Juro enamorarte |BORRADOR|

Oleh La_Carcache

5.4M 342K 79.8K

PRIMERA PARTE DE LA SAGA JURO. Cuando Katherine James era apenas una pequeña, su madre llenó su mente con his... Lebih Banyak

Juro enamorarte
Dedicatoria
Advertencia!
¡Juro enamorarte en spotify!
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3 |NUEVO|
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6 |Nueva edición|
Capítulo 7
Capítulo 8 |Nueva edición|
Capítulo 9 |Nueva edición|
Capítulo 10 |Nueva edición|
Capítulo 11 |Nueva edición|
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24 |Nueva versión|
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29 |Nueva versión|
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
FIN
Epílogo
Agradecimientos
+Novelas
Creaciones ❤

Capítulo 13

152K 10.8K 2.2K
Oleh La_Carcache

Sentada en el sillón de mi sala observaba el reloj de pared que tenía justamente enfrente, las maniguetas de este se movían en cada segundo al igual que mi desesperación. Desesperación. Esa era la única palabra que podría describir este momento.

Habían pasado ya varios minutos desde que llame a Rosalina anunciando código rojo y todavía no había señales de ella. Intentando esfumar cualquier tipo de pensamiento caminaba de un extremo a otro, me sentaba en una silla, giraba sobre esta misma, luego regresaba al sillón inicial, subía a mi recamara, ordenaba las cosas, daba vueltas en el piso, jugaba con mi celular, investigaba cualquier curiosidad y cuando pensé que no llegaría, la señal divina llegó.

El timbre sonó por todos los rincones de la casa haciendo que corriera desenfrenadamente sobre los pocos metros de distancia que tenía con la puerta principal. Al abrir de esta Rosa se encontraba con su mejor sonrisa y varias sonrisas comerciales entre sus manos.

— Situaciones desesperadas, requieren medidas desesperadas — elevó las revistas mientras caminaba hasta mi habitación —. ¡Solucionaremos tu problema, pequeño mono!

Cerré la puerta principal con mi cadera al notar que faltaba una hora para clases. Inmediatamente recorrí el camino a mi habitación y al entrar vi cada una de las revistas que ya estaban esparcidas por las sabanas de mi cama. Reconocí varias de estas, eran esas que coleccionamos por muchos años con chicos lindos en las portadas, letras grandes y llenas de colores, consejos y más. Teníamos plena seguridad de que dentro de estas hojas encontraríamos posibles soluciones para mejorar lo que éramos: "tips de para atraer a los chicos lindos, nuevos peinados que irían de acuerdo a tu rostro, ¿Cómo ser más sexy de lo que eres? ¿Cómo enamorar a un chico malo? ¿Cómo comprobar si esa supuesta amiga es en verdad tu mejor amiga?". Lamentablemente nada funcionó, pero eso no quiere decir que nuestras esperanzas en esos consejos se esfumaran.

— ¿Qué estamos buscando?

— Algo para enamorar a Ian — tomé la primera revista entre mis manos, la cual tenía a Joe Jonas como portada —. Siento que los besos no ayudaran en nada, más bien será como la caída de mi propio castillo y...

— ¡Vaya! — un silbido sarcástico acompañó su expresión de sorpresa al caminar hasta mi baño — ¿Cuándo pensabas decirme? — pasados unos segundos salió con una toalla húmeda bañada en un intenso olor a alcohol. Sosteniendo de mi cabeza con fuerza comenzó a frotar de este por mis labios y continuó hablando — ¿Sabes cuantos mini gérmenes de Hilary están en esa boca sucia? ¡Qué asco! — al dejar de frotar mis labios buscó detalladamente algún microbio — Esto no ayudará. ¡Doña Samantha! ¡Necesitamos cloro, urgente!

Rodee mis ojos ante la exageración de mi amiga. Entonces, alejando su mano de mi rostro, retome la revista que previamente había tomado en busca de algo que nos ayudara.

— Han sido dos besos — comencé —. Uno ayer y otro hoy, por si el deseo de saber detalles te está ganando — demostrando indignación acepto que deseaba saber los detalles —. El punto es que ¡No se va a enamorar por unos besos! necesito más, algo que me haga entrar en su cabeza y luego en su corazón.

— ¿Brujería? — sugirió — ¿Abra cadabra Ian patas de cabra, si no te enamoras hoy de mí te mato mañana?

— No — aunque no suena mal, pensé —. Busquemos algo que me haga ser la chica perfecta para él, algo que lo enamore y shalala...

