Gossip

By marufoxxx

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Un fotógrafo ambicioso | Una modelo incomprendida 📸 More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Final
Epílogo

Capítulo 11

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By marufoxxx


Pablo

A: Ya llegó la pizza, dejé la puerta abierta.

Me estiré un poco antes de levantarme de mi escritorio y me puse la remera sucia y arrugada que estaba sobre mi cama. Llevaba toda la mañana trabajando con las fotos de Victoria y necesitaba un break. Lo único que desayuné fue una taza de café y hasta ahora no me había dado cuenta del hambre que tenía.

Nos comimos la pizza como unos bestias, pero una no fue suficiente, así que pedimos otra. Le agradecí a Alejandro cuando me extendió un par de servilletas para que me limpiara las manos, y me burlé por la sonrisa boluda que tenía en su cara mientras tecleaba con la mirada fija en su celular.

— Pero vos ya estás re adaptado.

Comenté burlón repitiendo las palabras que me dijo cuando nos conocimos. Ale levantó la cabeza para observarme con una mirada divertida.

— Estoy hablando con Laura.

Laura, la vecina del quinto piso que está buenísima.

— En la noche salimos y hacemos previa en su depto. Me dijo que irán varias amigas, y yo le dije que sin duda llevaría al mío.

Lo miré pensativo.

¿Salir con Laura, la mina que está más buena del edificio, y sus amigas?

Algo muy tentador.

— No sé, Agus.

— La otra vez tampoco fuiste y la pasamos re bien - se quejó - ¿Qué onda?¿Tenes planes?

— No exactamente. Al menos no por ahora.

— Veni entonces, no te hagas el que no queres.

Respondió mientras se limpiaba la grasa de la comisura de sus labios.

— Bueno, dale, pero me portaré bien.

Ale me observó con el ceño fruncido ante mi comentario.

— No vamos a violar a nadie, Pablo. Sólo vamos a pasarla bien y a conocer a un par de nuevas amigas.

Dijo con cierto tono de picardía y saqué mi celular del bolsillo para desbloquearlo. Me metí en Twitter, escribí algo en el buscador, y le extendí el celular.

— ¿Por qué me das esto? - preguntó confundido.

Suspiré cansado y me crucé de brazos. Le estaba mostrando las fotos que nos sacaron a mí y a Victoria la noche que fuimos al cine. Sus ojos se abrieron como platos y alternó su mirada entre la pantalla del celular, y yo.

— ¿Sos vos?

Hice una mueca antes de responder.

— Yo sólo quiero ser un fotógrafo de paisajes profesional, boludo.

Rió muy fuerte regresándome el celular y me tuve que morder el labio para no contagiarme.

— Te lanzaste a la pileta sin salvavidas, hermano.

Comentó cuando recuperó el oxígeno.

— Ni me lo digas.

— ¿Pero van enserio?

Me encogí de hombros.

— No. Bah, la verdad no sé.

— Yo me caso.

Reí por la seriedad con la que habló.

— Lo decis porque estás del otro lado.

— Bue, que exagerado que sos. Tampoco es para tanto.

Pasé mi mano por la parte trasera de mi cabeza y me despeiné el pelo.

— Ella me gusta, pero lo que no me gusta es estar metido en eso de los medios y los chismes.

— Pero si nadie te juna, agrandado - bromeó.

— Qué sé yo.

— Igual eso no quiere decir que no puedas salir. Te estás autopollerando.

Lo miré confundido por el término que usó.

— No son nada serio, pero te pones límites - explicó - Solo nos vamos de joda un rato. No tenes que ir a comerte ajuro una mina si no queres. 

— Tengo que ponerme límites si salgo con una persona pública, ¿no?

Alejandro se encogió de hombros tan despreocupadamente que lo envidié por no tener que lidiar con este dilema.

Quise comentarle lo del fulano Alfonso, pero me lo guardé. Ese es otro tema que me está empezando a volver loco. El par de cosas que he leído hasta ahora sobre aquella relación no responden mis preguntas, pero ella tampoco me ha hablado al respecto.

— Todo el mundo sabe que Victoria tiene un historial medio largo y complicado. Un tipo más hueco que el otro. No sé si ella cree que yo soy uno de esos que vive de los chismes y quilombos.

