¡Hey, hola! Tengo una noticia importante que darles.
Estaré de nuevo en la FIL de Guadalajara, México.
Decidí organizar una pequeña convivencia para poder conocernos en caso de que alguno de ustedes ande por allí, para tomarnos fotos y pasar un rato divertido. Llevaré también mis libros (mis novelas, no los fanfics) para darles la oportunidad de conseguirlos sin pagar por internet. Los libros estarán a la venta, sólo aviso. Si están interesados en ir, les digo que los estaré esperando el sábado 3 y domingo 4 de diciembre, de 4:30 a 5:30, en el área de descanso dentro de la FIL.
Ya que el viaje implica irme a otra ciudad y eso será muy cansado, he decidido tomarme un par de semanas de descanso de Wattpad. Esto significa que desde el día 26 de noviembre, hasta el 11 de diciembre, no actualizaré ninguna de mis historias. Tan sólo estaré por aquí para leer y responder sus mensajes y comentarios. El día 12 de diciembre volveré, y espero hacerlo con el mejor de los ánimos para darles los capítulos que ustedes se merecen.
Así que, repito.
Sábado 3 y domingo 4.
Expo Guadalajara.
Área de descanso.
4:30pm a 5:30pm.
¡Nos veremos pronto!
¡Que disfruten el capítulo!
Al terminar el día de escuela, Marinette aprovechó que Alya se había enfrascado en otra de sus interminables conversaciones con Nino, para ir a los servicios y refrescarse un poco. Esperó pacientemente a que Alix terminara con lo suyo en el lavamanos, llevándose una gran sorpresa cuando la chica de los patines se miró por última vez en el espejo y dijo:
—Respira un poco, Marinette. Te ves demasiado nerviosa.
Alix rió cuando Marinette esbozó su sonrisa nerviosa.
—Me siento un poco nerviosa —confesó la chica de los ojos azules—. Y tengo una pequeña sensación de paranoia. No he visto a Chloé en todo el día.
—Tampoco yo —respondió Alix—. Lo primero que pensé fue en ese mensaje del Ladyblog de Alya. Pero luego escuché a Sabrina decir que Chloé se fue porque Adrien te invitó a salir. Supongo que a eso se debe tu paranoia.
— ¿Sabrina sabe que Adrien y yo...?
—Lo sabe toda la clase. Además, Adrien te lo pidió sin importarle que todos estábamos ahí.
El sonrojo de Marinette se hizo presente, convirtiendo sus mejillas en un par de tomates.
— ¿Todo el mundo lo sabe? —Dijo Marinette entre balbuceos—. ¡Pues con mayor razón me siento paranoica! ¡Chloé va a matarme! Seguramente lo ha malinterpretado todo, como cuando fui con Adrien al concierto de Jagged Stone y... Y-y... B-bueno, yo...
Alix arqueó las cejas y esbozó una pequeña sonrisa cruel, logrando que el sonrojo de Marinette aumentara.
—Si no te asesinó antes de este momento, podría decirse que estás a salvo —rió la chica de los patines—. Todos notamos que Adrien te gusta desde hace meses. Creo que el único que no se da cuenta es él.
—Eso no me hace sentir mejor. No se suponía que todos lo supieran.
— ¿Debía ser un secreto?
—No... Es sólo que ni siquiera sé si Adrien siente lo mismo por mí. Aún no le he confesado mis sentimientos.
— ¿Y qué estás esperando? Nunca sabrá lo que sientes si tú no se lo dices. Aunque... Tendría que ser muy ciego para no darse cuenta de cómo lo miras. Créeme, no eres nada discreta. Miras a Adrien de la misma forma en que Nathaniel te mira a ti.
El rojo de las mejillas de Marinette alcanzó niveles desconocidos de intensidad. Alix volvió a reír y tan sólo se despidió de su compañera con una sacudida de los dedos, saliendo de los servicios y dejando a Marinette en completa soledad.
Tikki aprovechó el momento para salir de su escondite, sonriendo ante la forma en que Marinette se empeñaba en asegurarse de que ningún cabello se había salido de su sitio. La chica hizo todo cuanto le fue posible para borrar su sonrojo, hasta que la persona que le devolvió la mirada al otro lado del espejo dejó de verse como si hubiera estado al borde de un colapso nervioso. Miró también a Tikki a través del espejo, y suspiró para armarse de valor.
