Fueron pasando los días y la situación no mejoraba.
Nadie más había vuelto a pasar por la casa de los Swan, pero los casos en Seattle fueron en aumento.
Gracias a una visión que tuve supe que los Cullen pensaban que se trataba de un ejercicio de neófitos y que, además, al ser ellos el único clan más cercano a Seattle, sería contra ellos.
Otra cosa que contar era la reunión que tuvieron los de la reserva. Una noche tranquila al rededor de una hoguera mientras Billy contaba las leyendas del clan.
Menos mal que tuve a Seth todo el tiempo a mi lado.
Porque Jacob se trajo a Isabella, seguramente para mostrarle la otra cara de los vampiros.
Pero la simple presencia de esa niña comenzaba a impacientarme.
Pero lo dicho, Seth tranquilizaba todo mi ser.
Adoraba a ese niño.
Todo eso pasó hace unos días. Ahora me encontraba en casa de Charlie, estando los dos solos y disfrutando de estar juntos como antiguamente.
Entonces pensé que era hora de decirle la verdad.
Pero no sobre mi, sino mi relación con los Cullen, el porqué me mudé junto con Jacob, el porqué de muchas cosas.
Estábamos los dos sentados en el sofá viendo un partido de fútbol de nosequé equipos. Cuando comenzó el medio tiempo me acomodé para verle mejor y suspiré.
─ Tío, hay algo que no te he contado ─ fue lo primero que le dije.
Charlie me miró con una ceja alzada, al parecer me vio decida o algo parecido, pues frunció un poco el ceño extrañado y al igual que yo se acomodó.
─ Gala...si estás embarazada puedo ayudarte con cualquier cosa, solo qu-
─ ¿¡Qué!? ¡No! ¡¡Charlie!! ─ le interrumpí enseguida.
Con mi negación el sheriff soltó de golpe el aire en un suspiro, como si se le hubieran abierto las puertas del cielo.
─ Menos mal ─ dijo aliviado, haciendo que soltase una corta risa.
Negué con la cabeza y sonreí levemente, pero poco a poco la sonrisilla fue desapareciendo.
─ Te dije que me mudé con Jacob y Billy para un cambio de aires ─ dije.
─ Así es ─ asintió prestándome atención.
─ En realidad era porque me enteré de la vuelta de los Cullen. No...no quería encontrarme con ellos, por eso también lo de las clases en casa.
Vi como Charlie fruncía el ceño desconcertado.
─ ¿Pero esa familia no eran tus amigos? Tenías una relación muy cercana con ellos
─ Y así era...pero al igual que a tu hija, su partida me dolió, me sentí...traicionada.
Charlie entonces frunció el ceño aun más, confundido.
─ Gala...se que alejarte de los amigos es doloroso, pero cada uno tiene una vida y podemos estar o no en ella. ─ dijo suavemente ─ Bella entró en esa... depresión porque Edward le dejó. A pesar de no entender cómo es posible que Bella esté tan enamorada de él, entiendo porqué le dolió tanto que se mudaran.
─ Carlisle era mi pareja Charlie, yo también sufrí lo mismo que tu hija.
Mi plan no era decírselo tan de golpe. Mi plan era contarle desde el principio, poco a poco.
Supe que había hecho mal con dejarme guiar por los sentimientos del momento cuando el rostro de Charlie comenzó a mostrar su sorpresa.
Su ceño se destensó, sus cejas se alzaron, y sus ojos cansados se abrieron al igual que su boca.
Entonces de un salto se colocó de pie y me miró aún dentro de su sorpresa.
─ ¿Qué? ─ preguntó casi en un susurro.
─ Carlisle era mi pareja, eramos novios mucho más tiempo que Edward e Isabella. ─ al igual que él me levanté del sofá ─ Todos ellos no solo eran mis amigos, eran mi familia. Una familia que me prometió muchas cosas y me dejó aquí. Carlisle decidió no llevarme con él, dejar todo lo nuestro y todo lo vivido durante este tiempo atrás.
─ Gala...Ese hombre está casado, es mucho mayor que tú, tiene una familia, conoces a su mujer...¿Cómo...? ¿Cómo has podido meterte en medio?
Suspiré entendido su reacción y sus palabras.
─ Charlie, sentémonos y te lo explico todo.
Pero no me escuchó, se llevó una mano a la frente y se la frotó mientras ponía la otra en su cadera y miraba al suelo.
─ También es culpa del doctor Cullen, si...él ha decidido engañar a su mujer, sí, es cosa de dos. Pero Gala...
Me acerqué a él y le toqué el brazo para que me prestara atención, pues hasta empezaba a murmurar.
─ Sentémonos Charlie. Te voy a contar todo ¿Si?
Lentamente el sheriff asintió y nos volvimos a sentar en el sofá. Cogí aire antes de hablar.
