La casa esta en silencio.
Veo el reloj que esta en la sala, 6:40, es tarde, Peeta debería estar ya en casa, desde hace bastante rato.
Voy a la cocina, tal vez si llegó y salió a buscar algo más.
Nada.
Veo inquieta por las ventanas, y repaso la casa con la mirada.
«Como si fuese a estar escondido entre los muebles» resonga una voz en mi cabeza.
Suelto una maldición interna y me doy cuenta de lo estúpida que me estoy comportando.
Subo a mi habitación y me dirijo directo al baño.
...........
Me entretuve en todo lo que he podido, el reloj ahora marca las 8 y él sigue sin aparecer.
Me levanto del sillón, tomo la chaqueta que colgué y salgo.
El camino esta levemente iluminado por las luces que provienen de la casa de mi mamá, pero saliendo de la aldea esta completamente oscuro.
Camino con cuidado y agudizo el oído, pero todo esta en silencio.
Cuando al fin empieza a hacerse visible la zona de comerciantes, veo una silueta familiar caminando por el paseo que divide la zona de comerciantes con los de la veta.
Me detengo al darme cuenta que es Peeta y no esta solo.
Una chica bajita le acompaña, lo tiene del brazo. Ambos se detienen y ella lo toma del rostro con ambas manos, acercandoselo.
Sé lo que están a punto de hacer y no quiero verlo.
Doy la vuelta y regreso por donde he venido.
«y tu que estabas preocupada» dice la amarga voz de mi interior.
«Él solo estaba con otra» respondo
«¿Por qué debería estar contigo?»la estúpida voz de nuevo «creiste que lo que ambos hicieron significo algo para él »
Un sentimiento nuevo nace y un nudo en mi garganta me aprieta...
«No me ama»
«eso querías, ¿Cuál es tú problema entonces?»
¿Cuál es el problema?
¡Abre los ojos Katniss, se honesta!
—Que yo sí lo amo.
Mi voz resuena en el solitario camino, mientras unas lágrimas se escapan de mis estupidos ojos.
PEETA
—¿Un hijo?
Susurra mi papá que me ve sin poder creer lo que he dicho.
—Peeta, tu sabes hijo que siempre contaras conmigo, pero, aún son tan jóvenes, su matrimonio apenas inicia, un hijo es mucha responsabilidad.
—Lo sé.
—Tal vez crees que el cariño de ella hacia ti nazca cuando se convierta en madre de tu hijo, pero...
Las palabras de Mi padre me molestan, e6l cree que yo deseo un hijo como un plan para que Katniss se enamoré de mí.
—Yo no quiero que ella se enamore de mí papá, hace algunos meses que me di por vencido, si ella me ama o no, ya no me importa.
Me quito el mandil, furioso, no necesito esto.
—hijo lo lamento, no es eso lo que quería decir, yo...
—Sí, es justo lo que querías decir, crees que yo sería capaz de traer un hijo al mundo solo para usarlo como chantaje para enamorar a su madre.
La cara de mi padre es de arrepentimiento.
—No, Peeta....
—Buen día papá.
Salgo de la panadería.
Mis pies se mueven sin rumbo especifico, no sé a dónde ir.
De alguna forma termino en la orilla del bosque, la cerca electrificada me impide pasar mas allá.
No sé si sea esté un lugar que frecuente Katniss, deseo que no. No quiero verla.
El transcurrir del día pasa, y puedo ver los distintos matices del bosque conforme la luz del sol avanza.
«Estoy feliz, muy feliz de ser una Mellark.
Sus dedos acarician mi rostro de manera dulce, me sonríe.
—Peeta, es el chico perfecto.
Sus dedos no paran de acariciar mi rostro y con las puntas acaricia mis pestañas.
Su mirada, parece tan real todo lo que en ella veo, si no supiera la verdad diría incluso que lo que sus ojos me dicen : que me ama.»
Así de imbécil soy. Ese recuerdo me molesta, me duele darme cuenta que siempre tuve esperanzas de que me amara, que siempre a sabido mentirme y yo le he ayudado queriendo creer que sus mentiras son verdad.
«—Tus pestañas— susurra Katniss interrumpiendome.- fue lo primero que puse en ese papel que me dio Effie.
¿Le gustan mis pestañas? Suena tan absurdo
-No hay un solo día que no me obsequies una sonrisa, puedo escuchar a muchas personas pero ninguna voz me llega como la tuya. Cuando te ríes me provocas querer reír, me gusta tu perfil y la manera en que hablas. Y no me refiero a tu facilidad de palabra si no a tu voz a la manera que tienen tus labios de moverse, tan únicos.
Nunca fui una chica que fuese catalogando si un chico era guapo o no, pero cuando te veo a ti sé que eres guapo.
Tus manos huelen a canela, son firmes y me hacen sentir protegida cuando nadie, desde la muerte de mi padre, lo había hecho.
Me quedo en silencio. Esto parece tan autentico, quiero creerle, no puede ser mentira, sus palabras son reales, lo sé.»
Sus palabras de ayer resuenan y a diferencia de tantas otras que le escuche decir para las cámaras, sé que estas fueron distintas, pero, ¿Qué tan reales fueron? No lo sé.
¿O me estoy mintiendo de nuevo?
—¿Peeta?
