-Debes aprender a dejar un margen de tiempo entre cada ataque – Aconsejaba Phillip a James mientras ambos entrenaban arduamente.
James respiraba con dificultad pues ya hacían 6 horas de entrenamiento y Phillip no desbordaba ni una pisca de cansancio mientras él ya no podía mantener el aliento.
-¿Cómo lo haces? – Pregunto James casi sin analizar la pregunta.
Phillip sonrió y lo miro confundido.
-Hacer ¿Qué? – Respondió con otra pregunta.
James sonrió también y sacudió la cabeza como intentando recuperar algo de fuerzas para seguir entrenando.
-Nada, quiero ser tan fuerte como tú – Le reveló sorprendiendo a Phillip.
Phillip no podía dejar de sonreír cuando entrenaba con James pues era un joven muy peculiar, del tipo de personas que no sentía pesar ni angustia al dejar al descubierto exactamente lo que sentía podría etiquetarse como "sincero" a un grado que podía llegar a tornarse algo molesto pero Phillip en poco tiempo logro apreciarlo e incluso considerarlo como parte de su familia ya que nunca había tenido una, su vida se había resumido en hostilidad y engaño y al encontrarse con la sinceridad y gracia de James logro darse cuenta de que habían personas realmente extraordinarias y que solo debía tomarse el tiempo de conocerlas y confiar al menos solo un poco en ellas.
Tras el cansado entrenamiento ambos se recostaron en los pastos verdes que rodeaban el campo. Permanecieron en silencio pero no era difícil sentir la tensión que James emanaba, Phillip sabía que quería decir algo y se lo estaba negando.
-Sé que quieres saber de ella –Emitió Phillip mirándolo con aprecio.
James bajo el rostro como confundido por haber sido esta vez Phillip el que dijese lo que pensaba mientras él se acobardaba.
-Siempre quiero saber de ella pero al sentirme así estoy contradiciéndola y sé que prometió volver, yo la espero todos los días – Confesos a Phillip despertándole una curiosa pregunta.
-Sé que tú la conoces mejor que yo y debido a los conflictos nunca pude conocerla en esencia –Comentaba Phillip a James - ¿Tú podrías decirme como es ella en realidad? –Le pidió con confianza.
James lo miro con una media sonrisa dibujada en su rostro y se levantó extendiéndole la mano para que lo siguiera. Ambos comenzaron a caminar a través del extenso campo mientras James le contaba la forma singular en la que él veía a Alka.
Al otro lado del gran reino ahora unido en uno se encontraban las enormes montañas congeladas que dibujaban el horizonte del reino de hielo donde se encontraba Marcus entrenando solo, como él prefería. En la distancia Forto lo observaba con inquietud pues desde que lo conoció sintió que era una persona a la que había que vigilar debido a su explosivo temperamento.
-¡Ya muchacho! –Gritó llamando su atención -¿Qué intentas demostrar? –Le preguntó esperando que esta vez Marcus se respondiera esa pregunta.
Lo ignoro y prefirió seguir destrozando los obstáculos del campo de entrenamiento.
Forto había afinado sus habilidades alquímicas durante su estancia en Telca y en su tiempo libre rediseño químicos y pociones que lograban hacer cosas increíbles y en circunstancias como esas Forto usaba sin dudar una pócima para despojar a Marcus de sus sentidos y eso exactamente hizo. Marcus fue despojado del sentido de la vista y del tacto así Forto podía calmarlo cuando sufría una de sus crisis de personalidad.
-¡No de nuevo! –Grito Marcus enojado.
-Te lo has ganado muchacho, debes tener más responsabilidad con tu elemento y también contigo mismo – lo aconsejaba Forto esperando calmarlo.
Marcus se consideraba así mismo muy fuerte pero esa fuerza que simulaba tener era la misma que lo destruía siempre que intentaba superarse. Sin el control de sus sentidos primordiales la desesperación se apodero de él y la angustia de sentirse débil, todos esos sentimientos que se disponía a ocultar sin tener éxito.
