Stiles POV
No era necesario explicar a nadie lo sucedido entre Lydia y yo, porque se veía desde lejos. La tensión se palpaba en el ambiente, como Scott me hizo saber. Es que parecía que hasta Liam lo notaba, madre mía. Lydia se había atrevido mucho en la tarde de ayer, provocando de una forma que solo ella podría. ¿Pero hoy? Me ignoraba completamente, hacía como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, yo no podía. Seguía con la mirada a Lydia fuese donde fuese, cada paso.
Una vez que asumes tus sentimientos por alguien, son difíciles de ignorar. Por eso no entendía el comportamiento de Lydia, aunque de verdad lo intentaba. Andaba de un lado a otro de la casa, sin pausa.
-Lydia, ¿puedes tranquilizarte? -Pregunté amablemente-. Me estás poniendo nervioso.
-No creo que más que tú a mí...-musitó para sí misma, aunque lo oí.
- ¿Qué has dicho? -pregunté incrédulo, esperando que Lydia repitiese lo que acababa de decir. Sin embargo, eso no sucedió.
-Nada, cosas mías. Estoy un poco alterada hoy, lo siento.
-No te preocupes. Siéntate, anda-dije señalando el sitio en el sofá junto a mí. Ella me hizo caso, pero se sentó dejando una gran distancia entre nosotros-. No muerdo, ¿eh?
- ¿Qué? Ah ya, ya-Poco a poco, se movió del sofá sentándose justo a mi lado. Dirigió su mirada a Liam y yo, decidí hacer lo mismo.
El pequeño estaba jugando tranquilamente, o eso parecía. Tiró sus juguetes fuera y comenzó a llorar, por lo que Lydia y yo nos levantamos del sofá rápido, yendo en su búsqueda. Cogí sus juguetes y los fui metiendo uno a uno, mientras Lydia cogía en brazos a Liam. Lydia movía suavemente a Liam, haciendo que su llanto se fuese completamente. Liam tenía puesta su mirada en mí, me miraba fijamente.
-P... a...na... as... -unos ruidos empezaron a salir de la boca de Liam, sobresaltándome.
- ¿Está intentando hablar? -Pregunté acercándome a él. Lydia tenía la misma expresión que yo, parecía que no nos esperábamos esto, ninguno de los dos-. Papá, di papá.
- ¿Por qué papá y no mamá? -Preguntó Lydia, algo triste.
-Estadísticamente, los niños son más propensos a decir papá antes que mamá. Pero no te preocupes, yo me encargaré de enseñarle a decir mamá, te lo aseguro-prometí. Lydia sonrió por ello, y tanto ella como yo empezamos a decir papá varias veces seguidas, para que Liam lo repitiese.
-Pa... pa... pap... papá-Sorprendido miré a Lydia, no podía ser el único que hubiera escuchado eso.
- ¡Lo ha dicho! ¡No lo he oído yo solamente! No me lo puedo creer, lo ha dicho-grité emocionado-. A partir de ahora este será un día especial para mí, sin dudarlo.
Cogí al bebé en mis brazos y le di un beso en la frente. Podía decirse que estaba emocionado, incluso.
-Su primera palabra... Este momento merece una foto-dijo Lydia, yendo a por la cámara. Cuando la cogió nos iba a hacer una foto a Liam y a mí, pero la obligué a ponerse.
-Tú también formas parte de esta familia, saldrás en la foto-. Al final salimos los tres. Lo gracioso era que el único que estaba posando era Liam, ya que Lydia y yo nos estábamos mirando entre nosotros. Una foto bonita, desde luego.
...
Lydia POV
Liam había dicho papá. Y se lo había dicho a Stiles. La emoción en la cara de Stiles no podría haberse expresado con palabras, eran demasiados sentimientos juntos. Yo estaba muy feliz, sabía lo importante que era para Stiles algo tan simple como un papá. Para mí también tenía mucha importancia, porque esto significaba que Liam nos reconocía como sus padres. Había leído que era difícil para un bebé este tipo de situaciones, pero él nos reconocía ya como sus padres, y no podía estar más feliz.
Decidí salir a dar una vuelta para ir al supermercado a comprar alguna bebida, había que celebrar esto. Yo no era una persona que bebiese, solamente en celebraciones, y esta era una. Me despedí de Stiles, al que armándome de valor, decidí dar un corto beso en los labios.
- ¿Y eso? -preguntó Stiles, algo aturdido.
-Nada, todo... Voy a comprar, volveré pronto-. Acaricié la cabeza de Liam antes de salir por la puerta.
...
Después de haber comprado alguna que otra cosa de más en el supermercado, volví a casa. Monté en el ascensor y, antes de que se cerrase, una pareja montó conmigo. Pulsé el botón tres, mientras que ellos pulsaron el cuatro. Al llegar a mi planta, salí del ascensor con mis bolsas como pude.
-Espera, chica, te ayudamos.
-No hace falta, de veras-aseguré yo, aunque la pareja ya había salido del ascensor. El hombre cogió dos de mis bolsas y las llevó justo hasta la puerta de Stiles-. Gracias, no era necesario.
