Pablo
Sonó la alarma de mi celular y sentí que morir sería menos doloroso.
Anoche tuve un arrebato de pendejo y me fui a un bar. No sé si al final me tomé la botella entera, pero me quedé hasta que me echaron porque iban a cerrar.
Fue una idea terrible.
Dormí sólo cuatro horas y todavía tenía un gran porcentaje de alcohol corriendo por mi cuerpo. Me bañé con agua fría para que me bajara la temperatura y desayuné algo rápido antes de ir a la oficina a mantener mi mente ocupada por el resto del día.
...
P: Podes venir?
F: Es urgente?
P: Sí, la cabeza me va a estallar y no tengo pastillas
Flor vino a mi lugar con una pastilla para el malestar y una botella de agua. Me observó curiosa mientras me la tomaba y se sentó en una silla que estaba libre.
— Te ves te terrible.
— Y me siento terrible.
Contesté devolviéndole la botella de agua y negó con la cabeza.
— Quedatela.
— Gracias.
Coloqué la botella sobre mi escritorio y suspiré.
— ¿Está todo bien?
— Hablame de Alfonso Celli.
Largué de la nada y frunció el ceño.
— ¿Alfonso Celli?
— Sí, ¿qué sabes de él?
— Que es un bombón, pero también un prostituto - rió - Ha estado con muchas y...-
Me miró cautelosa al darse cuenta.
— Ya sé que estuvo con Victoria.
Dije apoyando mis codos en el escritorio y me llevé las manos a la nuca. El dolor de cabeza me estaba matando
— ¿Qué sabes sobre su relación con ella?
Se removió incómoda sobre la silla.
— No mucho, lo mismo que sabe todo el país.
Contestó desviando la mirada.
— Dale, Flor. Contame.
Le pedí acomodándome mejor en la silla.
— Lo sabe todo el país menos este pelotudo.
Expresé con resentimiento.
Se relamió los labios y se cruzó de brazos.
— Es un actorazo, y le va bien. Ha estado muchas veces de novio con un montón de mujeres, pero al toque terminan...-