Las probabilidades de que River fuera al mismo local que Cole eran bajas, casi nulas.
Pero definitivamente no eran imposibles.
Y lo comprobó cuando fue a pedir una jodida Coca-Cola a la barra y lo encontró con una chica hablando airadamente, todo sonrisa y dientes.
River gritó más de lo necesario su pedido y maldijo porque Cole estaba de espaldas a él. Solo atrajo la atención de la mujer que lo miró un Segundo antes de volver a poner su vista en Cole.
Bien. River no se ofendió por no haber enamorado a la chica en un momento, sabía perfectamente que él mismo era atractivo, y obviamente Cole no se quedaba atrás: Pelo negro, piel pálida, ojos intensos verdes, bonitos labios, contextura adecuada y alto.
Él no negaría que le dio varios pensamientos al físico de Cole.
Trató de escuchar su conversación.
¿De verdad él tenía que salir también Esa misma noche y ponerse a ligar?
—La verdad estoy esperando a un amigo.—Dijo Cole amablemente; sin quitar esa estupida sonrisa.—Solemos venir aquí a tomar algo.
River rodó los ojos.
—¿En serio? No te había visto antes.—Dijo ella.—Empezaré a venir más para encontrarte.
River la miró asqueado.
La chica lo notó y le devolvió la mirada extrañada.
River evitó el contacto visual y se hizo el loco.
Bien. Ella no tenía la culpa.
Cole rio ante su comentario y asintió.
—Me encantaría.
River profundizó su mueca e hizo el amago de vomitar.
—Espera,—Escuchó de la mujer.—¿Tienes algún problema?
River la miró curioso para saber qué ocurría y se percató que lo estaba mirando a él.
River se puso recto y se preparó para mirar a Cole, quien se estaba dando la vuelta.
—Oye.—Dijo el rubio, fingiendo que no se había percatado de que Cole estuviera ahí.—¿Qué haces aquí?
Prefirió no responderle a ella y centrarse en Cole.
El pelinegro lo observó desde abajo, sentado.
—¿Me estás siguiendo?—Preguntó Cole a la defensiva.
—Definitivamente no.—Respondió con desdén.—Eso debería preguntártelo yo a ti. Qué casualidad que salgas cuando yo lo hago.
Cole lo miró aburrido.
River odiaba cuando lo miraba así. Sentía que a Cole no le importaba en lo más mínimo lo que hiciera con su vida, como si el mismo hecho de respirar le diera igual, o incluso le fastidiara. Su rostro decía "River, puedes morirte y me daría absolutamente igual".
River quería más emociones en su rostro, y ese rostro neutral le molestaba. Le frustraba.
—¿Sabes qué?—Se levantó del asiento y se acercó a River.—No eres el único que necesita una buena jodida.—Sonrió pero no había nada de divertido en él. Su dedó señaló y tocó el pecho de River.
River le devolvió la sonrisa arrogante y le agarró el dedo.
—¿Quieres decir que te pusiste caliente después de lo que pasó esta mañana?—Apretó el agarre en el dedo.—¿Fui quien provocó que estés ansioso y frustrado sexualmente?
Cole trató de apartar el dedo pero River lo mantuvo firme.
—No digas estupideces.—Lo miró mal.—No tiene nada que ver contigo. Simplemente llevo tiempo sin hacerlo y me apetece.
River acarició el dedo de arriba abajo, simulando...
Los ojos de Cole se abrieron asombrados y un leve tono rosado tomó su rostro mientras miraba el movimiento en su propio dedo.
—¿Te apetece así de repente o algo o alguien lo causó?—Siguió molestándolo.—Por cierto, ¿Qué te estás imaginando, doctorcito?
Cole abrió y cerró la boca varias veces pero no dijo nada.
River miró aquellos labios rosados y regordetes, quedarían perfectos rodeando su-
—¿Cole?
River aflojó el agarre y Cole apartó la mano.
—Camons.—Cole no miró a los ojos a Dante, cosa que divirtió a River.
River se preguntó por qué siempre debía encontrarse a ese hombre mientras estaba con Cole. Era molesto.
Dante Los miraba como últimamente lo había estado haciendo: Extrañado, con recelo, y estudiando la situación.
—¿Estás bien?—Se acercó a Cole.
Él asintió y se dejó agarrar por los hombros.
—Perdona.—Cole le dijo a la chica y ella incómoda se fue.
—Aquí está tu Coca-Cola.—Dijo el camarero.
River lo miró mal.
—¿Fuiste a buscarla o fabricarla?—Le soltó molesto.