—No creo que esto sea una buena idea, Tikki —dijo la chica, aunque por dentro murió al darse cuenta de que aquello significaba renunciar voluntariamente a lo que más deseaba—. No creo que sea el mejor momento para tener una cita. Si lo que Sabrina dice es cierto, si Chloé realmente se fue por saber que Adrien y yo saldríamos, significa que Coeur Brisé también estará rondando. Y no podré proteger a Adrien mientras él crea que sólo está saliendo con Marinette.
—Pero no estarás sola —respondió Tikki—. Chat Noir seguramente estará cerca de nosotros.
— ¿Y si Plume Mortelle aparece?
—Eso no significa que no puedas disfrutar mientras estas con Adrien.
La chica asintió y sonrió al cabo de un segundo, mirando de nuevo hacia su reflejo para dirigir sus palabras hacia sí misma.
—Tienes razón —dijo—. Y aún puedo confesarle a Adrien mis sentimientos. Si ya hemos intentado salir juntos tantas veces, tiene que ser una buena señal.
— ¡Así se habla! —celebró Tikki.
Decidida y con su confianza renovada, Marinette salió de los servicios para dirigirse a la entrada del colegio, donde pudo ver a Nino y Alya ayudando a Adrien a matar el tiempo. Un tanto apenada, la chica de los ojos azules se unió al trío, congelándose al recibir la cálida sonrisa del chico rubio. En su escondite, Tikki rió.
— ¿Estás lista, Marinette? —preguntó Adrien.
—S-sí —respondió la nerviosa chica—. S-sólo tenía que pedirle a Alya que me cubra en la panadería de nuevo. ¿Te importa? Sólo tardaré un segundo. Aunque ya te he hecho esperar suficiente... Tal vez debí hacer esto desde hace horas, y no al último momento. Pensarás que soy una desconsiderada por hacerte esperar tanto... ¿Estoy hablando demasiado?
Se sintió apenada al ver a Adrien contener su risa. Se perdió en aquellos ojos verdes, sobresaltándose al recibir la fuerte palmada en la espalda con la que Alya intentó hacerla reaccionar. Nino y el chico rubio rieron.
—Te cubriré —dijo Alya—. Nino y yo nos haremos cargo de todo.
—Nada de citas románticas en la panadería —espetó Marinette.
Alya supo disimular su sonrojo, esbozando una sonrisa cruel.
—Es lo mismo que te diré la próxima vez que invites a Nathaniel a pasar la tarde contigo.
—Eso fue un golpe bajo —se burló Nino, guardando silencio al instante gracias a la mirada asesina de Alya.
Con todo, Marinette entregó las llaves de la panadería en manos de su mejor amiga, y se despidió de los dos chicos morenos. Esperó a que Adrien hiciera otro tanto, y su cuerpo se tensó al sentir la mano del chico rubio posándose sobre su hombro.
— ¿Nos vamos? —dijo él—. Muero de hambre.
—Seguro —sonrió ella—. ¿Qué tienes en mente?
Adrien lo consideró por un segundo.
—Pizza.
—Me encantaría.
Ambos echaron a andar para alejarse del colegio. Al llegar al primer cruce, deteniéndose ante la luz del semáforo, Marinette buscó algo en su bolso. Una pequeña bolsa llena galletas. Ofreció la primera al muchacho, que la tomó gustoso y la terminó de un solo mordisco.
—Deliciosa —dijo él—. Son las mismas galletas que horneaste ayer, ¿no es cierto?
La chica se detuvo en seco.
— ¿Ayer?
Los nervios se transfirieron a él, quien rio con nerviosismo y pasó una mano sobre su nuca mientras intentaba pensar en una excusa creíble. Lo que ocultaba debajo del cuello de tortuga lanzó una punzada de dolor.
—S-sí... Bueno, Chat Noir dijo que fue a visitarte ayer, y dijo que probó tus galletas... Y... Y-y... É-él también piensa que eres excelente en la repostería...
Marinette pestañeó un par de veces. Al final, sonrió y retomó la caminata con el muchacho.
—Puedo hacer galletas para ustedes dos siempre que quieran —dijo la chica.
Adrien asintió, y optó por guardar silencio.
En su escondite, Plagg puso los ojos en blanco.
Ninguno de ellos se fijó en que la silueta de Coeur Brisé los seguía a una distancia potencialmente peligrosa.
Alya y Nino tomaron el camino opuesto, pasando frente al resto de sus compañeros que aún estaban reunidos afuera del colegio. Ambos observaron durante un minuto entero la forma en que Sabrina esperaba a que su amiga rubia fuese a buscarla, al no saber si podía ir a casa o si acaso Chloé aún necesitaba cualquier cosa. Nino pensó por un segundo en acercarse a la chica pelirroja, cosa que Alya evitó al tomarlo por el brazo para obligarlo a continuar con su camino.
