POV GRACE ( especial)
Hace dos días se cumplieron los dos años que perdí a mi pequeño bebé de ojos grises. Todavía recuerdo su mirada asustada cuando despertó del coma, igual a la que tenia cuando lo encontré de pequeño, perdida y asustada. Lo amé desde ese instante aunque todo a su alrededor era difícil. Saber por lo que pasó con su madre biológica, como lo encontraron los policías, sus pesadillas y su fobia a ser tocado, todo eso me hacía amarlo más. El dolor que sentí cuando me llamaron del hospital primero para decirme que habia tenido un accidente y luego para decirme que había desaparecido, fue casi insoportable, me culpé todo este tiempo por no ser la madre que él necesitaba, por haberme dejado convencer de ir a descansar una vez que él despertó, si me hubiera quedado a su lado ahora no estaria sufriendo de esta manera. Trato de ser fuerte frente a mi marido y mis hijos, pero el dolor está ahí, apretando mi corazón, sintiendo su falta y aunque no era muy cercano a nosotros siempre fue especial para mi, siempre fue mi bebé... y siempre lo será.
Estoy en el hospital, hoy me llamaron de urgencia por una niña con leucemia, encontraron a un donante, lo que es un milagro. Así que estamos en el procedimiento correspondiente para hacer la transfusión.
Todo fue un éxito así que la niña se recuperará pronto, su familia está feliz y no dejan de agradecerme. Si tan solo me devolvieran a mi bebe... eso sería suficiente agradecimiento para mi, daría mi fortuna entera si él estuviera de vuelta. Haría cualquier cosa... o por lo menos encontrar su cuerpo y enterrarlo como corresponde, tener un lugar donde ir a llorarlo, una madre nunca debería pasar por algo parecido. La vida se ha ensañado demasiado con él, lo que es totalmente injusto.
Lágrimas caen de mis ojos por la angustia y el dolor en el momento que escucho mi teléfono celular sonando en el bolsillo de mi delantal. Lo tomo y me seco las lágrimas antes de atender, es Elliot.
-Hola hijo, ¿Cómo te va?.-
-Hola mamá. ¿Podemos reunirnos hoy?. Necesito hablar contigo de algo.-
Su voz está cargada de ansiedad, lo que es raro, él suele ser un chico muy tranquilo y alegre.
-Claro que si, estoy en el hospital ahora... te veré en el café Mayrose a las seis si estás deacuerdo.-
-Mamá... mejor te espero en casa...-
Mmm ese tono solo significa que cualquier cosa que tenga que decirme es delicado.
-Está bien cariño, te veré en casa. Hasta pronto.-
-¡Perfecto!, nos vemos luego.-
Cuelgo y guardo el celular de vuelta en el bolsillo con una sensación extraña en mi pecho. Conozco demasiado bien a Elliot, él es un libro abierto y si recurre a mi es porque de verdad sea lo que sea que tenga que decirme es muy importante para él.
Sigo con mi ronda, por lo que resta de la tarde. Cuidar la salud de los pequeños siempre me llenó el alma, desde que supe que era estéril cuando era una adolescente quise ser pediatra. Rodearme de niños era mi sueño, y cuando Elliot llegó a nuestras vidas llenó ese vacío que sentía al no poder darle hijos al hombre más maravilloso del mundo como lo es mi Cary. Luego se unió Christian con su terrible historia a pesar de su corta edad, para terminar de completarse con la llegada de Mia, la princesa de la casa y quien sin saberlo en su momento ayudó mucho a Christian ya que por ella pudo hablar de nuevo.
Éramos felices, Cary y yo lo éramos, no importaba cuantos problemas nos dieran nuestros hijos, éramos felices por el simple echo de tenerlos.
Ahora todo cambió, estamos más unidos que antes... pero eso lo produjo la tragedia de Christian, una sombra se posó en la familia Grey y nada la desaparecerá. Es muy triste.
Termino mi día laboral a las cinco treinta, el tiempo justo para llegar a casa, Mia está de viaje por unos días en Aspen, después de la crisis nerviosa que sufrió al encontrarse con una chica y que ésta le describiera tal cual era su hermano, su estado de ánimo decayó casi hasta llegar a la depresión, así que con su padre decidimos que lo mejor era que se valla por unos días con sus amigas para distraerse.