-¡¿POR QUÉ?! –Grito histérico dejando las lágrimas amargas salir naturalmente.
Forto estaba preocupado, Marcus era un guerrero fuerte pero temía que su falta de control lo perjudicara algún día.
-Hoy te enseñare el arte de la alquimia a un nivel energético Marcus, así te darás cuenta de lo que tu energía es capaz de hacerte –Le informo Forto devolviéndole con otra pócima sus sentidos.
Marcus torpemente se incorporó y permaneció arrodillado en el suelo helado.
-No entiendo porque debía irse –Emitió con tristeza.
Forto lo sabía, todo ese comportamiento y toda esa ira eran por ella.
-Todos nacemos con un propósito y con un sueño pero solo unos pocos mueren habiendo realizado ambas cosas, ella encontró el lugar de donde venía, sola, a pesar de todo los obstáculos pero ahora está buscando su propósito y ella es una de esas pocas personas que hará ambas cosas, tú deberías hacer lo mismo, hasta donde tengo entendido tu sueño de encontrar a tus padres esta cumplido, ahora ¿Cuál es tu propósito en la vida?
Marcus guardo silencio pues una vez más Forto lo hizo pensar y entender un poco más las acciones de Alka.
Al final del día, de todos los entrenamientos y deberes, las familias reales se reunían en la región neutral para compartir con las personas que habitaban sus reinos y seguir prosperando en armonía. Todos bailaban y reían alrededor de una enorme fogata que los hacía sentirse cómodos.
La reina Temiza y Clarisa con todo y sus diferencias se divertían observando a todos haciendo tonterías y James era uno de ellos. Oriel siempre serio permanecía al lado de la Reina Temiza pues le profesaba sin entenderlo muy bien un gran respeto y cariño.
--Anda y diviértete Oriel –Le ordenaba Temiza con cariño.
--No me gusta "divertirme" prefiero estar atento, nunca se está demasiado seguro –Respondió sonando poco convencido.
En ese momento James apareció con una máscara de pájaro muy divertida y jalo a Oriel del brazo para que se uniera a la danza alrededor de la fogata y solo siguiendo la corriente se unió pero su rígida personalidad lo hacían ver muy gracioso. Todos reían y se divertían como nunca en mucho tiempo.
--Nunca había presenciado tanto amor –Le confeso Phillip a su madre que lo acompañaba en una caminata alrededor de la zona.
--Pues deberás acostumbrarte porque yo no dejare de dártelo hijo –Le respondió dándole un breve abrazo lleno de cariño –Me haría mucho más feliz tener a tu hermana con nosotros –Le compartió a Phillip.
--Sé que a ella también le gustaría estar aquí.
--¿Hablan muy seguido? –Pregunto Clarisa con curiosidad.
--No es como hablar madre, es más como enseñarle cosas, yo le enseño los recuerdos que he compartido con ustedes y ellas los ve como si fueran suyos y pasa igual con los que ella me enseña pero sé que no me muestra todo lo que hace y ve –Le confesaba Phillip a su madre.
--Pero ella está bien ¿verdad? –Preguntaba angustiada.
--Si madre, lo está –Respondió sin convencerse de ello.
Marcus miraba aun con desconfianza a Phillip y lo seguía con la mirada de una forma poco amigable. James lo noto y se acercó.
--¿Cuánto tiempo más estarás aislado de todos? –Preguntó serio.
Marcus no lo miro a los ojos.
--Te aconsejo marcharte o saldrás herido –Lo amenazo.
Algo andaba mal con Marcus, se había vuelto hostil, impulsivo, explosivo y todos poco a poco se alejaban de él.
--No somos tus enemigos –Se limitó a responder James marchándose.
Marcus se levantó iracundo y se marchó de la reunión.
Al amanecer del siguiente día todos los problemas comenzaron.
