Unos días después Jacob ya controlaba todo y hacia sus vigilancias junto con la manada, pero el lado malo de todo eso fue que dejó de lado a Isabella.
Y ella era tan, pero que tan testaruda y curiosa...
Todos los días llamaba a la casa de los Black para saber cómo estaba Jacob, y nunca recibía respuesta.
Yo, por pedido de Billy, me quedaba por las tardes con ellos en su casa, a pesar de que Jacob estaba enfadado conmigo por los Cullen necesitaba de la tranquilidad que yo le proporcionaba, pues se le hacia mucho mas fácil controlar a su nuevo lobo.
A Isabella se le había dicho la mentira de que Jacob estaba enfermo, pero aún diciéndole eso vino a su casa un día lluvioso.
Yo estaba dentro con Billy, Jacob había venido a por unas cosas y los demás de la manada le esperaban en la primera línea del bosque. Pero Isabella llegó viendo cómo él estaba perfectamente y todos los cambios que había tenido en pocos días.
Isabella eran tan malditamente...ella, era tan ella.
De verdad, estaba recordando el porqué al principio no la soportaba...me ponía tan de los nervios su forma de ser.
Por culpa de esa chica y lo enamorado que estaba Jacob de ella éste le dijo que recordara las leyendas que una vez le contó.
Y ya me sabía esa historia, ella estaría ahora curiosa, querrá respuestas y las encontrará arrasando con todo a su paso...al igual que lo hizo con Edward y los Cullen.
Y así pasó días después.
Pero antes de que Isabella supiera la verdad de Jacob...tuvimos un problema con los fríos.
Yo no estuve presente, pues la manada no quiso ponerme en "peligro", pero Isabella se encontró con Laurent, quien le avisó de Victoria. Al final los lobos acabaron con ese chupasangre, pero otra vez yo estaba preocupada.
Porque de nuevo...las acciones de Isabella y Edward caían sobre otros. Ahora Victoria estaba por aquí rondando poniendo en peligro a todos.
Y encima, por haberla salvado, la manada se dejó ver, y la estúpida de Isabella avisó a su padre de los grandes lobos que vivían en el bosque.
Ahora ya se sabía que no eran osos y les querían dar caza, todo...otra vez... por culpa de esa niña.
Estábamos Sam, Jared, Embry, Paul y yo yendo hacia la casa de los Black. Habían hecho su típica guardia en la que me permitían estar con ellos y ahora íbamos a por Jacob.
Paul y yo íbamos agarrados de la mano, pues a pesar de ninguno sentir nada romántico...el tiempo que pasábamos juntos, y obviamente, lo que hacíamos cuando estábamos solos, nos había unido bastante y teníamos una relación cariñosa. Los dos disfrutábamos de cualquier roce entre nosotros aunque aun tuviéramos tontas peleas.
Ya toda la manada se acostumbró de vernos así, incluso de las escapadas que hacíamos después de las guardias. Todos estábamos bien con ello y a nadie le incomodaba.
Pero volviendo al presente...el día de hoy tenía que ser igual que el de siempre, divertido entre risas estando todos juntos...¿Por qué Isabella tenía que salir de la casa de los Black enfadada?
─ ¡¿Qué le habéis hecho?! ─ gritó yendo hacia nosotros.
Me miró en un momento, pero enseguida dirigió su mirada a Sam.
─ ¡Dime! ¡¿Qué le has hecho?! ─ volvió a preguntar esta vez empujando a Sam
─ ¡Eh, eh! ¡Isabella tranquila! ─ dije yendo hacia ella.
─ ¡Eh! ─ le gritó Jared acercándose a Isabella.
─ ¡Tranquilos! ─ ordenó Sam
─ ¡Él no quería eso! ─ siguió gritando Isabella
─ ¿Que qué le hemos hecho? ─ dijo Paul entre dientes ─ ¿Qué ha hecho él? ¡¿Qué te ha contado?!
Paul empezó a temblar, por lo que fui hasta él cogiéndole de las mejillas, pero no apartaba su mirada de Isabella.
