Su beso me tenía en las nubes, estaba soñando despierta. Era tan dulce y tan delicado a la vez: apasionado. Como lo amaba, como lo deseaba, pero sería arriesgarme a perderlo y jamás lo haría, no podría vivir sin él. El aire nos faltaba pero aún así seguíamos besándonos, cada uno con los ojos cerrados, mientras me acariciaba la mejilla, tocaron la puerta y eso nos hizo separarnos... Lo miré y me sonroje, el sonrió.
-¿Esperas a alguien?- susurró en mis labios.
-No, solo a ti- dije y le di un corto beso en los labios, el sonrió sobre mis labios.
-Bueno, será mejor que veas quien es- dijo, yo me separé de él y sonreí.
Luego me levanté con cuidado de no tropezarse con nada, ya que aún no llegaba la luz. Abrí la puerta, era la pizza, diablos había olvidado la pizza, bueno con Luke me olvido de todo. Miré al chico que traía la pizza, este traía una lámpara en la mano y me alumbraba. Lo miré bien y el chico no era para nada feo, y me sonrió coquetamente, tome mi dinero y se lo di, el chico me miró e iba a decir algo, pero se calló, di la vuelta y ahí estaba Luke serio, recibí la pizza y se apresuró a cerrar, yo me empecé a reír, el me miró levantando una ceja.
-Si no te conociera, juraría que lo que acabas de hacer fue por celos- dije riendo, el me miró y me atrajo a el agarrándome de la cintura. Yo dejé de reir y lo miré, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, y mi corazón amenazaba con salirse por mi boca.
-Tal vez no me conoces tan bien como crees- dijo acercándose a mi con una ceja levantada, esa mirada me mataba, mi temperatura empezaba a subir.
-Eh... y... yo... porque no comemos pizza- dije, soltandome de su abrazo, y agarrando la caja de pizza, rápidamente me senté en el sofá y le hice lugar, el se quedo mirandome con una sonrisa burlona.
-¿Qué? Me tienes miedo- dijo acercándose peligrosamente. Mi corazón latía a mil, si seguía así no me haría cargo de mis acciones.
-¡Ja! ¿Por qué?- dije metiendo un pedazo de pizza a mi boca, un poco nerviosa.
-No se- dijo agachándose a mi altura y mirándome a los ojos, y otra vez volvió a mirarme de esa manera intensa.
-No será que es otro que tiene miedo- dije acercándome a sus labios... El rió y besó mis labios cortamente, y se sentó a mi lado, empezamos a comer entre risas, y miradas intensas, cuando terminamos con la pizza lo miré.
-¿Vamos?- pregunté.
-¿A dónde?- preguntó.
-A mi cuarto- el sonrió de una manera picara.
-¿Que clase de proposición me estas haciendo?- yo me sonroje al notar el doble sentido.
-¡Idiota! Yo me refería a que te quedes conmigo- dije tapando mi cara, porque estaba roja como un tomate. El rió y me quitó las manos de la cara.
-Solo quería hacerte sonrojar- dijo en una carcajada, luego en cuestión de segundos me levantó en sus brazos, yo empecé a reír.
-¿Que haces?- le dije riendo. -¡Bajame!-
-No- dijo sonriendo, empezó a caminar a mi habitación y cuando llego ahí me tiró en la cama.
-Que delicado- dije riendo aún más, el me miró y se acostó a mi lado. Yo dejé de reír y lo miré a los ojos, a esos hermosos ojos color azul, nunca me iba cansar de observarlo detalladamente, cada parte de su cara buscando alguna imperfección pero no la tenía. El era simplemente perfecto, el hombre que yo amaba, se acercó a mi y me dio un dulce beso en los labios. Yo sonreí.
-¿Qué?- preguntó.
-¿No se supone que solo somos amigos?- dije.
-Bueno, si quieres no lo hago- dijo alejándose, yo lo agarré del brazo, el sonrió.
-No- dije. -Recuerda que tenemos que ensayar para este fin de semana- dije riendo.
-Mmm esto me empieza gustar-dijo dando pequeños besos en mis labios.
-¡Oye!-
-Mmm- dijo sin dejar de hacer aquello.
-Hoy me encontré con tu hermano- dije, el me miró y sonrió.
-¿Con Chris?-
-Si, y me dio un regalo. ¿Acaso no es tierno?- el se puso serio.
-¿Qué te dio?- dijo frío.
-Una cadena de oro con mi nombre- le dije sonriendo por su actitud.
-Bueno creo que me superó- dijo alejándose, yo empecé a reír.
-¡No! Tu regalo es el mejor, porque me diste lo que mas quería- dije subiéndome encima de él.
-¿Ah si? ¿Cual es?- dijo acariciándome.
-¡Tu!- le dije, el sonrió y se acercó para besarme.
-Pero me dijo algo que me dejo pensando- el no presto atención y volvió a besarme. Yo me alejé y lo miré. -¿Escuchaste lo que dije?- el sonrió.
-Callate y besame- dijo tomándome por la nuca y volvió a besarme, yo sonreí en sus labios.
-¿Me vas a escuchar o no?- le pregunté pero sin alejarme, tampoco quería hacerlo.
-¿Qué?- preguntó, mirándome a los ojos.
-¿Qué es eso de que ya nadie le habla a tu hermana después de lo que paso entre ella y yo?- Luke de inmediato se puso serio.
-¿Qué quieres que te diga? Yo no le hablo, Chris muy pocas veces y mamá y papá solo lo necesario-
-Luke, es tu hermana- le dije.