─ Nos gustamos al instante, Charlie. Desde el primer momento ─ comencé a contar ─ El interés entre nosotros creció rápido, pero yo sabía que estaba casado y que tenía familia. Claro que no me puse entre medio, Charlie, me negué completamente a mis sentimientos y los suyos.
También porque era vampiro y Aladar me dijo que me alejara de todos ellos, pero obviamente eso era un punto en la historia que no le iba a contar.
─ Hasta que no tuve una conversación con Esme no dimos ningún paso.
─ ¿Hablaste con su mujer? ─ preguntó extrañado. Sonreí levemente.
─ Sí Charlie. Esme me dijo que estaba contenta con que Carlisle volviera a estar enamorado. Me contó que el fuego en su relación se apagó y solo quedaba el cariño por los años. Así que fue ella quien me dio el paso libre y presentó los papeles del divorcio. Sin enfados, ni gritos, ni engaños, Charlie.
Digamos que cambié la historia a una apta para humanos. No podía decirle a Charlie que éramos compañeros y que nuestro corazón nunca latiria por ningún otro.
─ ¿Así que el doctor Cullen está divorciado? ─ preguntó lentamente
─ Así es ─ asentí
─ Y su mujer lo aceptó.
─ A la primera
─ ¿Y sus hijos?
─ Encantados. Somos amigos.
─ ¿Y la señora Cullen donde está? ─ preguntó extrañado.
─ Vive con ellos y su nueva pareja ─ conté
Charlie volvió a abrir los ojos sorprendido
─ ¿Todos juntos? ─ preguntó
─ Todos juntos. Viviendo tranquilamente y sin ningún problema.
Entonces Charlie se quedó en silencio, a los segundos asintió lentamente y suspiró.
─ Vale...me costará verlo...sigue siendo mayor y con hijos un poco menores que tú...pero...si todos están bien con eso...vale ─ dijo mirando al suelo, como si pensara en las palabras que diria
Me reí levemente
─ Pero tío, eso fue antes, hace meses. Ya no hay nada entre nosotros.
Eso llamó la atención del sheriff, quien me miró enseguida.
─ Empezamos a salir oficialmente pocos días después de año nuevo y todo fue bien con él y su familia hasta que...hasta que Edward no quiso dañar a Isabella más tiempo y se quiso mudar.
─ ¿Dañar a Bella? ─ preguntó extrañado.
─ No lo se muy bien, cosas de esos dos, ni Isabella ni Edward me quieren contar, ya sabes, problemas de parejas ─ me hice la tonta.
Charlie asintió aceptándolo
─ Junto con Edward se mudó la familia entera y Carlisle, para no llevarme con él, me puso la excusa de nuestra diferencia de edad.
Volví a cambiar la historia a una versión que Charlie entendiera, cosa que hizo, pues derepente me miró con dulzura.
─ Por suerte no entré en un pozo profundo como Isabella, me refugié en Seth y los chicos de la reserva, y gracias a ellos seguí hacia adelante.
>> Pero ellos después de tantos meses volvieron y yo no quería estar cerca ni de él ni de ninguno de la familia, así que...pues eso, me mudé.
─ ¿Y por qué has vuelto a tu casa?
─ Porque me di cuenta que disfruto mucho de tu compañía, necesitaba nuestras tardes de siempre ─ dije honesta con una sonrisa simpática.
Sonrisa que Charlie me devolvió.
─ ¿No te molesta ver a Bella y Edward juntos? Los ves muchas veces.
Me pensé la respuesta, pero solo había una.
─ La familia al completo ya me ha pedido perdón, se arrepienten de la decisión que tomaron. Soy yo quien es la resentida y quien no quiere dar una segunda oportunidad.
─ ¿Por qué? ─ me preguntó
─ Porque...─ fruncí el ceño ─ Porque me dejaron aquí, Carlisle me dio una excusa tonta. Yo sufrí por ellos, ¿por qué ellos no ahora?
─ ¿Cómo sabes que no sufrieron? Eran tus amigos y Carlisle tu pareja. Puede ser que les doliera dejarte.
─ Si fuera así ¿por qué no volvieron antes? Eran sus decisiones, podrían haber vuelto si les dolía.
─ No puedo hablar por ellos, Gala, así que no puedo darte una respuesta. Pero si están aquí y se han disculpado...¿De qué te sirve el resentimiento? El enfado y el no perdonar no te llevan a ningún sitio, más bien te seguirán haciendo daño.
Me callé pensando en sus palabras. No sabía que decir
─ ¿Qué te dice tu corazón, Gala? ¿Seguir enfadada y distanciada? ¿O perdonar y volver con él y su familia?
Lo sabía
Sabía la respuesta de mi corazón
Pero mi cabeza me dacia otra cosa.
No pude decirle nada, pues comenzamos a escuchar griteríos fuera de la casa.
Cuando reconocí la voz de Edward y Jacob miré rápidamente a Charlie, quien miraba hacia la puerta con ceño fruncido.
No tardamos mucho en salir y ver qué pasaba