Encorvé mi espalda y apoyé mis brazos cruzados sobre la mesa.

— No sé por qué le gusto.

— Dale tiempo - contestó.

Asentí dándole la razón.

— Invitala hoy.

Carcajeé.

— Ni en pedo.

— ¿Por qué no?

— Porque no.

Me miró mal haciéndose el ofendido.

— ¿Te avergüenzo? ¿O soy muy pobre para ella?

Reí y me mordí el labio.

— Es mía.

Contesté con una sonrisa agrandada y Alejandro volteó los ojos.

— Ya sé que comes bien, pero igual podes invitarla, ¿qué tiene de malo?

— No se. Es muy pronto, boludo.

Respondí mientras me levantaba de la silla.

— Chau, seguiré trabajando.

Me despedí de mi vecino y regresé a casa para continuar con mi trabajo.

...


Lo que mi vecino me dijo me quedó dando vueltas en la cabeza.

¿Darle tiempo para qué exactamente? ¿Para que me abra sus puertas? ¿Pero quién dijo que yo quiero que me abra sus puertas? Ella es una mina con una vida muy armada y pública, ¿para qué querría a un fotógrafo de bajo perfil en su día a día?

Cerré la laptop, muy enojado, al darme cuenta de que estaba perdiendo mi foco. Debo depositar mi atención y mi energía en cosas realmente importantes como conseguir otro trabajo. Mi currículum ahora se ve más amplio y profesional gracias a que trabajo con la más linda del país y....

Cerré los ojos con fuerza.

El foco, Pablo, no pierdas el foco.

El otro día la representante de Victoria me dio una pequeña lista de compañías que podrían estar interesados en mi trabajo, así que las contacté a cada una por mail para mostrarles mi portafolio de diseños y algunas fotografías de mi autoría.

Para mi grata sorpresa, mi celular sonó unas horas después. Era una agencia que hacía de todo un poco: fotografía y diseños. Querían que los visitara para hacerme una entrevista la semana que viene y conocer más de mi trabajo.

Mi buen humor floreció de nuevo. Una buena taza de café a cualquier hora es el toque perfecto para un buen día. Le iba a decir a Alejandro que viniera conmigo al Café de la esquina, pero recordé que tenía que ponerse al día con unas cosas de su facultad.

Necesito hacer más amigos en esta ciudad, con urgencia.

Encendí el televisor de mi living y le subí el volumen mientras iba a prepararme un poco de café en mi cocina.

Todavía sigue siendo un misterio el nuevo novio de Victoria Ferrero.

Comentó una voz masculina saliendo de mi tv.

— Nuevo novio o saliente, aún no lo sabemos.

Respondió una voz femenina. Dejé el café a medio hacer y salí hacia el living.

No se los ha visto juntos de nuevo.

Continuó aquella mujer de cabello claro y alcé una ceja mientras me cruzaba de brazos.

— Bueno, seguro ya terminaron. Pero eso no es problema para una modelo como Victoria, porque pretendientes no le faltan.

Y tampoco sería sorpresa que ya no esté con ese chico. Ninguno le dura, pobre. La única relación duradera que ella ha tenido ha sido con Alfonso y...-

Lo apagué.

El foco, Pablo, el foco. No lo pierdas.

Pero el mismo volvió a perderse en el espacio cuando vi la pantalla de mi celular iluminada sobre mi sillón. El nombre de Victoria apareció y por un segundo dudé en leer su mensaje.

V: Estás libre?

P: Lo estoy.

V: Terminé una producción y quiero ir a merendar, venis conmigo? Conozco un buen lugar.

Miré el televisor apagado y me tomé unos segundos para pensar mi respuesta.

¿Para qué hacerme el duro si yo también necesitaba un poco de café y compañía?

P: Dónde nos vemos?

...

Pagué la cuenta y me acomodé sobre la silla mientras miraba a la hermosa morocha de lindo perfil y ojos verdes que tengo frente a mí. La ponía nerviosa, incluso más que antes, y eso me encantaba.

— Basta. No me mires así.

Reí viendo cómo se cubría el rostro con la mano donde sostenía su celular.

— ¿A qué hora es tu entrevista del martes? - preguntó.

— A las nueve de la mañana.

— Avisame cómo te va, ¿sí?

— Claro.

Respondí con una sonrisa expresando mi gratitud por su interés en mis cosas.