Ya en el auto manejo a casa y siento la ansiedad creciendo en mi pecho, es una sensación extraña que aumenta con cada kilómetro que me acerco a casa. Recibo una llamada y es Cary, atiendo desde el manos libres para no distraerme tanto al volante.
-Hola...-
-Hola cariño, te llamo para avisarte que llegaré más tarde a casa de lo normal, hay un problema que debo resolver aquí.-
Carick se hizo cargo de Grey House cuando pasó lo de mi bebé, sintió que le debía eso como padre y ha echo un excelente trabajo... casi tan perfecto como lo hacía Christian ya que él creó esa empresa de la nada... mi bebé era un chico listo. Suspiro pesadamente.
-Está bien amor, Elliot me espera en casa, dice que tiene algo que hablar conmigo. No te preocupes, te veré para la cena.-
-Mmm eso es raro. Bueno trataré de salir lo antes posible. Dale saludos de mi parte. Te veo luego.-.
-Adiós cariño.-
Pulso el botón de colgar cuando estoy entrando por el portón de la mansión, de mi hogar.
Entro por la puerta principal y camino a la sala donde un Elliot totalmente nervioso camina hacia mi para saludarme.
-Hola mamá, ¿Cómo has estado?.-
-Hola corazón, bien... no te preocupes.-
Nos separamos y tomamos asiento en el sofá, él se pasa repetidamente sus manos por el cabello, esa señal de que está nervioso la adoptó de su padre igual que Christian.
-¿Qué te está pasando Elliot?. Habla que los nervios me llevan a cualquier conjetura y.... sinceramente ninguna es buena.-
Trato de aligerar el ambiente, una atmósfera tensa nos rodea y mi ánimo no ayuda mucho.
-Mamá, solo quiero que te tomes esto con calma ¿okey?.-
-¿¡Embarazaste a alguien!?. Elliot por el amor de Dios, ¿Cuántas veces te dije que debes cuidarte?.-
Este chico un día me dará un infarto, ha tenido más novias que días en su vida. Aunque nunca nos la traía a casa, sus andanzas son famosas en Seattle. El mujeriego y rompe corazones de Seattle Elliot Grey.
-No madre, no embarazé a nadie y estoy saliendo con Kate, ¿Lo recuerdas?.-
-Bueno querido, eso no es garantía de nada... -
Niega con la cabeza en señal de frustración. Cada vez estoy más confundida.
-¿Qué es entonces?.-
-Es sobre Christian....-
Él aire abandona mis pulmones, no quiero discutir de nuevo este tema con él. Y aunque es el único que no se ha rendido y el único que no asume la muerte de Christian, aun en mi corazón de madre guardo la esperanza de que esté con vida. Pero no puedo seguir alimentando sus esperanzas... o las mias.
-Elliot él está muerto, ¿Cuándo vas a entenderlo?. No quiero discutir contigo otra ve...-
-Lo encontré...-
Me corta a media oración. Me callo y lo miro a los ojos buscando la verdad. Él no jugaría con algo así, él no buscaría lastimar a su madre con un tema tan delicado... no, él no lo haria.
-¿De qué hablas?. ¿Cómo que lo encontraste?. ¿Dónde está?. ¿Está bien?. ¿Por qué no volvió con nosotros?. ¿Por qué no me contestas Elliot?.-
- Porque no me dejas hablar mamá... es verdad lo encontré. Pero... él aún no recupera la memoria.-
No lo puedo creer, ¡Mi bebé! ¡Mi bebé está vivo!. Las lágrimas caen en cascada por mi cara y mi corazón late a toda velocidad. Esas palabras las estuve esperando por dos años, dos largos años.
-¿Dónde está mi bebé Elliot?.-
Suspira pesadamente volviendo a pasar su mano por el cabello, la emoción en mi voz es inconfundible, la esperanza en mis ojos y las lágrimas cayendo. No me importa ser fuerte en este momento, no me importa nada más...
