POV CHRISTIAN
Taylor niega lentamente, con sus ojos clavados en los míos.
-Nunca dejaría a Anastasia, no importa cuánto me pagues...-
Lo sé, lo sabia desde un principio. Pero mi intención no es alejarlo de ella, todo lo contrario.
-No quiero que la dejes Taylor. Nunca te pediría eso. Solo quiero que hagas algunas cosas para mi.-
-¿Cómo que cosas?. No mataré a nadie y esconderé su cadáver por ti Christian.-
Río con ganas, es una carcajada catártica que libera un poco la tensión de mi cuerpo. El sonrie también por su propio chiste.
-No, tampoco es eso. Solo quiero que trabajes para mi. Pídeme el dinero que tú quieras, no importa. Pero quiero poder pedirte las cosas que necesito sin sentirme un abusador. Y por supuesto... que esto quede entre tu y yo.-
-No necesito el dinero Christian. Y no voy a traicionar la confianza de Ana.-
Este hombre es mas duro de lo que pensé, pero haré mi mejor esfuerzo lo quiero en mi equipo. Siempre me rodeo de personas competentes que hacen bien su trabajo, tengo la facilidad de detectar sus talentos y quiero a este hombre conmigo.
-Creo que no me expliqué bien. Quiero que contrates un guardaespaldas para mi, alguien de tu entera confianza y quiero que contrates más personal de seguridad que trabajen de encubierto para cuidar a Ana. No confío en ese doctor y tú lo sabes mejor que nadie. Quiero que me mantengas informado paso por paso de todo lo que tenga que ver con respecto a Ana. ¿Entiendes ahora?.-
-Entiendo... pero no estoy deacuerdo Christian. Eso seria exponer la privacidad de Ana.-
-Taylor... la amo. No puedo siquiera pensar que algo le pase, asi sea un resfriado. La necesito. Te pido que trabajes para mi. Confia en mi, nunca usaria la información que me des en su contra, o en la tuya.-
Me mira a los ojos buscando la verdad, pero estoy tranquilo nunca, fui tan sincero con respecto a algo. La quiero a salvo y la quiero solo para mi, no quiero a ningun hijo de puta rondandola. Quiero tener la seguridad de que ella está a salvo y esta es la unica manera que se me ocurre por ahora. Asiente sin quitar sus ojos de los mios, Si que costó convencer a este hombre...
-Está bien, lo haré. Trabajaré para ti hasta donde yo lo crea conveniente. Que no se te olvide que ella es como una hija para mi y nadie la quiere mas a salvo, que Gail y yo.-
-Gracias, lo entiendo. Entonces... en primer lugar consigueme un guardaespaldas, un blackberry y una computadora. Por el dinero no te preocupes, mañana a primera hora hablaré con mi padre para que me haga una extensión de la tarjeta suya, solamente hasta que esté tranquilo y pueda volver a mi empresa.-
-Si... puedo hacer eso. Ahora Señor Grey si no le molesta quisiera ir a descansar.-
-No tienes que cambiar tu trato conmigo Taylor, para ti y Gail siempre voy a ser solo Christian.-
Nos damos la mano como sellando el trato de caballeros y se va. Me quedo a terminar mi copa pensando en como cambió mi vida de un momento a otro. Primero el accidente convirtiendome en un mendigo y a la vez haciendome el hombre más rico del mundo al encontrar a esta hermosa mujer que me dió su amor sin medir nada. Y ahora al saber quien soy, los millones que poseo, todo me lleva a creer que no habrá ninguna traba que nos permita amarnos... o eso quiero creer.
Subo a la habitación y me despojo de mi ropa quedando solo en boxer, Ana duerme abrazada a la almohada. Me acomodo a su espalda y la atraigo hacia mi, aspirando el olor que su cabello desprende, sintiendo la paz que me transmite solo verla dormir, asi me abandono al sueño sintiendome feliz y completo... por primera vez en mi vida.
(....)