— Podría recomendarte sin problema.

Negué enseguida con la cabeza.

— No, linda. Me gusta conseguir las cosas con esfuerzo y mérito propio.

Asintió desviando la mirada hacia los platos vacíos sobre la mesa.

Ya habíamos llamado la atención de un par de personas que estaban dentro del local. Miraban a Victoria, y luego me miraban a mí. Intentaban sacarnos una foto pero lo disimulaban muy mal. Así que mi modelo y yo intercambiamos un par de palabras más durante unos minutos antes de salir. Nos detuvimos en la vereda en la espera de algún taxi para Victoria, y una brisa fría nos abrumó. Ella por inercia se pegó al costado de mi cuerpo para cubrirse y rodeé su cuello con mi brazo para acercarla más. Subió la mirada y yo incliné mi cabeza para dejarle un beso corto en los labios que me respondió con una sonrisa. Nos quedamos en esa posición mientras seguíamos esperando a que un taxi apareciera por la avenida, pero no había rastro y la modelo empezó a quejarse.

— Mostra las tetas, no hay de otra.

Rió por mi chiste infantil mientras se apartaba un poco para mirarme con más comodidad. Colgó sus brazos de mi cuello y me removí dando un pequeño paso hacia atrás. Me ponía tenso al pensar que alguien a unos metros de nosotros podría estar apuntándonos con la cámara de un celular.

— Me invitaron a un evento hoy en la noche, ¿queres venir?

— No.

Respondí decidido y ella se mordió el labio.

— No me gustan esas cosas, Victoria. Yo sólo soy...-

— Un fotógrafo de paisajes, lo sé - interrumpió - Pero va a haber muchísima gente, y va a estar bueno.

— No sé. Y además ya quedé con mi vecino para salir en la noche.

— Casi nunca voy a esos eventos, pero si vos venis conmigo no la pasaré tan mal.

Respondió pasando su mano por mi pelo que se había despeinado por el viento.

— ¿Evento de qué?

— Es la inauguración de un restaurante/bar. Después de media noche cerrarán el restaurante y pondrán música, abrirán la pista...-

— No quiero rodearme de ese tipo de gente. Después van a hablar con la prensa sobre vos, sobre mí. No sé, me voy a sentir muy incómodo.

— Los invitados vip tenemos barra libre toda la noche.

— Bueno, vamos. No me gusta verte insistir.

Rió nuevamente y me costó creer que su belleza sea real. Sin titubear abracé su cintura con mi brazo al mismo tiempo que me inclinaba para darle un pico en sus labios con mucha confianza y como si lo hiciéramos todo el tiempo.

Y, en contra de mi voluntad, recordé la conversación de los periodistas que escuché hace una hora.

— ¿Vamos a llegar como qué?

Me miró confundida ante mi repentina y directa pregunta.

— ¿Compañeros de trabajo? ¿Amigos? ¿El que te está comiendo?

Me soltó desviando la mirada hacia la avenida y metió sus manos en los bolsillos de su campera negra sosteniendo esa cara de otro tan característica de ella. Relamí mis labios y me acerqué más antes de continuar hablando.

— No me importan los rumores, no me interesa lo que vayan a decir. Pero que no me importe no quiere decir que me siga quedando de brazos cruzados. No soy un boludo, y tengo que estar preparado para no enojarme y romper todo.

— ¿Tanto te afecta?

Preguntó regresando su mirada hacia mí.

— Creeme, a mí me chupa un huevo. Pero no quiero que después de esa salida utilicen mi nombre para escribir y decir pelotudeces. Y menos si es para hablar mal de vos.

—  Si te chupa un huevo entonces relajate.

Contestó restándole importancia, aunque yo sé que a ella sí le afecta.

— Actualmente sigo buscando laburo, he repartido millones de CVs en estos últimos dos meses. Si me llegan a cerrar la puerta otra vez nada más porque un mala leche quiere hablar mal de vos, y de mi, me voy a volver loco, ¿me explico?

La modelo asintió y busco mi mano con la suya para entrelazar nuestros dedos. 

— Vas a llegar conmigo y ya, Pablo.

— Está bien.

Respondí no muy convencido.

Sí, voy a llegar con la súper modelo más linda y mediática de la Argentina, y ya.

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