El sonido de mi nombre me obliga a voltear.
La pequeña silueta me es familiar pero la distancia y la leve luz me impide verla con claridad.
—Te vi hace rato y te he estado hablando un par de veces, pero no volteabas, creí que tal vez no eras tú, pero como no conozco a nadie más con ese bello perfil y bonito pelo...
Guarda silencio por que ya ha llegado a donde puedo verla claramente, y noto que se ha puesto roja con la última frase. Es conmovedor que se inquiete por un cumplido.
—Tu también tienes bonito pelo.
Le sonrió y me levanto para acercarme a ella.
Su cara es aún más roja y me doy cuenta lo que me gusta su reacción. Una reacción que nunca conseguí con mi esposa, por muchos cumplidos que otorgará.
Sé que he mentido un poco, su pelo es demasiado rubio y grueso lejos de ser considerado lindo pero es único y le da esa cualidad única a ella, eso lo hace lindo.
—¿Qué haces por acá? —pregunto para animarla a hablar y cambiar a un tema menos extraño.
—vine a traer un encargo de mis padres, pero tú eres al que debería hacer la misma pregunta.
—Bueno yo.... vine a petición propia, quería ver el bosque, en sus tonalidades cuando se pone el sol, ya sabes cómo se iluminan las hojas, las copas de los arboles, la tonalidad nostálgica del cielo.
—entonces te he interrumpido
Su voz esta cargada de pena.
—No, tranquila, ya es hora de volver.
Le sonrió y extiendo mi brazo para que se tome a el.
Ella sonríe baja la mirada y se toma de mi con cuidado.
—Tu esposa debe estar preguntándose dónde estas.
—Mi esposa esta ocupada en cosas más importantes.
—¿Más importantes que su esposo?
Su tono sorprendido y pregunta me ocasiona reír.
—Los matrimonios son, complicados. Creo...
—pero es que ustedes siempre se ven tan enamorados en los programas del capitolio.
Otra risa de mi parte.
—los programas del capitolio son...bueno, del capitolio.
—bueno sí, pero todos creemos que tal vez no los vemos así de enamorados aquí, porque son reservados.
Quisiera desmentir a Delly en sus observaciones pero me detengo, no puedo hablar de la verdad y si la mentira sucederá dentro de poco es mejor que nadie dude de lo mucho que nos amamos y el deseo de formar una familia.
—Nos gusta la privacidad y nuestro espacio.
—no sabes lo que me gustaría conocer a alguien así como tú y casarme, formar una familia...
—no pienses en eso Delly, aún eres muy joven...
—¡Disculpa! Si no lo recuerdas tenemos la misma edad y tú ya tienes años casado, tal vez hasta piensen ya en formar una familia.
Guardo silencio no me apetece hablar sobre eso.
Pero Delly parece no notarlo.
—Peeta, acaso ¿ no te gustaría tener hijos con Katniss?
Me detengo buscando una respuesta sin tener que mentir cuando una voz interrumpe.
—Si Peeta, ¿No te gustaría un hijo?
Delly y yo volteamos al mismo tiempo
En dirección al sonido, aunque se de sobra quién habla.
—Venías espiando nuestra conversación Gale.
Digo secamente.
—Hoy hable con Katniss —sigue Ignorando lo que he dicho — hacía un par de semanas que no la veía, no sé si te lo había dicho, vino a pedir mi ayuda.
—Lo sabía.
—Me alegro—responde sonriendo— hoy vino de Nuevo, estaba algo preocupada, y quería que le prestara ayuda de nuevo.
No puedo evitar apretar la mandíbula.
«Era mentira lo que creíste ver en sus ojos anoche» se burla de mi la absurda voz romántica que quiere creer en ella.
—Me alegro por ella, por tener un "amigo" como tú.
Delly esta sería pero sé que nota la tensión entre Gale y yo.
—Bueno, solo quería que lo supieras, ya sabes por si dentro de unas semanas el "problema" se resuelve. Fue un PLACER ayudarla y estaré encantado de seguir brindándole mi apoyo, no olvides decírselo Mellark.
—Se lo diré, tranquilo, aunque no creo que te ocupe para nada más, yo me seguiré haciendo cargo. Por lo que me comentó no estaba muy satisfecha.—mis palabras le borran su sonrisa de autosuficiencia.
—creo que mal entendiste—responde.
—Entiendo a mi esposa mejor de lo que supones, al final soy yo el que vive y duerme con ella. Buenas noches Hawthorne.
Sonrió y le doy la espalda. Delly sigue Colgada de mi brazo y noto que sabe que esta platica esta muy lejos de ser cortes y mas lejos aún de ser una simple platica inocente.
Ella no pregunta nada y yo se lo agradezco.
Seguimos el camino que comunica la veta con los comerciantes, y cuando llegamos a la orilla del camino que la llevara a la aldea de los comerciantes se desprende de mi brazo y me toma el rostro por sorpresa.
—Eres más que esto. Y la amas más de lo que aceptas. No sé que pasé en tu matrimonio pero no estoy ciega, y tú tampoco, abre los ojos, tu esposa te ama, y ese chico de allá, ese primo suyo, lo sabe.
Me da un beso en la mejilla y se va dejándome sopesando lo que a dicho.
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Hola!!
Gracias x su paciencia.
Besos
Lyla