-¿Recuerdas a Anastasia Steele?.-
-Claro que si, es una chica muy dulce. Tu padre trabaja para ella, ¿Pero que tiene que ver con Christian?. Elliot sin vueltas, habla de una vez que ya no puedo más.-
-Ella es la mejor amiga de Kate y fue ella quien lo encontró en frente de su departamento, estaba... estaba pidiendo limosnas...-
Me cuenta todo, mis sollozos se hacen más fuertes, la impotencia me nubla la razón. Mi bebé estaba pidiendo dinero para poder comer, ¡Mi hijo maldita sea! ¡MI HIJO pasó hambre otra vez!, Cuando me juré que nunca más pasaría por eso. Mi hijo viviendo en las calles, sin un techo, sin un hogar, siendo multimillonario. Mi hijo por fin encontró a un ser puro que lo pueda cuidar y amar como se lo merece, sin dinero de por medio, sin apellidos, solo por la maravillosa persona que es. ¡Mi hijo está vivo! ¡Gracias Dios mio! ¡Gracias por devolvermelo!
-Quiero verlo, hijo por favor llévame con él.-
-No madre, él se enteró que es un Grey ayer, y no de la mejor manera debo agregar... pero me prometió que cuando estuviera listo me avisaría.-
-Pero yo quiero verlo Elliot, ¡No puedes hacerme esto!. ¡Tengo que verlo!.-
Casi me arrodillo a sus pies, no me importaría besar los pies de todo el mundo, suplicar y arrastrarme si con eso tengo a mi bebe de vuelta. Él me abraza fuerte, tratando de contenerme y mantenerme sentada en el sofá. No puedo ni quiero esperar más.
-Guardé la mejor parte para el final...-
Lo miro a los ojos entre confundida y un poco arta de esto. ¿Cómo pretende que me quede tranquila si no me lleva con mi hijo?.
-¿Qué puede ser mejor que haber encontrado a tu hermano?.-
-Mamá.... él... él.. él me abrazó.-
El aire me falta, mi corazón de madre se termina de romper al entender todo. Christian jamás nos dejó tocarlo, mucho menos abrazarlo no... esto era demasiado bueno para ser cierto. Elliot perdió la razón... la muerte de Christian y el dolor pudieron con él.
-Está bien mi cielo, te creo. Pero mañana me acompañarás a ver a un psicólogo, solo porque no quiero ir sola. ¿Está bien?.-
Trato de persuadirlo como cuando era pequeño, usando mi voz dulce de madre y tratando de mantener mis emociones a raya, sé que a las personas así hay que seguirles la corriente, pero no se cuanto más podré soportar. Primero Christian, luego Mia al borde de la depresión y ahora mi Elliot desequilibrado mentalmente. ¿Qué te hice Dios mio para que me castigues con mis hijos?. ¿Tan mala persona soy?. ¿Por qué me haces esto?.
Él al ver mi expresión abatida habla con resentimiento. Se pone de pie y camina de lado a lado pasando sus manos por el cabello. Debo atarles las manos a estos hombres...
-No estoy loco madre. Él está vivo y todo lo que te dije es la verdad. Él me abrazó, Ana lo toca todo el tiempo. Ya verás...-
Mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca su teléfono, marca algo en el y espera. Lo escucho a lo lejos, todo esto me tiene muy mal y si él no está loco... creo que pronto lo estaré yo.
-Ana... si... ¿Puedo hablar con él?, si... por favor ponlo al teléfono... hola hermano, si todo está bien... ¿Puedes hablar con alguien que está aquí conmigo?... No se, de cualquier cosa... si... solo dile hola... bien gracias ya te paso. ¿Mamá..?.-
Lo miro confundida, esto está llendo demasiado lejos. Pero como dije antes... hay que seguirle la corriente. Solo espero que Carick llegue pronto, no puedo sola con todo esto. Tomo el teléfono de sus manos y lo llevó a mi oído. Suspiro pesadamente antes de hablar.
-¿Hola, quién habla?.-
-Hola soy Christian... ¿Con quién tengo el gusto?.-
Pierdo mi capacidad de hablar, si antes mi corazón latía rápidamente, ahora salta y rebota en mi pecho. Me tapo la boca para amortiguar mis sollozos, miro a Elliot quien asiente con la cabeza y sonrie de lado dándome ánimos. ¡Es verdad... es Christian, es mi bebé!. Mi hijo está vivo. Conozco a la perfección su voz y la formalidad en ella... es él.
-Christian... hijo... soy mamá. Te amo hijo, te amo bebé.-
Silencio se escucha del otro lado de la linea pero sé que esta ahí, puedo sentir su respiración agitada. Las lagrimas ahora de felicidad no dejan de salir y mi pecho se infla cuando vuelve a pronunciar...
-¿Mamá...?-
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Se acerca el momento tan esperado....
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Besitos 😙 😙 😙
Andy.....