No estaba.
Carlisle no estaba a mi lado en la cama cuando me desperté.
Lo que habíamos hecho si había sido una despedida.
Una despedida de muy mal gusto.
Unos golpes en la puerta sonaron con fuerza atrayéndome de vuelta al mundo real, estos golpes me habían despertado y me había quedado mirando el espacio libre a mi lado sin prestarles atención.
Reaccioné cuando volvieron a sonar. Me levanté de la cama sintiéndome completamente traicionada, me puse una bata para tapar mi desnudez y bajé las escaleras para abrir la puerta.
─ ¡Gala! Menos mal que estás aquí ─ dijo Charlie sonando aliviado
─ L-lo siento ─ carraspeé al notar mi voz apagada ─ Estaba en la ducha. ¿Ha pasado algo? Te veo mal tío
Nada más yo preguntar el gesto del sheriff cambió por completo, sus cejas se arquearon en pena, sus labios se fruncieron y pareció tener 20 años más de los que tenía. Me preocupé
─ Bella no aparece.
No supe que decirle, simplemente apreté los puños sabiendo la razón de su desaparición. Isabella se habría enterado de la ida de los Cullen, y como yo sabía, no se lo habría tomado muy bien.
─ He puesto un grupo de búsqueda, las personas de la reserva están ayudando. ¿Puedes...
─ Me visto y salgo ─ le interrumpí.
Ignoré todos mis sentimientos y volví a aparentar seguridad cuando en realidad estaba rota, pero ahora tenía que ayudar a Charlie, y eso sería encontrando a Isabella.
Fui hacia el coche de policía, donde estaban Charlie, Billy, Harry y Jacob mirando un mapa. Charlie me miró
─ ¿Nada? ─ negué con la cabeza.
Al salir de casa me uní a todos con la búsqueda de Isabella, y después de estar por el bosque por horas aún no se sabía nada.
─ Volveré a llamar a los Cullen
Mi cuerpo se tensó ante lo dicho por Charlie, noté que alguien me miraba, así que seguí la sensación hasta dar con Harry, quien me miraba con el ceño fruncido como si supiera algo.
─ Los Cullen se han marchado Charlie ─ dijo Billy en un tono desinteresado. Apreté los puños.
─ ¿Enserio? Tendrían que habérmelo dicho ─ respondió dudoso el Sheriff. Me miró ─ Gala, tu eres amiga de la familia ¿Lo sabias?
Billy y Harry también me miraron, pero a diferencia de Charlie, ellos lo hacían como si esperasen algo. Suspiré
─ Sí, si lo sabía. Se han ido esta tarde.
─ Vaya. ─ dijo el sheriff
─ A buena hora lo hicieron ─ dijo Harry nada interesado
─ Pero ¿A donde se fueron? ─ me miró, yo me alcé de hombros sin saber la respuesta
─ Encontraremos a Bella, no te preocupes ─ Harry apretó el hombro de Charlie en señal de apoyo.
En ese momento mi piel se erizó y el aroma que les caracterizaba llegó a mí, miré detrás de Jacob viendo a Sam con Isabella en brazos.
Corrí hacia ellos llamando la atención de todos, Sam me miró con el ceño fruncido.
─ Gala...
No le miré a los ojos, me centré en Isabella. Le toqué la mejilla notándola helada, Charlie llegó en ese momento cogiendo a su hija en brazos
─ Gracias Sam.
Charlie no esperó a que el muchacho le contestara y fue corriendo al interior de su casa, me giré para seguirle para ayudarle con Isabella, pero Sam me agarró del brazo
─ Gala, espera
Le miré extrañada viendo que aún seguía con el ceño fruncido
─ ¿Que te pasa? ─ me preguntó. Tragué saliva
─ ¿A mí? Nada ─ intenté zafarme de su agarre, pero no me lo permitió.
─ Te noto rara ─ me dijo serio
─ Es por la preocupación de la situación, ahora que Isabella apareció ya estaré mejor.
Sam se quedó mirándome a los ojos, en otra situación le habría aguantado la mirada, pero sentía que si le miraba por más de 10 segundos me rompería en pedazos delante de él.
Quise volver a quitar su agarre, pero él estiró de mi brazo y me envolvió entre sus brazos.
─ No me mientas ─ susurró en mi oído en un tono cálido, nada enfadado.
Suspiré entrecortada. Su pecho de una temperatura alzada, sus latidos lentos, el buen abrazo que me estaba dando...todo hizo que casi soltara el nudo que se habia formado en mi garganta. Negué con la cabeza respirando hondo
─ No lo hago.
Sam no puso resistencia cuando me separé de él, y esta vez sí que me dejó ir junto con Charlie y su hija.