-Bueno, nada mejor que recordar viejos tiempos. ¿No cariño? -preguntó a la mujer, que puso una expresión de enfado bastante notable. La pareja era joven, más mayor que yo pero joven. Los dos eran bastante atractivos, pero había algo que no me gustaba de ellos, aunque yo intentaba no juzgarles.
- ¿Viejos tiempos, dices? -Preguntó entre risas, claramente forzadas-. Nunca hiciste eso, no te engañes. Y pensar que podríamos haber vivido ahí...-dijo señalando la puerta del tercero B, mi antigua casa. En este momento, mi interés por la conversación de la pareja aumentó, aunque no quería ser cotilla.
-Qué curioso, antes yo vivía ahí-dije, intentando establecer conversación con la pareja. El hombre clavó sus ojos azules en mí, provocándome incomodidad.
- ¿Antes? ¿Cuándo?
-Pues hace una semana o así. Vine hace dos. Es muy triste, lo sé-. La pareja se miró de manera cómplice entre ellos de una forma que no me gustó nada- ¿Ocurre algo?
-De hecho sí-respondió la mujer. De pronto, el hombre se acercó a mí, acorralándome contra la pared, con el sonido de la risa de la mujer detrás. Mi pulso aumentó, mi tiroides comenzó a secretar adrenalina, debido al miedo que estaba a punto de experimentar-. Creo que tienes algo que nos pertenece.
-No sé... de que me están hablando-respondí con terror. El hombre sonrió maliciosamente antes de hablar.
-Mi chica aquí presente dejó algo hace algo más de un mes para mí... Y tú lo cogiste-. Yo tragué saliva, negando con la cabeza-. Mi apellido es Dunbar, ¿te dice algo eso? -Entonces caí.
-Sois los padres de Liam-contesté con voz temblorosa.
-Reconoces tener a nuestro hijo, ¿eh? ¿Dónde está? -preguntó la mujer. Yo negué con la cabeza, no quería decirles nada.
-Quizá un poco de presión te haga hablar, pelirroja...-El hombre sacó un cuchillo de su cazadora. Mi pánico era cada vez mayor, tenía ganas de gritar-. ¿Dónde está nuestro hijo? Le queremos de vuelta, ya-. Yo era incapaz de formar una oración coherente, por lo que me mantuve callada-. ¡¿Dónde está?! -Gritó, pasando el cuchillo por mi mejilla.
- ¡Stiles! -grité, pidiendo ayuda. Esperaba que me hubiese escuchado.
Cuando el hombre iba a cortarme la cara, el sonido de la puerta de Stiles abriéndose le frenó. Stiles salió y, por desgracia, tenía a Liam en brazos.
-Ni se te ocurra tocarla-dijo con voz amenazante. El hombre rió, acompañado de su mujer.
- ¿Lo has oído, cariño? El chico pretende amenazarme con un bebé en brazos.
-Es Liam, cariño-respondió la mujer-. Ese chico tiene a nuestro hijo en sus brazos. Ya sabes lo que debes hacer.
El hombre se alejó para acercarse a Stiles y antes de que pudiese procesar algo, empecé a correr para ponerme a su lado y agarrarme junto a él, quedando completamente pegados. Stiles seguía con una mirada que no reconocía, una de verdadero odio y furia. Agarraba a Liam fuertemente en sus brazos, al igual que yo lo hacía con él. La pareja nos analizó, antes de que el hombre volviese a hablar.
-Déjalo cariño, ahora no merece la pena.
- ¡Hemos venido a por nuestro hijo! -gritó ella.
-Y nos iremos con él, te lo aseguro. Solo que tendremos que esperar. Somos sus padres biológicos, tienen todas las de perder contra nosotros-dijo el hombre con una sonrisa perversa-deja que disfruten de Liam mientras puedan. Cuando volvamos aquí, que lo haremos, no nos iremos con las manos vacías-. Sin más, el hombre se fue al ascensor, dejando a la mujer mirándome con verdadero odio. Ella se acercó a mí, intentando asustarme. Yo me mantuve firme, con Stiles me sentía protegida.
-Mocosa, no vas a salir con la tuya, tenlo claro-. La mujer se alejó y montó en el ascensor con su pareja.
En el momento en que se cerró la puerta, respiré tranquilamente. No sabía que había estado conteniendo la respiración hasta ese momento. Solté a Stiles, que se giró para mirarme.
- ¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo? -dijo acariciándome la cara, asegurándose de que todo iba realmente bien. Yo asentí levemente con la cabeza.
-Stiles, ¿qué vamos a hacer? Van a volver, quieren llevarse a Liam. Tengo miedo.
-Haremos algo. No podemos permitirlo, Lydia. Esos psicópatas no pueden quedarse con nuestro bebé, con nuestro hijo.
Entramos en casa y dejamos a Liam en la cuna, quizá él pudiese conciliar el sueño. Yo seguía pensando en todo lo ocurrido. Stiles se acercó a mí para darme un abrazo, a modo de consuelo. Me agarré lo más fuerte que pude, reteniendo las lágrimas. Ahora sí teníamos un verdadero problema.