Capitulo 31
El domingo por la mañana, Harry y Severus fueron a desayunar y después fueron al despacho del profesor Mavro.
-Tenéis todo listo? -les preguntó Sirius.
-Si, Severus logró acabar la poción y pude comprobar que esta perfecta. Por cierto Sirius, es posible que tengamos que enfrentar Inferis.
-Bien, mejor que estemos avisados. Vayamos a Hogsmeade y nos apareceremos.
Los tres salieron y se subieron a un carruaje.
Una vez en Hogsmeade se dirigieron hacia la casa de los Gritos; puesto que nadie iba ahí era el mejor lugar para aparecerse.
Vigilando que nadie los viera, cogieron las manos de Harry y este los apareció en frente de una cueva en un acantilado frente al mar.
-Llegamos -dijo Harry. Sin decir nada más Harry se dirigió al interior, se hizo un corte en la mano con la varita y esparció su sangre sobre una pared.
Ante la vista de todos la pared se abrió.
Vigilantes, todos entraron en silencio y caminaron hasta llegar a un lago.
Harry hizo un movimiento de su varita y una cadena salió del agua hasta su mano.
Todos tiraron de la cadena, hasta que un barco llegó hasta ellos. Se montaron y lentamente llegaron al centro del lago, donde estaba el recipiente que contenía el Horrocrux.
-Esta es la poción a neutralizar? -preguntó Severus mirando dentro del recipiente.
-Si. La poción debe de funcionar.
-Vigilaré que nada nos ataque por la espalda -dijo Sirius y se fue a vigilar.
-Harry deja que lo haga yo -le susurró Severus-. No quiero que os pase nada.
-No debería haber ninguna reacción violenta.
-Igualmente, por favor.
Sin una palabra Harry le pasó el frasco con la poción y Severus lo vertió en el recipiente. Cuando las dos pociones entraron en contacto estas empezaron a hervir y poco a poco se evaporaron hasta que el relicario de Slytherin quedó al descubierto. Con cuidado Severus lo cogió con una mano.
-Guárdalo bien, Severus. Una vez que lleguemos a Hogwarts lo destruiremos.
Severus siguió sus indicaciones y se reunieron con Sirius.
-Mejor vayámonos antes de que algo nos pueda atacar -sugirió Sirius.
Los tres volvieron a subirse al barco y por fortuna lograron salir bien de la cueva.
-Lo conseguimos -dijo Harry con alivio.
-Y sin problemas -dijo Sirius.
-Sería preferible que nos vayamos rápido de aquí y destruyamos esto -sugirió Severus.
Los tres volvieron a aparecerse cerca de la casa de los gritos y sin decir nada fueron a buscar un carruaje.
Harry estaba muy tenso durante el viaje. Severus preocupado le cogió de la mano, a pesar de que Sirius estaba presente, y recibió una sonrisa agradecida de Harry.
Una vez que llegaron a Hogwarts fueron directo al despacho de Sirius.
-Vamos a necesitar la espada de Gryffindor. Podrías ir a buscarla? -le preguntó Harry a Sirius.
-Ahora vuelvo.
Una vez solos, Severus abrazó a Harry y le acarició el vientre.
-Estáis bien?
-Si. Solo es la tensión del viaje y la posibilidad de vernos atacados en cualquier momento. Pero ahora que llegamos, me siento mucho mejor.
-Estoy muy preocupado por ti.
-Cuando acabemos con todo esto, dejaré que me revises de arriba a bajo.
-Hare que mantengas esa promesa.
Cuando Sirius volvió le entregó la espada a Harry.
-Como hacemos esto? -le preguntó a su ahijado.
-Esto debo hacerlo yo solo; así que por favor, veáis lo que veáis, os pido que no interfiráis.
Harry cogió el relicario que Severus le daba y lo puso sobre la mesa. Luego en Parsel, le ordenó que se abriera.
El relicario se abrió y de él salió un humo negro que acabó por transformarse en Severus.
Sirius y Severus no entendían que pasaba, pero veían que Harry temblaba; aun así siguieron las indicaciones de Harry y no intervinieron.
Harry agarró con fuerza la espada, pero antes de que hiciera un movimiento, la imagen de Severus comenzó a hablar.
-Eres un iluso, Evans -dijo la imagen con desprecio-. Como puedes pensar que en verdad podría llegar a quererte? Como crees que podría estar con el hijo de la persona que más odio. -Los temblores de Harry se incrementaron, desesperado se llevó la mano libre al pecho y agarró con fuerza su ropa. -Jamás aceptaré al bastardo que esperas.
Ante esas palabras Harry salió de estado de parálisis en que se encontraba y empuñando la espada atravesó la imagen de Severus y golpeó el relicario; poco a poco la imagen de Severus desvaneció y el humo negro desapareció.
Sin fuerzas, Harry soltó la espada y cayó de rodillas al suelo. Cruzó un brazo por en frente de su vientre como protección y con la otra mano cogía con fuerza su ropa por encima del pecho, al tiempo que las lágrimas caían de sus ojos.
