La noche llega.
El aire es fresco, y el ruido del distrito es suave. Todo indica que la hora de dormir ha llegado a la mayoría de los hogares.
Recargo la cabeza en un tronco pequeño. Volteo al cielo y puedo ver claramente las estrellas.
No quiero hijos. No quiero amarlos para después perderlos y verlos morir en la arena para diversión de una sarta de salvajes.
Mi mente divaga en tantas opciones pero ninguna es adecuada. Todas tienen fisuras y nos ocasionarían más problemas. Me levanto cansado de esta posición incómoda.
Regreso hacía la aldea. No hay gente en el camino así que puedo caminar sin representar un papel.
Cuando estoy atravesando la veta, de una de las casas la veo salir.
Gale detrás de ella. Él baja la cabeza hacía su cuello y veo como le
Deposita un beso en la nuca, al tiempo que la toma de la cintura desde atrás.
Ella recarga su cabeza en el pecho de él y levanta la cara hacía su dirección.
Yo desvío la mirada y camino más aprisa hacía la aldea.
Llego directo y entro. Me dirijo de inmediato hacía mi recamara. Necesito desapegarme de esta bizarra situación. Las cosas ya estaban claras con nosotros desde antes de la dichosa carta. Yo le había dado su espacio, no quería nada de ella. Bueno, eso era su libertad, no tendría que sentirme mal con esto.
Me meto a bañar y pierdo la mayor cantidad de tiempo que puedo. Salgo, me cambio y me preparo para dormir. Dudo conseguirlo pero haré el intento.
Acostado en la cama, presto atención a los sonidos que haya en la casa; pero nada se escucha que me haga saber si ella ha llegado.
El sonido del crujir de una puerta es lo que me informa que ella esta en casa.
Me siento en la cama por inercia. Espero escuchar sus pisadas que suban las escaleras; pero solo hay silencio.
No vuelvo a escuchar otra señal de vida y después de cierto tiempo duermo exhausto mentalmente.
Unos gritos escalofriantes me hacen abrir los ojos. Salto de la cama y corro hacía la fuente de donde provienen.
Abro la puerta de un jalón y veo a Katniss revolviéndose en la cama perlada de sudor. Me acerco preocupado por ella, pero antes de tocarla abre los ojos que están dilatados por el pánico.
Ella se sienta de un solo movimiento y se acerca como reflejo a mi pecho y esconde su cara en el.
-Tienes razón- murmura entre mi camisa. - tienes razón; pero tengo miedo a que él venga. Mi hermana es tan pequeña y dulce, no quiero que él la lastime. Yo...
-Lo sé - digo y al fin coloco una de mis manos en su cabeza para consolarla -pero imagina lo doloroso que será formar una vida en tu vientre, verlo nacer, conocerlo, estar presente para verlo reír, caminar, hablar, que después te diga mamá. Imagina la manera en que lo amaras y solo para que llegue a la edad de 11 años y tengamos que pararnos detrás de un cinta donde oiremos su nombre resonar en los altavoces. Y no habrá nada que podamos hacer para traerlo con vida a casa de vuelta.
Ella esta llorando en mi pecho.
-Katniss sé que harías lo que fuera por tu familia. Por favor entiende que no puedo aceptar la posibilidad de ver a mi hijo morir sin poder hacer nada. Prefiero morir antes que tal cosa suceda y sé que tú también. No tientes al destino, crees poder aceptar esa petición ahora, por que no conoces a tu hijo y tal vez lo ves lejano; pero Katniss una vez entre tus brazos te arrepentirás de haberlo concebido por que lo amarás con locura, como nunca has amado.
Ella se suelta de mi agarre y entre lágrimas responde:
-se que es una decisión que debo tomar para salvar a mis seres queridos. Yo no puedo imaginar lo que siente una mamá por su hijo y tienes razón tal vez eso hace la diferencia. Y ahora que desconozco por completo esa sensación es mejor que lo haga. Puedo aprender a no quererlo a verlo solo como un paso para cuidar a mi hermana.
Sus palabras me sorprenden por lo frías y calculadoras que suenan.
-yo no puedo obligarme a querer o no querer a alguien. Si así fuera desde hace mucho tiempo no sentiría nada por ti.- contesto molesto por su insinuación.
Ella se retira y se va hasta el otro extremo de su cama.
-¿Tienes alguna idea?- pregunta cambiando por completo el semblante con la voz desprovista de sentimiento.
-Infertilidad.- respondo .
Ella voltea a verme y una sonrisa atraviesa su rostro.