─ ¡Calmaos los dos! ─ ordenó Sam alejándole de la chica
─ ¡No me cuenta nada porque os tiene miedo! ─ echó en cara Isabella
─ ¡¿Pero de qué hablas Isabella?! ─ le grité molesta escuchando las risas de los chicos ─ ¡¿Puedes por una vez en tu vida no ser tan metiche?! ─ volví a gritar, esta vez alejándola de un pequeño empujón.
La Swan me miró molesta empujándome esta vez a mi.
─ ¡Tú eres igual que ellos! ¡¡Alejándote de Jacob como nos hicieron a nosotras!!
─ ¡Eh! ¡No la toques! ─ gritó Paul poniéndose entre las dos. Le cogí de la mano para alejarlo un poco hasta ponerlo a mi lado.
─ No se que ideas te montas en la cabeza niña, pero fue Jacob quien no me quiso cerca ─ le dije entre dientes ─ Y acepta de una vez lo que hicieron los Cullen, pareces un disco rayado.
Por lo que dije Isabella alivió su ceño fruncido un poco dolida, pero en vez de callarse como siempre hacía levantó su mano y me dio una bofetada a palma abierta.
No me dolió pero aún así me sorprendí con las ganas con las que me pegó, la miré con los ojos bien abiertos notando como ella tenía la boca tapada por sus manos, también sorprendida por lo que ella misma había hecho.
─ G-gala...lo...lo sien-
Pero Paul empezó a temblar completamente enfadado.
─ ¡Bella alejate! ─ le ordenó Sam
Pero la niña seguía siendo igual de estúpida que siempre, da igual que se atreviera a alzarme la mano, seguía siendo esa testaruda curiosa.
Así que se quedó en su lugar hasta que Paul se convirtió en ese gran lobo gris.
Ahí entonces empezó a correr, a la vez que Jacob salía de su casa y corría hacia nosotros.
─ ¡Paul! ¡Paul tranquilo! ─ le dije poniéndome delante de él ─ ¡Estoy bien! ¡Mira! ¡No ha sido nada!
Pero el lobo no escuchaba.
─ ¡Corre! ¡Jake corre! ─ le pedía Isabella.
Jacob entonces se transformó en el aire a la vez que Paul saltaba por encima mia para correr hacia el otro lobo. Los dos empezaron a enredarse entre mordiscos moviéndose bruscamente. Sam nos dio la orden de no movernos pero tenía la necesidad de ir hacia ellos y separarlos, así que di un paso hacia adelante.
─ Déjalos ─ me dijo Jared agarrándome del brazo.
Cuando los dos grandes lobos siguieron su pelea en el bosque me acerqué a paso rápido hacia Isabella, quien estaba recostada en el suelo por haberse caido.
Al llegar a ella la agarre bruscamente del brazo levantándola. La miré enfadada, no por la bofetada, sino por lo que había causado.
─ G-gala...Jacob s-se se ha trans-
─ Cállate ─ le pedí sin mirarla
─ Llevad a Bella a casa de Emily ─ ordenó Sam corriendo hacia donde se habían ido los lobos.
─ Ya le ha visto las orejas al lobo ─ bromeó Embry.
─ Embry ─ le regañé cuando llegó a nuestro lado
─ Vamos Gala, no te enfades ─ me dijo rodeando mis hombros con un brazo ─ No es tan mala la situación
Jared al pasar por mi lado me revoloteó el pelo un poco serio
─ Me preocupa más tu mejilla que esos dos ─ me dijo mirando con mala cara a Isabella.
─ Le ponemos hielo y listo ─ arregló Embry con su buen humor ─ Vamos que si no llegarán ellos antes
Los cuatro comenzamos a caminar, teniendo a Isabella mirándome fijamente pero sin decir nada.
─ Deberíamos volver para ver si Jacob está bien ─ dijo Isabella aún en la camioneta
Rodé los ojos y crucé la puerta la primera
─ Espera que Paul le clave los dientes, se lo merece ─ dijo divertido Jared
─ Ni hablar, Jacob es un superdotado ¿Le has visto entrar en fase en pleno salto? Cinco dólares a que Paul ni le toca ─ le respondió Embry
Volví a rodar los ojos al escucharles hablar. Al mirar bien la casa, Emily me esperaba con una dulce sonrisa.
─ ¿Y esa cara? ─ preguntó dulcemente.
