrón, sabiendo que miraba su cuerpo esbelto y perfecto.- Vístete tú. - me dijo, sus salvajes ojos clavados en mi silueta.
Parecía un Dios, con su torso desnudo iluminado por la luna llena. Me sonrojé y me puse el camisón.
Me giré para comprobar que estaba en la biblioteca y abrí la puerta.
Sohnia llevaba el pelo alborotado, y llevaba hojas en el pelo.
-¿Qué te ha pasado?¿Qué haces aquí?
-Puedo pasar?- dijo con una sonrisa.
-Eh...- dije mirando atrás, James asintió riéndose y se escondió.- Claro.
- No te lo vas a creer.- dijo tumbándose en mi cama.
- A ver, sorpréndeme.
- Prométeme que no te vas a enfadar.
- Depende.
- Va.
- Teniendo en cuenta que has venido de madrugada....- mi amiga me miró suplicante.- Que sí.- dije sentándome junto a ella.
- Te acuerdas de Ail?
- Sí.
- Bueno, sabes que... llevamos un tiempo viéndonos.
- Sí...- dije, mirando hacia donde sabía que estaba James que asintió.
-Sabes que le amo.
-Sí.
- Y que él me ama a mi.
-Sí. Espera Sohnia. ¿De dónde vienes? ¿Por qué estás aquí?
- Estaba con él,
- No habrás...
-Sí.
Bueno, pues ya somos dos...- pensé.
- Han venido unos soldados, y no tenía dónde ir, he tenido que huir. Lo siento.
- No importa.- dije ladeando la cabeza.
- Aylin...- me dijo ella, sin saber dónde mirar.
-Sí.
- Nos vamos a casar.- dijo mirándome. Me giré de sopetón.
-¿Q-Qué?- dije sorprendida. Se escuchó un tropezón, de donde estaba escondido James.
-¿Qué ha sido eso?
-Nada, el viento. - dije intentando no reírme.-¿He oído bien?
-Sí. Aylin, le quiero.
-Y tu padre?
- No quiero vivir con él, no quiero seguir estas estúpidas reglas. Quiero ser libre. Le amo, como nunca he querido a nadie, sé que me hará mas feliz que cualquier joya que me pueda regalar cualquier noble... - me confesó, levantándose a mirarme.-¿Me ayudarás?- me suplicó.
-Claro.- le dije sonriendo.
-¡Gracias!- me dijo, saltando a abrazarme.
-¡Ay!- dije riéndome- para para que me haces daño, jajja.
- Gracias, gracias, gracias...
Tras estar unos minutos abrazada, se disculpó y me preguntó si se podía quedar a dormir. No podía decirle que no así que le dije que sí. Le pedí que me subiera agua y bajó.
- ¿Alaster?
-Alaster.- dijo su voz proufnda desde el otro lado de la habiación, sólo su tono me sedujo.- me encanta cómo suena mi nombre en tus labios..
Sonreí como una chicquilla.
- No me lo puedo creer.- le dije.Él se rió, mientras se ponía su camisa.
- Yo tampoco.- dijo acercándose a mí y poniendo sus manos en mi cintura.- deja que te robe un beso, inglesa.- dijo pegángome contra él. Abrí mi boca como repsuesta y besó mis labios. Sus manos ascencdieron por mi espalda hacia mi pelo y apartaron un mechón de mi rostro.- Te quiero.- dijo apoyando su frente ne la mía.
- Yo más.
- Cásate conmigo.- dijo .
- ¿Qué?- dije apartándome para mirarle. Él empezó a reirse.- ¡Eres un idiota!- dije tirándole un cojín, él siguió rinéndose , y me devolvió el almuadazo. Corrió a por mi y me elevó, intentaba reírme en silencio pero me era difñicil. Me descendió poco a poco, hasta tener mi espalda apoyada fuertemente contra su torso. Clavó sus labios en mi cuello.
- Soy tu idiota.- me susurró.- Tu highlander, tu Robin Hood.- su voz ardiente derritió parte de mi cuello.
Ambos escuchamos los pasos de Sohnia.
- Corre, vete. le dije, girándome a mirarle.
- Voy.- dijo apartándose y dirigiéndose al balcón. Abrió la ventana y antes de precipitarse al vació, su mano izquierda me empujó hacia él y me besó.- Adiós Marian.- me dijo guiñándome un ojo antes de slatar. Irremediablemente me acerqué al balcón, para ver si estaba bien. Desde el suelo me mandó un beso.
- ¿Aylin?
-Sí, voy.- dije entrando de nuevo en la habitación.- Gracias- dije cogiendo el vaso.- Yo también tengo algo que contarte.
Tras relatarle mi aventura con el escocés, mi amgia exclmmó.
-Maldita sea Aylin! Tú tampoco has perdido el tiempo!
-Jajaja, la verdad es que no...
- Menudo par..
-Sí. Deberíamos dormir.
-Sí, algunas lo necesitamos...- dijo con sarcasmo.
-Cállate.
Mi amiga rió y se dio la vuelta para dormir.
A la mañana siguiente, me despertó el sonido de una piedra en mi cristal. Sohnia seguía en el cielo... Me tapé y abrí la ventana, para encontrarme a Alaster y a Ail, bajo mi balcón, ambos me saludaron con una amplia sonrisa.
- ¿Pero qué hacéis aquí?- pregunte risueña, riéndome.
- Hemos vnido a llevaros por ahí, a pasar el día.
- ¿Cómo?- dije. -Pero mi tío..
- Se ha ido, con tu tía a una reunión.- dijo Alaster con una de sus salvajes sonrisas.
- Seguro?
-Ayla, ¿se puede saber qué haces con eso abierto? Me estoy congelando?- escuché la voz sonñolienta de Sohnia. Me giré con una sonrisa eterna y ella comprendió.
- Por qué no vienes a comprobarlo?
- Creo que no hace falta....- dijo ella mirando detrás de mí. Me giré, para encontrarme a James, sobre mi balcón.
-EH!
- Sí, estoy seguro.- me susurró.- buenos días, mi princesa.- continuó agachando su cabeza para besarme suavemente.
- Buenoo...
Fue un beso corto, pero era la clase de beso que deseaba que me diera todos los buenos días de mi vida.
- Os esperamos abajo chicas.- dijo él.
- Eh, qué haces? Te vas a matar.
- Tranquila Sohnia, tengo práctica ya.- dijo sonriendo.
- Pero bueno!- exclamó mi amiga.
Ambos nos reímos, él se giró para saltar, pero le agarré y le besé.
- Nos vemos ahora maldito highlander.
- Nos vemos toda la vida. - dijo sonriendo, antes de saltar.
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Bueno, aquí tenéis el próximo capítulo.
Espero que os guste, sí sé que es corto, pero es lo que he podido avanzar.
gracias a tod@s .