-¿Y? Se comporta como una estúpida- dijo con enojo.
-No voy a permitir que por mi culpa haya problemas en tu familia-
-No es tu culpa-
-Si claro que si, además esto ya paso hace 4 meses. Ella es tu hermana-
-No me interesa ni un mierda, es una tonta por tratarte así-
-No, ella no se merece esto ni de ti, ni de nadie. Yo ya la perdoné, mejor dicho yo nunca la dejé de querer-
-Bueno esa eres tu- dijo alejándose de mi.
-Te estas comportando como un niño. ¡Por Dios Luke es tu hermana!-
-Ya te dije que no me interesa, ella se comporta como una estúpida, entonces que pague las consecuencias, además no es solo por ti, también es por ese idiota al que hace llamar "novio" que de seguro el es el que la controla- alzó su voz.
-¿Sabes que? ¡Olvidado! Hablar contigo es como hablar con una piedra- le grité, me aleje de él, y me acosté de espaldas al otro lado de la cama. Estaba enojada, a pesar de todo ella no merecía esto, y el como siempre era egoísta y terco. Sentí su mano en mi espalda y empezó a acariciarme.
-No me toques- le dije, el se acercó rápidamente a mi con un suspiro y me abrazó.
-Esta bien tu ganas, pero no te enojes conmigo, odio que lo hagas -susurró en mi oído.
-Pero es que aún la quiero...-
-Lo se, lo siento. Si quieres que arregle las cosas con ella lo haré, solo por ti- dijo, me dio tanta ternura lo que dijo que mi enojo desapareció, me di vuelta y lo besé, el me respondió, en ese beso quería expresarle lo mucho que lo amaba y lo necesitaba en mi vida, fue dulce, lento, pero lleno de amor. Luego de unos minutos por falta de aire nos separamos pero sin alejarnos, juntamos nuestras frentes.
-No sabes cuanto te quiero- susurró, mirándome a los ojos, yo me sentía a desfallecer con eso que dijo, el me quería, para mi eso era suficiente. Al menos sentía algo por mi, yo sonreí y besé sus labios cortamente.
-Y tu no tienes idea, de lo feliz que me haces cuando dices eso...- le dije, el sonrió y acarició mi mejilla.
Sábado 9 de la mañana y yo estaba en el aeropuerto esperando a que Luke llegara, miraba el reloj un poco nerviosa, el vuelo salia en 20 minutos y Luke no había llegado. ¿Acaso lo habría olvidado? No, no creo estuvo hablando sobre eso estos dos últimos días, realmente parecía emocionado y a mi me gustaba verlo así. Me hacia sentir la esperanza de que quería algo más que una amistad, el jueves y el viernes estuvimos juntos, salimos con Calum, pero frente a él nos comportábamos muy diferentes a cuando estábamos solos, pero había veces que Luke sin darse cuenta me daba la mano o besaba mi mejilla, y Calum solo sonreía con picardía, yo me sonrojaba mientras Luke le decía que quitara esa estúpida mirada jajaja. Eran tan tiernos esos dos, parecían un par de niños peleando por cualquier cosa, ya que Calum hacía preguntas como: ¿Qué se traen ustedes dos? ¿Seguro que solo amigos? Yo solo me callaba y agachaba mi cara para no dejar ver lo roja que me ponía, mientras Luke le decía que dejara las estupideces, yo me empezaba a reír...
Ahí estaba yo esperándolo, cuando tocaron mi hombro, yo me di la vuelta y era el con su hermosa sonrisa que alegraba mis días, estaba vestido con un pantalón negro y una camisa negra que dejaba ver su bien formado cuerpo, mi temperatura subió.
-Cuidado, que me comes con la mirada- dijo y sonrió, yo me sonroje, se acercó a mi para besarme pero yo me aleje.
-¿Qué?- preguntó como niño chiquito.
-Aquí no- dije.
-¿Por qué no?- de verdad parecía que tenia cinco años.
-Porque nos pueden ver- le dije.
-Al diablo, no me interesa, hace dos días que no te beso como debe ser- dijo, yo sonreí.
-¿Ah sí? ¿Y cómo se supone que debe ser?- dije provocadora, y acercándome peligrosamente a él, el me miró y levantó una ceja.
-Así- dijo, acercándome a él, sosteniéndome de la cintura, yo rodee su cuello con mis brazos y me besó. Como amaba esos labios, eran tan suaves y tan dulces como la miel. Se estaban volviendo mi adicción, no quería dejar de besarlo, si por mi fuera pasaría toda mi vida besándolo, pero esa voz nos interrumpió.
-Señores pasajeros, con destino a Miami, por favor empiecen a abordar- el me miró y sonrió. Me tomó de la cintura y empezamos a caminar.
-¿Cómo hiciste para poder venir?- le pregunté.
-Le dije a mamá que pasaría el fin de semana con Calum- dijo.
-¿Y si lo llama?- le pregunté, el sonrió.
-No te preocupes ya hablé con el-
-¿Y Calum no te preguntó dónde estarías?-
-¡Claro! Le dije que tenía que viajar a casa de una viejo amigo que estaba muy enfermo, y que mamá y papá no podían enterarse, porque ellos no se llevaban con el chico-
-Vaya que mentiroso saliste- dije riendo, el sonrió, nos subimos al avión, y viajamos entre risas, el vuelo a Miami no se demora más de una hora así que llegamos rápido. Cuando el avión aterrizó, yo lo miré.
-¿Listo?- le pregunté, el sonrió.
-Siempre lo he estado preciosa- dijo y tomó mi mano para bajar.
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