— Bien — tomó otra revista. Al notar la portada celeste con Justin Bieber en el centro de esta, recordé a aquella noche que lloré hasta quedarme dormida, cuando Hilary recortó mi cabello con sus malditas tijeras rosadas y busqué desesperadamente algún corte que pudiera solucionar el problema —. Aquí salen unos pasos — la voz de Rosa hizo que saliera de mis recuerdos —. ¿Crees que funcionen?

Tomé la revista entre mis manos, leí cada paso y leyendo cada uno de los pasos asentí.

¿Interesada en conquistar a aquel chico que trae tus pensamientos revueltos al igual que tus hormonas? ¡Perfecto! Hoy te traemos los mejores pasos a seguir para tener su mirada sobre ti.

PASO 1: SONRÍE.

Está comprobado por científicos especializados en la interacción personal de que uno de los gestos que mejor funciona en las relaciones interpersonales es la sonrisa, ya que esta indica que se está en una situación cómoda con la otra persona, y eso siempre es beneficioso a la hora de seducir a un hombre. ¡Sonríe! demuéstrale esa sonrisa hermosa que posees.

— ¡Andale wey! — dijo mi amiga frente al ventanal de mi habitación — Tienes una muy buena vista de su trasero desde aquí — formó unos binoculares imaginarios con sus propias manos y pegó de estos a la ventana —. ¿Eso es un lunar? ¡Oh, Jesús bendito! ¡Tiene un pequeño lunar en el centro de su nalgota!

— ¡Rosa! — miró en mi dirección — Quítate, quiero ver.

Efectivamente Ian se encontraba en su habitación completamente desnudo y regalándonos una buena vista de su trasero grande, redondo y perfecto. Esforzando de mis ojos pude notar que un puntillo muy pequeño en color café decoraba su glúteo izquierdo, finalmente caminó hasta el baño de su habitación, para luego salir con un bóxer negro cubriendo toda su zona.

— Hasta el culo tiene lindo. — terminó de decir Rosalina antes de que mi padre dijera que era tarde y necesitábamos ir a clases.

Ese mismo día, caminaba entre los largos pasillos buscando a mi víctima, sabía su hora de llegada y estaba completamente segura de que estaría en alguna parte del instituto. Al fondo de un pasillo reconocí sus tatuajes, se encontraba de espalda hacia los casilleros, lucia molesto y no lo culpa puesto que frente a él una rubia oxigenada lo estaba acorralando entre sus brazos.

Decidí caminar frente a ellos, mis pasos fueron lentos y entonces dirigí mi mirada hacia su rostro. Él al observarme me regaló una mirada seria de esa que te dicen que corras por tu vida ¿cómo no hacerlo? si horas antes lo dejé solo en medio de una carretera? era obvio que estaba molesto y no deseaba verme, él quería darme miedo pero no, esta nueva Katherine ya no correrá más nunca. Gire mis pies para quedar totalmente frente a él y fijarme en cada detalle de su vestimenta. Hoy lucía guapo como siempre, un pantalón negro algo ajustado y flojo por las caderas a juego con una camisa azul oscuro que dejaba resaltar sus músculos perfectamente trabajados. Su cabello bien peinado hacia atrás y sus ojos verdes que brillaban al verme, lo sabían y lo podía asegurar.

Eleve las comisuras de mis labios formando la sonrisa más seductora que poseo, guiñé un ojo llamando su atención y continúe caminando. Todos mis pasos eran seguros y en ningún momento miré hacia atrás ya que sentía su mirada penetrante en mi espalda. El resto de la mañana fue igual, de vez en cuando me encontraba observándolo y sonría como si estuviera viendo lo más bello del mundo y aunque Ian era algo similar, simplemente no podía permitir que él lo supiera, no otra vez.

Llegó la hora del almuerzo, me entretenía viendo cada uno de los movimientos de Ian. De vez en cuando nuestras miradas se conectaban a tal grado que sus nervios eran palpables, no obstante, la presencia de Hilary le daba un poco de seguridad. Por primera vez en todo este tiempo él aceptaba sus caricias, pero claro, sus ojos aún se mantenían fijos en mí.

— Disculpen — una voz ronca se escuchó a un lado de nosotras —, ¿puedo sentarme con ustedes? Soy nuevo por aquí y realmente empiezo a creer que esta es una de esas secundarias donde debes pasar por un escáner para saber a qué bando perteneces y eso da miedo.

El chico era bastante alto, podría decir que me pasaba por cabeza y media o un poco más, su cabello castaño y ondulado caía a un lado de su rostro. Tenía unos intensos ojos café oscuro un tanto rasgados y una sonrisa adorable. Este nos observaba inocentemente en espera de una respuesta, entonces observé a Rosalina, la cual lo miraba como si había visto un ángel con luz dorada alrededor de su cuerpo; su boca, llena de comida semi masticada, se encontraba abierta al igual que sus ojos. Mi amiga limpió su boca con su antebrazo derecho y tiró nuestras cosas al piso.