Estamos camino a Steele & CO, Taylor ya me ha entregado la computadora y el Blackberry donde configuro los telefonos más importantes. Tengo muchas ganas de volver a Grey House, sentir el poder que ser la cabeza de la empresa me da. Volver a sentirme el amo del universo, de mi universo. Pero no puedo, no hasta que Ana esté a salvo, porque sé que ese doctorsucho de cuarta traerá problemas. A mi lado Ana lee unos contratos con su bonito ceño fruncido por la concentración, saber que tengo una mujer hermosa, cariñosa, inteligente, con el corazón más grande que haya conocido y que me ama es jodidamente increíble. Esto parece tan natural que me da miedo, miedo a que se aleje de mi al conocer mis sombras y de lo que soy capaz, miedo a no ver su amor atravez de sus preciosos ojos color cielo. No, no quiero pensar en que pueda perderla, se que mi oscuro y dañado corazón no lo resistiría.
-¿Puedo ayudarte con eso?.-
Le pregunto, no quiero seguir pensando en cosas malas, debo distraer mi mente si no quiero enloquecer aquí. Sonrie y me pasa el contrato, nuestros dedos se rozan haciendo presente a esa mágica corriente que sentimos cuando nos tocamos, sus mejillas se sonrojan de un rosa intenso que la hace ver más adorable. La besaria y la tomaria aqui mismo en el auto... si no estuviera Taylor en el asciento delatero. Debo conseguir mi R8 o mi Suvb, algo que me de la privacidad que mi cuerpo necesita en este momento. ¡Joder!
-Los japoneses quieren un porcentaje demasiado alto para lo que ellos ofrecen. No me parece justo, pero realmente necesito que Steele & CO se fusione con su empresa.-
Me comenta algo aflijida, asiento y leo con detenimiento sus cláusulas, ella tiene razón. La puerta a mi lado se abre, Taylor está allí parado con una media sonrisa en sus labios y me avisa que hemos llegado. Sacudo la cabeza para concentrarme, bajo y ayudo a Ana extendiendo mi mano que ella toma sin dudar. Entramos tomados de las manos, las personas a nuestro alrededor dejan de hacer sus actividades para mirarnos. Subimos saludando a algunos ejecutivos que miran de más a Ana, no puedo hacer más que fulminarlos con la mirada, algunos entienden mi indirecta y despegan sus ojos carnívoros de ella, otros ni me miran, voy a recordar sus rostros ¡Cabrónes!
Ya en su oficina, Andrea le lee sus actividades del día y me sorprende escuchar que tiene una cita con su doctor, que está llegando en unos minutos, buena chica... se sonroja y baja la cabeza para esconder su vergüenza. Cuando su asistente se va decido jugar un poco con ella.
-¿Te encuentras bien Anastasia?-
-Perfectamente. -
Me dice entre dientes y con la rabia y la vergüenza jugando en su dulce rostro.
-¿Por qué está viniendo a verte el doctor entonces?-.
Sonrio con malicia, tranquila tigresita, me encantaría domar la fierita que hay dentro de ti. Y pronto lo haré...
-Tú sabes porqué, pero si quieres que cancele la cita... creo que estoy a tiempo.-
Me dice con una sonrisa malvada tomando el teléfono que reposa en su escritorio y llevandoselo al oido. Por impulso me pongo de pie y le arrebato el teléfono de la mano dejándolo en su sitio. No, definitivamente esta mujer es más lista que yo.
-Déjalo que venga, no te hará mal una revisión.-
Se escucha su carcajada por toda la oficina contagiandome. Quise jugar con ella y como siempre terminó ella jugando conmigo, ¡esto no es justo!.
Andrea llama para informarle que el doctor Lynch ya la está esperando en una oficina vacía, me pregunto cuando lo ha llamado...
-Enseguida vuelvo...-
Me besa fuerte, desesperada, encendiendo por completo mi cuerpo que grita por ella. Se va dejándome terriblemente caliente y con una erección que lastima en mi pantalón.
Trato de concentrarme, realmente lo intento, pero las ganas de entrar al baño y masturbárme en su nombre son más fuertes. No aguantaré hasta que volvamos a casa. Cuando ya no puedo más, me pongo de pie con la idea clara de encontrar alivio a este problema entre mis piernas. Las puertas se vuelven a abrir y una Ana entra toda sonrojada y con una sonrisa triunfal. Se acerca y me extiende un papel, la miro a los ojos y ella se encoje de hombros y me hace señas para que lo lea. Lo abro para leerlo...
La paciente Anastasia Steele con historia clínica número 17469 está apta para tener relaciones sexuales a partir de la fecha.
Firma: doctor Nicolas Lynch.