Sin embargo, pasó sólo un minuto antes de que Alya fuese quien detuvo los pasos. Su agudizado sentido del oído, que no podía fallar siquiera en ese momento, le hizo mirar por el rabillo del ojo hacia donde un pequeño grupo de sus compañeros mantenía la mirada fija sobre aquella chica del largo cabello marrón.
Lila Rossi.
La chica que parecía tener un tic nervioso que le obligaba a tocar cada pocos segundos el collar que llevaba al cuello, con la forma de la cola de un zorro.
Alix, Nathaniel, Rose y Juleka escuchaban con atención aquellas palabras que despertaron sensaciones oscuras y negativas en el interior de Alya.
—Espera un momento... —intervino Alix, haciendo callar a Lila por un momento—. ¿Dices que es cierto? ¿Que Ladybug te buscó a ti?
—Por supuesto que sí —respondió Lila, esbozando una sonrisa que a Alya le pareció detestable—. Ella y yo solíamos ser grandes amigas.
—Pero tú no tienes tanto tiempo viviendo aquí, como el tiempo que Ladybug lleva en la ciudad desde que apareció por primera vez —comentó Rose confundida.
—Quiero decir que ella y yo nos conocíamos desde mucho antes de que yo llegara a París —dijo Lila—. Es sólo que Ladybug se enfadó conmigo porque arruiné sus oportunidades de salir con Adrien Agreste. Yo no tenía idea de que ella estaba enamorada de él...
— ¿Ladybug está enamorada de Adrien? —preguntó Alix arqueando una ceja, y haciendo evidente su escepticismo.
—Creí que ella estaba con Chat Noir —dijo Nathaniel.
Alya frunció el entrecejo. Nino intentó hacer que ella siguiera caminando, a lo que la chica de las gafas respondió avanzando en dirección contraria. Dio un par de pasos hacia adelante y se cruzó de brazos, escuchando sin que la chica del cabello marrón se percatara de su presencia.
—Yo tampoco lo sabía —dijo Lila—. Arruinó una cita que tuve con Adrien, y no volvió a hablarme desde entonces. Pero anoche fue a buscarme para decirme cosas que no dijo en el mensaje que grabó la chica del Ladyblog.
—Alya —informó Alix.
Lila le restó importancia con un gesto de la mano.
Alya tensó mucho más su expresión.
—Como sea... —continuó Lila—. Ladybug no tiene idea de que yo conozco a la perfección la verdadera identidad de Plume Mortelle.
— ¿Lo dices en serio? —preguntó Juleka.
—Tengo que saberlo —dijo Lila—. Soy la portadora del Miraculous del Zorro, ¿recuerdan?
Exasperada, Alya echó a caminar en dirección a la panadería y llevó a Nino a rastras para evitar que el muchacho siguiera escuchando toda aquella sarta de tonterías. El chico se colocó frente a Alya cuando la vio tomar el móvil, caminando hacia atrás e intentando llamar su atención.
—Alya, ¿qué estás haciendo?
Ella respondió sin mirarlo, escribiendo velozmente un mensaje de texto.
— ¿Ladybug enamorada de Adrien y arruinando una cita? —respondió ella—. ¿Alguna vez viste en acción al Miraculous del Zorro?
—Sí, eso fue cuando...
— ¡Eso era un akuma! Yo lo sé. ¿Crees que tendría el Ladyblog si no supiera todo acerca de ella? Chat Noir es el único otro súper héroe que tiene un Miraculous.
— ¿Cómo estás tan segura?
—Sólo lo sé —espetó Alya con violencia—. Ladybug dijo que necesitaba mi ayuda, y que sólo Marinette y Adrien sabían lo que estaba pasando. Lila Rossi no formaba parte de la lista, y voy a demostrártelo.
Envió el mensaje con furia, descargando ese sentimiento contra la pantalla de su móvil.
¿Ladybug te dijo que Lila Rossi era parte del plan?
La respuesta fue inmediata, aún cuando por un momento creyó que Marinette no respondería sino hasta que pasaran un par de horas.
No.
Alya miró entonces hacia atrás y fulminó la espalda de Lila con la mirada.
El collar de la cola de zorro centelleó al ser golpeado por un rayo de sol.
En alguna parte de París, un hombre enmascarado se preparó para dar inicio a la segunda fase de su plan.
Lila observó, por el rabillo del ojo, a aquel cuervo que la miraba fijamente desde una parada de autobús.
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