— ¡Si! — dijo casi en un grito. Al darse cuenta de lo sucedido, compuso su garganta — Digo, si puedes sentarte con nosotras — el chico asintiendo con su cabeza corrió su bandeja por la mesa mientras la castaña lo observaba detenidamente —, casarte conmigo y tener mil hijos — dijo en un susurro.

— ¿Has dicho algo? — el chico confundido la observó con su ceño fruncido. Mi amiga negó — Mi nombre es Jack — su acento, algo diferente, llamó nuestra atención —, Jack Minuzzi. Vengo desde Italia y creo que tenemos una que otra clase juntos, por no decir que todas.

— Italiano ¿eh? — sonreí con gracia al escuchar las palabras de Rosa, la cual en un intento muy extraño de querer imitar el acento de Jack, se presentó — Soy Rosalina Mendoza.

— Y yo Katherine James, mucho gusto y bienvenido a nuestra mesa de personas que decidieron no aprobar el escáner de esta secundaria.

El resto del almuerzo Jack nos comentó todo acerca de su llegada. Según lo que nos contaba, su padre era un empresario y por cosas del destino, mejor dicho, la separación de sus padres, aceptó el puesto de un nuevo trabajo, llevándolo a una transferencia a nuestra ciudad y por supuesto, él decidió irse con su hijo. El chico era carismático, bromista y encajaba a la perfección con nuestro pequeño grupo de dos.

Mientras prestaba atención a sus historias, también había notado que alguien más siguió los pasos de la revista, pues cuando él se levantó por un postre, mi amiga sacó la revista de su bolso y comenzó a recordar la primera regla; sonreír. El resto del día pasamos juntos, muy cierto era de que compartimos clases y lastimosamente no lo habíamos notado, hasta que nuestras horas dentro del instituto terminaron.

— Oye — Rosalina tomó mi brazo para impedir que continuara caminando —, tu madre vendrá por nosotras, la llamé hace unos minutos.

— ¿Por? — pregunté.

Mi amiga extendió la revista con la página previamente señalada.

PASO 2: ¡MUESTRA LO MEJOR DE TI MISMA!

Resulta evidente que, cuando quieres seducir a alguien y volverlo loco de amor, no puedes aparecer ante él presentándote con la ropa sucia o sin haber pasado por el baño antes de salir de casa, necesitamos lucirnos ¡vamos! recuerda que nuestro aspecto es una clave importante. A continuación, te recordaremos algunos puntos que debes cuidar para estar perfecta y que él note tu existencia:

Cabello en perfectas condiciones, nadie querrá acariciar un nudo de alambres en vez de una cabellera suave.
Tu boca, ¡una buena exfoliación!
Perfume, ¡has que recuerde tu aroma!
Maquillaje, nada exagerado, recuerda que eres una adolescente.
Ropa, ¡ve que compras y sácale provecho a tu cuerpo!

Cumpliendo con esos cinco elementos y llevándolos a la perfección, será imposible que no se fije en ti y vea que cuidas tu aspecto... ¡Estarás ofreciendo lo mejor de ti misma!

El auto de mi madre se estacionó frente a nosotras a pocos minutos de haber salido. Rosalina se acomodó en la parte trasera del auto y yo como copiloto. Al fondo escuchábamos Material girl de Madonna, la típica canción que mi madre escuchaba mientras conducía y se convertía en un peligro para cualquier peatón. Una vez que acomode el cinturón de seguridad en mi pecho y estaba lista para el camino, mi madre cruzó sus brazos por debajo de su pecho y nos observó a ambas.

— Quiero saber que está sucediendo — intrigadas la observamos —. Ambas están diseñando un plan y no me han comentado.

— No es nada — dije restándole importancia al asunto —, solo un pequeño juego.

— ¿La destrucción de Ian Brand y Hilary Colt es un pequeño juego? — sacó de su bolsillo la hoja con la información de ambas personas — Entonces ¿esta será tu venganza? porque realmente espero sea eso y no una enfermedad mental con acoso de por medio — dijo desplegando el papel —. ¿Enamorarlo y luego dejarlo para que sufra tu ausencia?

— Así es — dije con una sonrisa inocente.

— Estoy segura de que esa falta de maldad la sacaste por parte de tu padre y que alguna chica con cabello negro justamente detrás de mí te ayudo a planearlo — observó a Rosalina y continuó — ¿o me equivoco?