Me sonrojo, si, yo Christian Grey me sonrojo al leer la orden del médico. No era necesario la orden, le hubiese creído si simplemente me decía que estaba bien. Pero esta mujer definitivamente va un paso más adelante que yo. Cuando levanto la vista, la imagen de Ana con la respiración agitada, las pupilas dilatadas y desabrochando los botones de su camisa, me quita el aliento y si antes no podía aguantar mi erección, en este momento está a punto de romper mi bóxer. Dejo caer el papel y agarro su rostro, la beso mientras desabrocho su falda, ella se saca por completo la camisa y deja caer la falda a sus pies. Da un paso atrás quedando solo en ropa interior y tacones negros.
-Realmente eres una diosa Anastasia.-
Mis ojos recorren sin pudor su cuerpo perfecto, con las curvas en donde amo perderme. Me empuja hacia el sofá negro que está en medio de su oficina.
-Ahora Señor Grey, usted recibirá el castigo que se merece por hacerme pasar por eso tan vergonzoso. -
Me dice desatando mi corbata, me saco la chaqueta y me apresuro a desvestirme como si fuera un adolescente hormonal. Ana me da la espalda y camina a su escritorio, no puedo dejar de ver su culo mientras camina pavoneandose. Marca un número en el teléfono y la escucho hablar, ya completamente desnudo.
-Andrea, no quiero que nadie me interrumpa, si yo te avisaré... no cancelala... si está bien.-
Corta y se da vuelta y aquí estoy yo, acariciando mi pene de arriba a abajo viéndola.
-Oh Señor Grey, déjeme ese placer a mi.-
Se acerca hasta estar frente a mi dónde se arrodilla y saca mis manos de mi pene y ahora es ella quien lo acaricia, con la otra mano masajeando mis testículos y juro que podría venirme solo con la imagen. Me guiña el ojo la muy descarada cuando introduce todo mi miembro en su boca y chupa con fuerza. Acariciando con una mano mi pecho hasta mi muslo, de ida y vuelta volviéndome loco. Mi cuerpo se tensa anunciando mi inminente orgasmo y es cuando ella se detiene. ¡Joder!
Sonrie mostrando su perfecta dentadura y se pone de pie, desabrocha su sostén y baja lentamente sus bragas quedando solo con los tacones negros, dejando ver sus piernas kilométricas que ya quiero que se envuelvan a mi alrededor.
-Mmm creo que aún no está listo Señor Grey... ¿Qué haré con usted ahora?-.
-Ana, por el amor de Dios solo déjame hacerte el amor.-
Ruego, si yo, ruego porque me abra sus piernas. Si fuera mi sumisa ya estaría llorando y clamando porque me entierre en ella. Niega mientras se sienta frente a mi en el sillón de una sola persona.
-No... el doctor no dijo que estoy lista...¿O si?.-
Se abre de piernas frente a mi dejándome ver lo mojada que está y empieza a masajear su clitoris, dándose el placer que quiero darle yo.
Gime y se retuerce y yo estoy literalmente babeando aquí sentado mientras me masturbo furiosamente ante su imagen desinhibida. Su inocencia sin duda la hace sexi, pero cuando se propone el provocarme sin duda lo logra volviéndome literalmente loco.
-¿Disfrutando de la vista Señor Grey?.-
-Oh Anastasia, disfrutaría más si estuviera más cerca...-
-¿Y quién lo detiene?...-
Sin esperar un segundo más me acerco a ella, saco bruscamente su mano y la remplazo por mi lengua, sus manos vuelan a mi pelo jalandolo y acercándome más a ella. Chupo y lamo su centro bebiendome todos sus jugos. Gime más y más alto y me importa una mierda si alguien escucha, sus gemidos son música para mis oídos.... y mi ego, sabiendo que estoy haciendo un buen trabajo. Cuando siento que sus piernas se tensan me separo y la pongo de pie, la doy vuelta y hago que apoye sus manos en los brazos del sofá. Le doy una nalgada en su perfecto culo y me introduzco en ella sin vacilaciones. La penetro con fuerza y sin piedad una y otra vez hasta que gritamos nuestros nombres mientras nos corremos.
Caemos al suelo y la atraigo a mis brazos, nuestros cuerpos están bañados en sudor y agradezco al cielo que tenga una ducha en su baño personal aquí.
-Te amo Anastasia, no sabes cuanto te amo.-
-Y yo a ti amor...-
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Besitos....😙😙😙
Andy....