--Marcus se ha ido su majestad –Informaron los padres de Marcus a la Reina Clarisa.
--Les pido que se calmen, ha actuado muy extraño los últimos días, como si algo lo perturbara ¿Saben que pudo ser? –Preguntó Clarisa a los desesperados padres.
--Solo pesadillas nocturnas, se levantaba gritando el nombre... de la princesa pero nada más extraño que eso – les confesaron a la reina algo apenados --¡Ho sí! Una cosa su majestad –Dijeron inmediatamente –Una noche llego del bosque con la ropa destrozada y sucia pero sin un solo rasguño –Le revelaron confundidos.
La reina no pudo pensar en ninguna explicación pero inmediatamente comento el asunto con Forto y Oriel, ambos expertos en deducciones.
--Sabía que algo le molestaba, estaba ansioso de poder y con poca paciencia pero es un chico testarudo, no me dijo nada –Compartía Forto con la reina y su hijo.
--Tal vez descubrió algo, sé que desde que Alka se marchó no ha hecho más que entrenar como si estuviera preparándose para ir tras ella –Compartió Oriel.
--¿Creen que solo haya ido tras ella? –Preguntó Clarisa.
--Es lo más posible en estos momentos – Emitió Forto.
Parecía que Marcus pasaba por un grave problema en su interior y que como todo lo que hacía lo lograría resolver solo, nadie intervino en su búsqueda, esperaban que con el tiempo el también volviera, al igual que Alka.
Pasados tres meses, la coronación de Phillip y James se acercaba con rapidez, pues como dictaba la tradición, tras los 100 años de reinado de las actuales reinas que no aparentaban su edad debido a sus almas elementales, ellas serian destituidas por sus primogénitos para 100 décadas más de reinado ó hasta que estos tengan que ser destituidos por sus hijos al cumplir los 21 años.
Reunidos en el castillo de hielo se encontraban James, Phillip, Oriel, Las Reinas Temiza y Clarisa y Forto cenando en la gran mesa helada mientras compartían anécdotas y recuerdos.
--Ya ha pasado un año desde que Alka se marchó ¿Crees que ella este aquí para nuestra coronación Phillip? --Preguntó James esperanzado.
Phillip sonrió y se puso de pie para dar lo que parecía una buena noticia.
--Pues ya hace tres días que me comunique con mi hermana y estaba esperando estar todos juntos para darles las noticias que he recibido –Hablaba mirando la expresión de todos –Ella me mostro el camino de regreso, significa que su viaje a terminado y que pronto estará aquí, con nosotros –Añadió percatándose de la excitación de todos.
La Reina Clarisa tapo su boca con ambas manos profesando alegría y emoción, Forto emitió una carcajada de alivio mientras posaba su mano sobre el hombro de Temiza que inmediatamente después se sacudió de él y giro sus ojos hacia otro lado, Oriel permanecía serio pero sin esperarlo compartió un pequeño gesto de emoción y James siendo el más indiscreto de todos corrió y abrazó a Phillip con una fuerza sobre humana. Phillip intentaba guardar la compostura pero el gesto de James le causo mucha risa y no pudo evitar compartir la emoción de todos. En el fondo Phillip se sentía muy aliviado de que Alka volviera pues en algún momento había presentido que algo malo ocurriría.
La alegría se respiraba en todos los habitantes de Telca tras conocer la noticia de que su única princesa regresaría y sin saber el día exacto de su llegada todos se vistieron de fiesta y adornaron las calles y los mercados con hermosos letreros de tela bordados a mano y sembraron flores de colores en cada lugar donde la tierra fuese fértil con la esperanza de que fuese lo primero que la princesa viese al llegar. Las calles se llenaban de melodías alegres y sin entender la razón todos esperaban con desesperación la llegada de Alka.
--¡Por favor su majestad busque a Marcus! –Suplicaba la desesperada madre del incorregible guerrero –Sé que si no ha vuelto es porque está en problemas, he tenido un sueño horrible, tengo un mal presentimiento –Confeso angustiada esperando consolarse de la Reina Clarisa.