— Digamos que solo fue una ayudita. — se defendió mi amiga.

Mi madre suspiró cansada guardando de la hoja en su bolsillo y poniendo en marcha el auto. En silencio y con la mucha de mi madre como fondo, recorrimos varios lugares en busca de ropa nueva y atractiva hacia cualquier chico. Todavía me impresionaba el tamaño tan corto de muchas prendas.

— ¿Por qué no me pidieron ayuda? — mi madre tiró un short en mi dirección — Yo soy la mafiosa de la familia, Katherine.

— Todo está fríamente calculado — estiré la prenda frente a mí; bonito, pensé —. Tengo el plan perfecto.

— ¿Tu plan también tiene la solución para cuando te des cuenta de que tú también te has enamorado?

Touché.

PASO 3: MUESTRA LO QUE ÉL QUIERE.
PASO 4: NO LE CUENTE TUS PROBLEMAS, ELLOS SE ABURREN Y JAMÁS PRESTAN ATENCIÓN.
PASO 5: HABLA DE SUS COSAS FAVORITAS.
PASO 6: COQUETEA.

— Tienes que entender que esto es estúpido, Rosa. — tiré la revista a un lado de nosotras.

Rosa tomó la revista con desesperación mientras revisaba que no se dañara y aplastaba más de una página que se arrugó.

— ¡No es estúpido! Es mucha sabiduría plasmada en un par de hojas — se cruzó de brazos y desvío su mirada hacia otro lado suspirando y continúo —, aunque admito que esta porquería tampoco me ha servido.

— Necesitamos otro plan — tiré de mi cuerpo sobre las almohadas que habíamos acomodado sobre el piso. En ese momento mi vista se topó con una retratera que reposaba sobre mi mesa de noche. En dicha foto salíamos mi madre y yo, ambas riéndonos y viendo un álbum de fotos de cuando mi mamá era joven —. Las necesitamos a ellas.

Tomé el brazo de Rosalina para salir de mi habitación. Era martes y sabía que nuestras madres se reunían todos los martes en mi casa aprovechando que sus maridos tenían noche de béisbol, por ende, lo más probable es que estuvieran en la cocina de la casa. Al entrar a la cocina, ambos nos observaron asustadas y con bocadillos en sus bocas. Limpiaron sus manos y compusieron sus posturas formando un rostro burlesco.

— ¡Oh, mira Esther! — mi madre nos señaló —, ¿qué cosa tan buena habremos hecho para tener a las conquistadoras frente a nosotras? — cuestionó mi madre con una gran expresión de burla.

— No las mires — Esther tapó sus ojos con una de sus manos y los ojos de mi madre — ¡Te pueden sonreír y enamorarte! — continuó la madre de Rosa. Ambas estallaron en carcajadas.

— Muy graciosas — Rosalina tomó un bocadillo —. Necesitamos consejos.

Ambas cambiaron su expresión de burla a una totalmente seria. Se pusieron de pie y con un movimiento de mano, nos invitaron a pasar a la sala en donde nos pidieron que nos acomodáramos. Mi madre caminó hasta el segundo piso donde tras varios segundos sacó una pizarra pequeña y un par de marcadores, una vez ambas juntas frente a nosotras sostuvieron sus cabellos en coletas altas y se pusieron mis gafas antiguas sin lentes. Lucían como maestras.

— Conquistar a un chico es muy sencillo — comenzó mi madre —. No es por ser mala persona ni una perra sucia sin sentimientos, pero los hombres son muy fáciles de conquistar. Recuerdo aquellos tiempos — su vista se dirigió al techo mientras suspiraba y comenzaba a recordar sus momentos de gloria — cuando habíamos entrado a la universidad. Era nuestro primer año en la facultad y, al igual que muchas jóvenes hormonales, queríamos conocer chicos y experimentar — esto me suena a trauma —. La primera semana de clases, conocí a un chico llamado Sebastián, ¡Oh Sebastián! Era tan guapo, tan sexy, tan violable.

— También estaba Jacob, ese chico era una bomba en todos los sentidos y soñaba con él — continuó la madre de mi mejor amiga. A un lado escuche a Rosalina: "Que asco" mientras colocaba sus manos sobre sus orejas —, pero ninguno de los dos nos miraba de esa forma. Entonces decidimos coquetearles por un rato, hacer que creyeran que siempre ibas a estar detrás de ellos y luego los ignoramos. A las dos semanas eran nuestros.

Rosalina y yo nos quedamos en silencio, ambas parpadeábamos y respirábamos lentamente esperando que siguieran hablando. No sabíamos que estábamos esperando, tal vez algo más que esas palabras o no lo sé; algún paso mortal, el secreto más profundo de alguna secreta sexta atrapa hombres o algunas palabras tiembla piernas que tendríamos que susurrarles al oído, pero no. ¡Nada!