Severus y Sirius se acercaron a Harry preocupados.
-Severus -susurró Harry desesperado.
-Tranquilo Harry, no es cierto -dijo estrechándolo entre sus brazos-. Sabes que te amo y me da igual quien sea tu padre. Te amo a ti.
Harry estaba empezando a hiperventilar y no podía detener sus lágrimas. Al verlo en semejante estado, Severus tomó su rostro entre sus manos, le tapó la nariz y lo besó.
Al verse privado de aire, Harry empezó a calmarse y cuando Severus lo soltó, pudo respirar normalmente, aunque las lágrimas continuaban brotando de sus ojos.
-Te amo -volvió a repetirle a la vez que le secaba las lágrimas con una mano-. Os quiero a ti y a nuestro hijo. Nunca os voy a dejar, recuerda que tienes una proposición que cumplirme -dijo intentando que Harry se riera, cosa que consiguió-. Siempre vamos a estar juntos.
Poco a poco Harry se calmaba, pero aun no se separaba de los brazos de Severus.
-Estas bien Harry? -preguntó Sirius. Hasta ese momento se había quedado en silencio, ya que después de lo que había pasado, se notaba que Harry necesitaba a Severus.
-Si, ya estoy mejor. Ya pasó todo. Fui un iluso al pensar que la segunda vez sería mas fácil que la primera. Solo necesito a Severus -dijo aferrándose más fuerte a él.
-Tranquilo Harry, vamos a estar bien.
-Bien, si ya te encuentras mejor, podríais explicarme todo este asunto del hijo? -preguntó Sirius en tono casual.
Harry se rio contra el pecho de Severus, pero miró a Sirius sonriente.
-Estoy embarazado de tres meses.
-Tu, pocionista del tres al cuarto -le dijo a Severus-. No podías darle una poción anticonceptiva? Como habéis sido tan inconscientes cuando estamos planeando meternos en una guerra.
-Severus no tiene la culpa; se suponía que estaba protegido, pero parece que las pociones dejan de hacer efecto cuando uno viaja en el tiempo -aclaró Harry.
-Pero nos dirigimos a una guerra.
-Sirius -suplicó Harry.
Sirius suspiró y se acercó a Harry para abrazarlo.
-Sabes que estoy de tu parte y que intercederé por Severus ante James y Sirius.
-Lo se y te lo agradezco.
-Y tu Severus, más vale que cuides a Harry y a mi sobrino y sobre todo que lo hagas un hombre decente. Que me caigas bien no impedirá que te de una lección -le advirtió Sirius.
-Pienso casarme con Harry en cuanto nos sea posible; él y ese bebe son lo que más quiero en esta vida -admitió Severus.
Todos se pusieron de pie y Harry volvió a los brazos de Severus.
-Bien una vez todo aclarado, sería mejor que Harry se fuera a descansar; imagino que tanta agitación no es bueno para él ni para el niño.
-Tu padrino tiene razón, volvamos a nuestra habitación.
-Vamos, pero Sirius no les digas nada a los demás sobre esto; se preocuparían demasiado, sobre todo Lily.
-No te preocupes, solo vosotros podréis dar la noticia.
Una vez de vuelta a sus habitaciones, Severus lo obligó a darse una ducha, la cual compartió con él, y después de secarlos le puso los pantalones del pijama para luego recostarlo contra el cabecero de la cama.
-Estas mejor -le preguntó Severus.
-Si. Como ya dije no pensé que tendría que volver a enfrentar mis miedos.
-Yo soy tu mayor miedo?
-Mi mayor miedo es que tú no nos quieras -confesó cubriendo a su hijo con una mano.
Después de mirarlo a los ojos, se agachó y besó con cariño el vientre de Harry; luego apoyo la cabeza sobre las piernas de Harry, a la vez que miraba a Harry y le acariciaba el vientre.
-Nunca va a pasar -le aseguró-. Sois la única familia que tengo. Y tu, Harry Potter, vas a perder ese horroroso apellido para llevar el mío. No voy a permitir que mi hijo lleve ese apellido.
Ante esas palabras Harry se rio.
-No te preocupes -dijo acariciándole el cabello-. Nuestro hijo siempre va a ser un Snape. Y yo estaré encantado de perder mi "horroroso" apellido -dijo remarcando la palabra horroroso. -Nuestro hijo va a tener nuestra aceptación, nuestro cariño y siempre tendrá lo que a nosotros nos faltó, a sus padres. Y por más que te pese, va a tener a gente que lo quiera.
-Ya se que estoy condenado a soportar a los Merodeadores y sabes que los soportaré por ti; aunque la versión adulta del perro me cae mejor.
-Te lo agradezco.
-Por ti haré lo que sea. Ahora debes descansar; hoy has pasado por mucho.
Harry se estiró en la cama y Severus lo abrazó.
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Otro domingo y otro csapitulo.
Espero que os haya gustado y que perdoneis que algunos detalles no sean igual a la historia original.
La gracia está en hacer las cosas diferentes, no?