Clarisa no soportaba ver a su gente sufriendo y a pesar de eso ella sabía el sentimiento amargo de no saber dónde está tu hijo.
--Para la tranquilidad de su familia ordenare ahora mismo un recorrido por los alrededores y pediré la ayuda de las ninfas para que lo busquen en los bosques –Le afirmo esperando calmar un poco su preocupación.
En ese momento el alboroto de afuera hizo a Clarisa correr a la gran puerta. Al abrirse la puerta se dejaron ver Forto y la ninfa del norte con Marcus en brazos.
--¡HIJO! –Grito desesperada su madre.
Los ojos de la Reina se agrandaron del asombro pues el joven guerrero estaba gravemente herido, sus ropas destrozadas y su cara levemente quemada, ambos brazos colgando y sin fuerzas y totalmente inconsciente.
--¡¿Qué ha ocurrido Forto?! –Preguntó la Reina muy impresionada.
Forto solo la miro con expresión de preocupación y completa confusión.
La Reina junto con la madre de Marcus siguieron a Forto y a la ninfa hasta una habitación en la planta baja donde lo recostaron con cuidado y dispusieron de su inmediata atención. Una vez estable y atendido por los sirvientes reales Marcus quedo en compañía de su madre, la Reina junto con Forto y la ninfa salieron de la habitación para comentar las noticias que helaban la expresión de Forto.
--Lo encontré inconsciente cerca del bosque de los espíritus, estaba en medio de un cráter muy profundo hecho por la fusión de hielo y fuego –Habló la ninfa explicando el escenario.
Clarisa procesaba la información sin éxitos en un pronóstico de lo que pudo haber ocurrido.
--¿Quién le haría algo así? –Preguntó angustiada.
--No lo sabemos pero eso no es lo más extraño Clarisa –Emitió Forto –El bosque de los espíritus se ha quedado sin... sin espíritus –Le revelo aterrado.
La ninfa dejo ver su preocupada expresión y por primera vez su rostro casi podía interpretarse de miedo. Clarisa lo noto y sabía que algo malo ocurría.
--Nadie en Telca y en ningún otro planeta sabe el origen de los espíritus, lo único que se tenía sobre ellos era el antiguo libro que Craz había hurtado para la ceremonia donde pretendía arrebatarle los elementos a Alka y a su hermano, pero ya lo recuperamos –Contaba la ninfa –Pero ni siquiera en ese libro se dice cómo controlar a los espíritus ni las cosas que estos son capaces de hacer y el que hayan desaparecido del bosque me pone nerviosa –Confeso la ninfa del norte dejando al descubierto su miedo.
Clarisa parecía desesperada por la amenaza de un nuevo mal.
--Tal vez solo sea otra acción que desconocemos de su naturaleza –Alegaba sin saber en busca de esperanza.
--Me temo que no Clarisa, los espíritus solo se impulsan por grandes fuentes de energía, ni siquiera la acumulación de la gente elemental en los reinos los perturba, lo único que logro alterarlos fue la llegada de Alka y el despertar de la fuerza de Phillip pero ¿qué otra fuerza sería tan superior para hacerlos abandonar por completo el bosque? –Se preguntaba la ninfa sin entender lo que ocurría.
--Sería imposible, tal vez fueron capturados –Supuso Forto sometiendo un arduo análisis de la situación.
La ninfa lo miro extrañada.
--¿Cómo se captura a un espíritu? Son incontrolables Forto, además el mas mínimo contacto con un elemental significa la absorción absoluta de sus poderes y si el contacto es con las criaturas, estas quedan sin fuerza o mueren –Alegaba la ninfa convencida de sus palabras.
--Con Alka no ocurrió así, según James los espíritus la salvaron de morir dándole de su propia energía –Recordaba Forto aun analizando la situación.