─ Isabella, siempre es Isabella ─ dije con molestia
─ No te molestes con ella, solo aprende a tratarla y entender su forma de ser ─ dijo viniendo a mi y dándome un cálido abrazo.
Le correspondí enseguida y suspiré con ganas, Emily tenía ese efecto en mi...era tan cálida, acogedora y maternal...
Al separarnos los chicos entraron a la casa y se sentaron en la mesa redonda.
─ ¿Tenéis hambre? Claro que la tenéis, no se ni para qué pregunto ─ se respondió a si misma divertida.
Emily fue a por comida y yo la seguí para ayudarla. Cuando nos giramos vimos como Isabella estaba parada en la puerta.
─ ¿Quién es? ─ preguntó simpática.
Rodé los ojos soltando aire divertida, claro que sabía quien era, yo me había encargado de contarle toda nuestra historia y de enseñarle fotos, pero Emily quería ser educada.
─ Bella Swan ¿Quien más iba a ser? ─ le respondió uno de los chicos
─ Así que...tu eres la chica vampiro
─ Y tu...la chica lobo ─ dijo entrando a la casa. Viré los ojos, iba a estar molesta con ella por un tiempo.
─ Eso parece, al menos estoy comprometida con uno. ─ dijo dejando la comida en la mesa.
Enseguida Embry y Jared cogieron uno de cada cosa que las dos dejamos en la mesa.
─ Ey, dejar algo a vuestros hermanos ─ les regañó divertida
─ Sois unos gordos ─ bromeé insultándolos divertida.
Que estuviera molesta con Isabella no quería decir que fuera borde con los demás.
Me senté al lado de Jared evitando la mirada que me daba Isabella.
─ No podemos engordar Gala
─ Así que comemos lo que queramos, además lo necesitamos
Viré de nuevo los ojos sin contestar nada a los dos chicos.
─ ¿Una magdalena? ─ ofreció Emily a Isabella
─ Sí, claro, gracias
Cuando Isabella cogió una, Emily me tendió otra a mi, le sonreí agradecida.
─ Está claro que Jacob desobedeció las ordenes de Sam. ─ dijo Emily
─ Y Paul también en su día ─ dijo Embry divertido mirándome, pues sabía de la pelea que tuvieron por querer estar conmigo
─ Amm...Jacob no me dijo nada ─ defendió Isabella.
─ Es cosa de lobos, las ordenes del macho alfa se cumplen te gusten o no ─ explicó Embry ─ Y por cierto, nos oímos los pensamientos
─ ¿¡Quieres callarte!? Son secretos del gremio ─ regañó Jared ─ ¡Maldita sea! ¡Corretea por ahí con vampiros!
─ No se puede corretear con ellos...porque son muy rápidos ─ rodé los ojos por lo dicho por la Swan
─ ¿Ah si? Pues nosotros aun más ─ dijo orgulloso Jared, causando la risa de Emily.
─ Además...Gala también va con los vampiros, ¿por qué ella está con vosotros?
Enserio ¿Otra vez? ¿Tenía que preguntar siempre por mí?
Resoplé molesta. Jared, Embry y Emily entonces me miraron con una sonrisa.
─ Porque Gala es de la manada ─ contestó cálidamente Jared.
─ ¿Qué? ─ la miré con una sonrisa socarrona ─ ¿Ya te han asustado? ─ le pregunté divertida, pues veía a la Swan un poco incómoda.
Isabella entrecerró los ojos mirándome, hasta que sonrió levemente hacia Jared.
─ No sois los primeros monstruos que conozco.
─ Jake tiene razón ─ dijo Sam apareciendo por la puerta ─ Llevas bien las rarezas.
Sam entró a la casa y saludó a su pareja con cariñosos besos, luego caminó hasta mi y me dio un beso en la coronilla, todo bajo la atenta mirada de Isabella...
Sabía que Isabella estaría pensando ahora en Edward, en lo que añoraba poder estar así de acaramelados con su idílico vampiro.
Paul y Jacob entonces llegaron empujándose con diversión. Jacob se quedó apoyado en la puerta y Paul miró a Isabella con una bonita sonrisa.
─ Lo siento ─ se disculpó con un poco de gracia.