-nos harán pruebas, encontraran que mentimos.
-¿para qué quieres opciones? Tu misma lo dijiste, no me necesitas. Ya elegiste lo que harás y creo que Gale es el afortunado seleccionado para llevar acabo tu tarea.
Ella abre la boca y su rostro se contrae en evidente molestia, su voz es despectiva:
-Eso a ti no te importa.
-tienes razón, no me interesa. ¿Se te ha ocurrido que Snow querrá pruebas que es nuestro?
Ella mueve la cabeza negando y responde:
-estamos casados, que más
Prueba quiere de el amor que nos tenemos, concebiremos un hijo juntos.
El sarcasmo tiñe cada palabra.
-Claro. Será fácil engañarlo, cuando vea que ese niño tiene todas las características de su madre solamente, y ninguna del padre. O tal vez la suerte sea mayor y tenga las características de la familia y se parezca a tu "primo". Que razón tienes, así no lo quedara duda de que es nuestro.
-¿Qué quieres entonces Peeta? Que acepte lo que tu gustoso has aceptado. Mandar asesinar a mi familia. Le temes a lo que puede suceder en 11 años y tal vez no suceda. O quizá solo temes tener que tocarme, llevarme a la cama y hacerme el amor; Quizá crees que no estarás a la altura y no podrás embarazarme por mucho que quisieras.
Sus palabras me muestran la desesperación que siente. Hace que me ría .
-Ese no es problema. ¿Crees que temo tocarte?- me desabotono la camisa.
Ella abre los ojos y me mira sorprendida cuando me la quito por completo. Sonrío de medio lado y agarro el botón de mi pantalón, lo desabrocho y bajo el cierre. Katniss sigue mis manos y da un paso atrás.
-¿Crees que yo temo hacerte el amor?— la miro profundamente—
Yo podría tocarte cuantas veces quisiera y quisieras tú. Si por mí fuese estaría desnudándote ahora mismo, besándote, arrancandote gruñidos y suspiros. Te tendría entre mis brazos. Dudo que sea igual para ti, tal vez me equivoque, enséñame, ven tócame.- extiendo la mano para pedirle la suya.
Ella observa mi pecho y luego mi cara.
-no temo tocarte.- responde sin acercarse.
Yo me acerco. Invado su espacio y ella se estremece ante mi proximidad.
-entonces hazlo- tomo su mano y la llevo a mi pecho. -¿quieres un hijo, no es verdad?, demos el primer paso entonces, quítame el pantalón y déjame desnudarte. Déjame recorrer tu cuerpo con mis labios- bajo la cabeza a su cuello. Ella tiembla un poco cuando susurro contra su oído -hacerte temblar, apretarte entre mis brazos mientras me acomodo entre tus piernas y por último me introduciré en ti y al fin seres marido y mujer, e intentaremos cuantas veces sea necesario hasta que tu sueño se cumpla y tengas un hijo mío.
Ella mueve su rostro para que quede frente al mío. Me ve a los ojos y me reta a que cumpla lo que he dicho. Se acerca a besarme y recibo en mis labios un tímido beso. Sus manos suben a mi pecho.
Sus manos queman, me hierve la sangre debido a su olor, siento mi cuerpo reaccionar ante la posibilidad de llevar esto a la realidad.
Sus labios a menos de un centímetro ambos respiramos agitados sin dar ese paso que deseo, la deseo. Es mi esposa y la deseo.
Sonrío contra sus labios y doy un paso atrás. No perderé el control.
-Yo no hago el amor para probar algo.
Me acuesto con quien amo. -tomo mi camisa y le doy la espalda para dirigirme a la puerta.
-tu has dicho que me amas.- dice ella a mi espalda.
-eso no basta.
Salgo y cierro la puerta.
Me voy a mi recamara y ahí me dejo caer en la cama. Una gran frustración me recorre. Me porte como patán, quise asustarla y que ella se retractara. Pero no funcionó, ahora solo queda la sensación de sus manos en mi pecho y la embriaguez que sintió mi cuerpo solo de pensar en la posibilidad de hacerla mía.
El sexo siempre estuvo en una parte escondida y dormida de mi mente. Y despertó al fin cuando ella apareció desnuda ante mi. Siento que me transforma las ansias que despiertan cuando la pienso. Es tan extraño.
No sé qué hacer ahora.
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Desvestirte Peeta!! Y venir aquí conmigo.... O yo voy no te lo pienses.....
Hasta dentro de ..... Ya ni se, en cuanto pueda lo prometo.....ahora seguiré escribiendo....
Besos
Lyla