--Nosotros las criaturas no hemos logrado obtener información sobre los espíritus en toda nuestra estancia en Telca, sabemos que existen desde mucho antes de nuestros orígenes, según el libro de las almas los espíritus nacieron con ellas –Explicaba la ninfa.
--Si no sabemos qué está pasando, lo averiguaremos –Vocifero la Reina con determinación –Forto, informa a Temiza de la situación y reúne a los guerreros necesarios para una excursión de información al bosque de los espíritus.
Forto solo asintió y marcho hacia el reino de Fuego para preparar todo.
--Algo grande ocurrirá, las plantas y los animales lo sienten –Comento la ninfa aun en compañía de la Reina –Alka vendrá pronto pero el mal corre mucho más rápido.
--¿De qué hablas? –Pregunto la Reina desconfiada.
--No lo sé, solo lo siento pero no temo, la tierra y el aire están con Alka –Respondió mirando con firmeza a la Reina –Su hija se ha vuelto muy fuerte, me temo que será nuestra única esperanza, una vez más –Añadió marchándose con lentitud y elegancia.
Clarisa respiro profundo y su cabeza no dejo de resonar luego de lo ocurrido.
--Al fin despertaste –Suspiro una chica mientras Marcus abría los ojos.
Al percatarse de donde estaba se exalto intentando levantarse. La chica lo detuvo con rapidez volviendo a recostarlo.
--Cálmate tonto, no tienes fuerzas para levantarte aun –Le replico sentándose de nuevo a su lado.
--¿Tú quién eres? –Preguntó Marcus aun desorientado.
--¡Genial! –Emitió con ironía –Estuve en el Torneo elemental, soy la mejor maestra de las armas en toda Telca –Le recordaba con molestia.
--Aún no recuerdo tu nombre –Contesto con poca fuerza.
Sus ojos se desviaron al otro lado de la habitación.
--Soy Darcy idiota –Le respondió con hostilidad.
Marcus pareció sonreír levemente.
--Y ¿qué hace la maestra de las armas cuidando de mí? –Preguntó irónico esperando molestarla.
Ella entre cerro los ojos y emitió una carcajada falsa.
--Todos están en una importante excursión en busca de respuestas para lo que te ocurrió y yo no les seria de utilidad desde que fui herida en la pierna por la pedante chica de tu equipo, resulto ser más grave de lo que parecía –Le revelo con leve tristeza.
Marcus pareció impresionarse he intento levantarse con angustia.
--¡Hey! Te he dicho que aún no puedes moverte –Lo detuvo nuevamente con ambas manos para intentar volverlo a la cama.
--¡No puedo permanecer aquí, debes decirle a todos que se alejen del bosque! –Le decía nervioso y alterado.
--¿Por qué? –Preguntó Darcy confundida.
--Hice una tontería y... --Guardo silencio mientras intentaba desatar el nudo en su garganta –He perdido mis poderes –Reveló dejando a Darcy en suspenso.
--¿Cómo? –Musito aterrada.
--Fui muy tonto ¡¿Cómo pude dejarme engañas?! –Se culpaba así mismo padeciendo al mismo tiempo las incomodidades del dolor físico.
--¡Dime que ocurrió! –Le exigió Darcy angustiada.
--No hay tiempo, debes decirle a todos que se alejen del bosque o también perderán sus elementos –Le insistió dolorido.
Darcy se levantó de prisa y con dificultad al caminar logro llegar a las caballerizas de hielo, tomo un caballo y galopo a toda prisa hacia el bosque.
Lo que Marcus alegaba era tenebroso y lo primero que Darcy imaginaba era una epidemia de espíritus hambrientos de energía elemental. Pocas veces se escuchaba que los espíritus arrebataran los poderes de un elemental por completo, la mayor parte del tiempo solo robaban un poco de energía y se marchaban pero estar rodeado de una gran cantidad de espíritus no solo podría despojarte de tu elemento sino también matarte. Marcus tuvo suerte de sobrevivir.