— ¿Eso es todo? — preguntó Rosa, ambas asintieron y volvieron a tomar un poco de su café — ¿coquetear e ignorarlos como si ni los conociéramos? ¿Qué lograremos con eso?

— ¡Mucho sex...

— ¡Mamá! — la interrumpí.

Mi madre suspiró y empezó a reír como tonta, sabia su plan. Ella amaba traumarme con ese tipo de temas, era su pequeña venganza por mi mal comportamiento y vaya que hacia efecto, la pensaba dos veces antes de hacer algo malo porque sus historias eran demasiado locas y, siendo sincera, nadie quiere escuchar o imaginar las cosas que una madre hacía en su juventud.

— Recuerdo esos tiempos — comenzó Sam Hurt —; en la cocina, el coche, la sala, el escritorio, mi cuarto, el cuarto de tus abuelos, la alfombra, creo que ahí fue cuando te hicimos Katherine, y el mejor lugar la tin...

— ¡Ya entendí! — coloque ambas manos en mis oídos — Coquetear y demostrar desinterés ¡Perfecto! Levántate mujer que esta señora se volvió loca — tomé a Rosa la cual aún estaba en estado de shock y jalé fuerte de su brazo para moverla — ¡gracias!

Al día siguiente, la alarma sonó 15 minutos antes de lo usual. El motivo era demasiado sencillo, hoy debía estar más impecable que nunca para ignorar por primera vez a Ian y esa era la razón por la que me encontraba en el baño junto a mi madre y una buena porción de cera fría esperando por mí. No es que nunca hubiera utilizado este procedimiento, era más efectivo y mucho más rápido, pero odiaba sentir como la banda se retiraba de mi piel con fuerza y las lágrimas que me salían al menos una vez entre todas los jalones.

— ¿Estas lista? — Asentí.

Mamá tomó uno de los extremos de la tira y justo cuando iba a jalar de esta, tome su brazo rogando piedad. Sabía que iba a doler.

— No, no, no. Espera mamita linda ¡Todavía no! — soltó los dedos de la tira con cera ya colocada en mi piel y suspiró.

— Vamos, es rápido y sin dolor. — volvió a tomar la tira.

— Bueno, ahora si — jaló un centímetro de la banda haciendo que sintiera un pequeño dolor que hizo que mis ojos se achinaran por un momento —. ¡No, no, no! ¡Mamita no!

— ¡Katherine James! — posicionó sus brazos sobre su pecho — Toma esos ovarios y compórtate como una mujercita fuerte.

— Si señora — tomó la banda nuevamente —, a la cuenta de tres ¿De acuerdo? — negó aburrida por mi cobardía — ¡No, mamita no!

Mi madre jaló de la tira con toda la fuerza posible. Llámenme exagerada, pero juro que vi la vena de su frente resaltada al hacer tanta fuerza.

En cuestión de un segundo, empecé a sentir un fuerte ardor y un nudo en mi garganta. No pude resistir más y empecé a gritar desenfrenadamente mientras sobaba el área rojiza. Observe a mi madre con la tira de tela llena de cera y aparénteme el vello de mi pierna, su rostro era de burla mientras miraba mis ojos llenos de lágrimas. Mi piel quedó roja e inflamada, ¿por qué los hombres no sufren como nosotras?

Los siguientes diez minutos fueron de dolor, súplicas y risas por parte de ella. A veces pienso que mi madre disfruta verme sufrir, solo a veces pues el resto es por mis torpezas. Una hora después me encontraba junto a Rosalina en dirección al instituto, habían pasado varios días desde que nuestras madres nos habían dado sus famosos consejos y finalmente íbamos a ser todo lo opuesto a lo que hacíamos comúnmente.

En estos días había acostumbrado a Ian a recibir mis besos, normalmente rosaban sus labios en nuestras mañanas deportivas, sin embargo hoy no salí a correr y esperaba que una pequeña parte de él me extrañara.

Entramos a los pasillos de la secundaria y como todas las mañanas busqué a mi víctima, ahí estaba él con su espalda sobre su casillero y rodeado de sus amigos. Este, al notarme, se alejó su un poco y me sonrió en espera de que me acercara a como era de costumbre, pero por primera vez lo ignoré y pasé muy lejos de él, dejándolo extrañado y con los brazos extendidos en el aire.

Que comience el verdadero juego.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

71M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
46M 3.1M 58
YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que encontrarnos. Lo intentaría, pero no podría...