Al preguntarle que le pasaba me miró extrañada.
─ ¿A qué te refieres?
─ Charlie me ha dicho que estás rara, ¿a qué se debe? Está un poco preocupado.
Isabella volvió a mirar a la ventana y se dijo en un susurro a si misma "Tu puedes", que gracias a mi oído escuché.
─ También hay otra cosa sobre tí que me incomoda ─ me dijo ignorando el tema.
Alzó la barbilla intentando parecer segura, pero al yo alzar mi ceja seria ella se incomodó
─ Venga, cuéntame ¿De qué se trata? ─ pregunté de nuevo divertida.
─ Los Cullen y tú.
No voy a mentir diciendo que no me lo esperaba, porque si lo hacía. Era obvio que en algún momento me preguntaría por ellos. Isabella es demasiado predictible.
La miré incitándola a que se explicase.
─ Todo el mundo me decía que nunca os habéis hablado, incluso que os lleváis mal, y de un día para otro te abrazas con una de ellos y te sientas en su mesa durante toda la semana. Algo no cuadra en lo que dicen
─ Será porque lo que dicen es mentira ─ le dije rodando los ojos. ─ Ya te he dicho que no te creas todo lo que te cuentan. Los rumores eso son, simples rumores.
>> La verdad es que al principio sí que nos llevábamos mal, pero durante el curso anterior nos hicimos amigos, simplemente que en el instituto cada cual iba por su cuenta. Los amigos no siempre tienes que estar todo el rato juntos ¿Sabes?
─ Y si no es en el instituto, ¿cuándo te hiciste amiga de ellos?
─ Que curiosa has salido ¿no? ─ le dije alzando una ceja para incomodarla
Y lo conseguí. Me reí interiormente de ella.
─ Me crucé con Alice en el supermercado, ella es muy... extrovertida, digamos. Así que prácticamente me arrastró a conocer a su familia ─ mentí.
Isabella asintió creyéndose la historia.
─ Ahora que ya sabes que mis rumores son falsos...sigamos con el tema anterior.
Isabella me miró fijamente.
─ ¿Dónde está Edward? ─ fue directa al grano.
─ Está haciendo un viaje, ya sabes, temas personales. ─ dije sonriéndole intentando que no se me notara lo falsa que era esa sonrisa.
─ Ah...
─ ¿Por qué preguntas por él? ¿Estás así por ese chico? ─ fingí curiosidad.
─ Es que...el primer día en clase de biología Edward actuó muy incómodo conmigo. ─ me contó lentamente, como si estuviera recordando ese momento
─ ¿A qué te refieres? ─ pregunté aún sabiendo la respuesta.
─ Pasé por delante de un ventilador y él se tapó la nariz, y cuando me senté con él se separó como si yo tuviera la rabia. Me molestó mucho. Pero además, después me lo encontré queriendo cambiar de clase. Quería hacerle frente y decirle que no me gustó como actuó.
Le sonreí dulcemente entendiendo su posición, pero tampoci había que ponerse como una obsesa mirando a sus hermanos.
─ Edward tiene una nariz muy sensible, cuando se juntan muchos aromas le da angustia. En las aulas de biología sabes que huele a muchas cosas y los alumnos se obsesionan con la colonia. Discúlpalo, no es nada sobre tí ─ me inventé para que dejara de pensar que era por ella.
Osea, toda esta situación si que era por ella, pero mejor que no lo supiese.
─ Ah...bueno...bien entonces.
─ Claro ─ le sonreí ─ Así que ya no pienses en la situación y deja de preocupar a tu padre. Estaba emocionado por tu llegaba.
Isabella me dio una media sonrisa alzándose de hombros.
Le di una palmada en la pierna dando por finalizada nuestra conversación y salí de su casa.
Al cabo de unos días, cuando la semana estaba por finalizar, recibí una llamada al teléfono fijo. Era Alice.
─ ¡Hola Gala! ─ me rei levemente de su constante entusiasmo
─ ¡Hola Alice! ─ la imité ─ ¿Qué necesitas?
─ Edward ha llegado a casa, ¿puedes venir?
─ Claro, en unos minutos estoy allí.
─ ¡Trae ropa y la mochila! ¡Te quedas a dormir! ─ escuché gritar a Emmett de fondo
─ ¿Noche de videojuegos? ─ le pregunté divertida.
─ ¡Noche de videojuegos! ─ le escuché gritar.
Me reí antes de colgar y me fuí a preparar la mochila para el lunes, donde metí mi pijama, muda y neceser, como siempre que me quedaba a dormir con los Cullen.
Al terminar arranqué la Vespa y en unos minutos estaba en la moderna casa.
Fuera de la casa, en la entrada, me esperaba Edward de brazos cruzados y con una tranquila sonrisa.
─ Bienvenido a casa, problemático. ─ fue lo primero que le dije al estar frente a él. El cobrizo se rió.
─ ¿Yo soy el problemático? Creo que estás equivocada, doña "tengo muchos secretos"
Viré los ojos divertida. Edward me abrió la puerta y me dejó pasar primero.
Como me esperaba, toda la familia estaba en el salón. La primera en saludarme fue Alice con un efusivo abrazo. Carlisle fue el siguiente, vino hasta mi con una de sus sonrisas que me encantaban y me dió un suave beso, para después cogerme la mochila y salir del salón, seguramente para dejarla en nuestra habitación. Los demás me recibieron con cálidas sonrisas.
Me senté en el sofá, al lado de Jasper, quedándose en el medio entre Alice y yo. Me sonrió e inspiró, relajándose en el momento por el aroma de mi sangre.
Cuando Carlisle volvió en un segundo, empecé la conversación.
─ ¿Entonces ya te sientes preparado? ─ le pregunté al cobrizo.
─ Sí, creo que sí. De todos modos, si al verla siento que me descontrolo te buscaré ─ dijo recordando el pedido que me hizo antes de marcharse.
Asentí confiando en él.
─ Hace unos dias hablé con la chica ─ Anuncié haciendo que todos me mirasen ─ Tocamos varios temas, pero el más importante fuiste tú.
Edwar me miró curioso.
─ Le molestó mucho que actuases como lo hiciste, pero le dije que ella no tenia nada que ver
─ ¿Y se lo creyó? ─ Preguntó Edward ─ Porque en verdad no disimulé ni un poco ─ dijo divertido
Yo no le veía lo divertido a esto. Por culpa de su reacción había incomodado a Isabella, y lo más importante, habia hecho que ella tuviera interés sobre él.
─ Bueno, le dije que tenias un olfato muy sensible y que el aula de biología te agobiaba por todos los olores.
Edward me miró con una ceja alzada y Emmett se rió con fuerza.
─ Buena escusa ─ me dijo el grandullón
─ ¿Verdad? ─ Corroboré divertida
Ahí se terminó la conversación. Cada cual se fue a su bola, y yo me quedé con Emmett en el salón jugando a la DS hasta la hora de dormir