Pasé por delante de Jacob, Billy y Harry sintiéndome extraña, pues los dos adultos me seguían mirando como si supieran algo...o como si esperasen algo de mi.
Sentada en el sofá miré a Charlie, quien bajaba las escaleras. Me levanté y esperé a que él llegara a mi lado para darle un abrazo. El sheriff me correspondió y nos apretó necesitado a la vez que suspiraba.
─ Ella está bien, Charlie. ─ el hombre apoyó su cabeza en mi hombro dejándose caer cansado
─ Pero por qué se mete en el bosque tantas horas? ¿Qué ha pasado? ─ suspiré
─ Edward la habrá dejado, estoy segura.
─ ¿Y todo esto por un chico? ─ Charlie se separó del abrazo y se sentó en el sofá restregándose la cara demostrando otra vez el cansancio en su cuerpo
Suspiré sentándome a su lado.
─ Isabella estaba enamorada, Charlie. El amor nos hace hacer cosas tontas, solo...esperemos que no vaya a más y se recupere.
Charlie suspiró y pasó un brazo por mis hombros, acercándome a él. Después de unos segundos en silencio Charlie habló
─ ¿Y tú qué tal estás?
─ Bueno, tu hija ya apareció, los nervios ya se han ido
─ No me refiero a eso. Con los Cullen, se que eras muy cercana.
Me quedé en silencio pensando en mis sentimientos, lo único que sabía era que no estaba bien.
─ Les quería mucho, duele que se hayan ido...pero el mundo no se acaba aquí. ─ dije sincera
Me separé de él levantándome del sofá y le miré con una pequeña sonrisa.
─ Dúchate, ponte el pijama y ve a descansar, que estás agotado. ─ me sonrió asintiendo ─ Voy a despedirme de Isabella.
Subí las escaleras y entré a la habitación de la morena, la vi completamente tapada metida en la cama durmiendo.
Me acerqué a ella y le quité los mechones que tenía en la cara, y toqué su mejilla notando que ya tenía una temperatura normal.
Cuando me giré para irme Isabella se despertó
─ Gala...
Me giré a verla, seguía dentro de su cama pero me miraba con los ojos llorosos. Sacó sus brazos y los estiró en mi dirección pidiendo un abrazo, como hizo en el hospital.
Suspiré y fui hasta ella, me tumbé en la cama por encima de las mantas y la abracé, haciendo que comenzase a llorar instantáneamente.
─ S-se han ido, Gala... Edward se ha ido
Apreté su cabeza contra mi pecho incapaz de decir nada, yo también quería llorar.
─ Me ha dejado a-aquí sola
─ No estás sola Isabella, tienes a tu padre, a tus amigos del instituto y a Jacob.
─ P-pero él ya no estará, ni Alice, ni Esme
─ Hay que seguir hacia adelante y ya. ─ apreté nuestro abrazo, miré por la ventana y me aguanté las lágrimas, tenia que creerme mis propias palabras
Nos quedamos en silencio mientras que ella seguía llorando.
─ L-le q-quiero mucho Gala
─ Shh...─ acaricié su pelo ─ Ya lo sé...
─ Él n-no me quiere
Fruncí el ceño extrañada
─ ¿Como no lo va a hacer?
─ M-me ha dicho que todo esto se a alargado m-mucho, que n-no tendría que haber aguantado tanto, q-que solo e-era una prueba. ─ al terminar de hablar soltó un sonoro llanto
La apreté más contra mi enfadada por todo.
¿Que hizo Edward? Se marcharon por su culpa, él quería alejar a Isabella ¿Pero romperle el corazón así? Esa familia solo dejaba mierda por donde iban.
Seguimos así unos minutos hasta que dejé de escuchar los hipidos de Isabella, la miré viendo que se había quedado dormida. Me levanté de la cama con cuidado, la tapé correctamente para que no pasara frío y salí de su habitación.
Al lado de la puerta, apoyado en la pared con los brazos cruzados, estaba Charlie.
─ ¿Has escuchado todo? ─ le pregunté en un susurro cerrando la puerta de la habitación. Charlie asintió.
Me apoyé en la pared a su lado y los dos nos quedamos en silencio mirando al suelo.
─ A no ser que Isabella supere a Edward...no creo que vaya a estar bien. ─ Suspiré. Charlie me miró triste.
─ Estaremos para ella. Eso la ayudará ¿No? ─ me preguntó
Pero no sabía si eso sería suficiente. Ya había visto lo necesitada que estaba Isabella de Edward, y no pensaba que pudiera seguir hacia adelante sin él. Ya que... Edward se había vuelto su mundo.
Un mundo que traería muchos problemas.