El chico lo miró avergonzado.
—Puedo invitarte a otra como disculpas.
River levantó las cejas.
Lo miró de arriba abajo con atención y ladeó la cabeza. Sonrió de lado.
—¿Estás coqueteando?
A su lado alguien soltó una risa entre dientes.
—Tienes el ego muy arriba, chico.—Cole se burló.—Simplemente está pidiéndote perdón, no deberías malinterpretarlo.
River entrecerró los ojos y volvió la vista al camarero. No era tan atractivo y ni siquiera era su tipo, pero podría servir.
—¿Me equivoqué?—Preguntó fingiendo una cara de cachorro regañado.
El chico miró de Cole a River antes de bajar la mirada y negar.
A River no le gustaba la gente tan tímida. Le gustaba que tuvieran carácter y fueran firmes y directos. Se le hacía más divertido que intentar sacar conversación a alguien callado.
—¿A qué hora termina tu turno?—Volvió al desconocido.
Ni siquiera le gustaba la cosas de una sola noche, solo quería demostrar algo a Cole. Un punto.
Era ridículo.
(...)
Cole después de una cerveza y una fanta observó como River y el chico de pelo castaño se metían a los baños.
Le pareció repulsivo.
Es decir, los baños de locales así no tenían la mejor higiene ni la más necesaria. Habría más personas como ellos que intercambiarían saliva y otros fluidos corporales como jodidos animales a los que no les importa ser vistos en el acto.
Y ahí iba River, con alguien que acababa de conocer. No sabía ni su nombre, según lo que había oído de su charla, y tampoco sabía si tenía alguna enfermedad.
Definitivamente, asqueroso.
—¿Quieres que te pida algo más?
Cole miró con el ceño fruncido a Dante, siendo consciente de su presencia.
En cierto modo se sorprendió, si no hubiera sido por la molestia y el disgusto seguramente estaría feliz y cómodo con el hombre a su lado, estudiándolo y admirándolo. Sin embargo, ese no era el caso en aquella ocasión. Tenía la mente ocupada en otra cosa.
—Estoy bien, gracias.—Trató de sonreír. Aún se sentía incómodo.
—Pensé que querías conseguir algo. No creo que conmigo a tu lado lo logres.
Cole resopló.
—Ya no tengo ganas.—Se encogió.—El sexo está sobrevalorado, ¿sabías? Siempre y cuando puedo autocomplacerme yo mismo.
Dante asintió.
—Tienes razón. Pero no puedes negar que se siente mejor tener a otra persona contigo, su cuerpo rozando con el tuyo, su aliento mezclándose con el tuyo, sus labios sobre ti, su tacto, su caricia, su...
—Bien, lo entiendo. Y tienes razón.
En cualquier otro momento, Cole se hubiera asombrado de escuchar hablar así a Dante pero esa vez Cole casi se atraganta recordando lo que ocurrió con River.
Ugh.
Si tan solo River no fuera River...Posiblemente...
¿Posiblemente qué?
—¿Hace cuánto no tienes sexo?
Dante lo miró curioso y Cole se sintió raro.
Nunca había hablado de sexo con Dante. Era...Extraño. No incómodo pero algo se sentía diferente, fuera de lugar.
—Hace mucho.—Respondió.—He estado muy ocupado como para quererlo.
—¿Y qué te ha hecho quererlo ahora?
Las palabras de River hicieron eco en sus oídos.
¿Fui quien provocó que estés ansioso y frustrado sexualmente?
—Nada.—Saltó.—Simplemente me apeteció. Me levanté jodidamente caliente y quise tener sexo, no es raro. Pasa siempre. Es común. Nadie ha provocado eso. Maldición.
Dante pestañeó y asintió.
—Eres joven.—Dijo.—Deberías satisfacer más a tu cuerpo, prestarle atención y-
—¿De verdad estás diciéndole eso a un médico? Claro que lo sé.
Dante se encogió de un hombro y tomó un trago.
—Parece que lo has olvidado.
—Hoy llegaré a casa y lo haré.—Dijo para finalizar el tema.
Dante iba a decir algo pero un fuerte estruendo y gritos que amortiguaron la música resonaron.
Dante se levantó alerta y miró por encima de la multitud.
Cuando algo muy rápido pasó por el rostro de Cole y terminó explotando toda la línea de licores, Cole se puso de pie también.
Dante se acercó a él.
Todo pasó muy rápido.
Dante tiró a Cole al suelo antes de que los cristales impactasen en ellos.
Cole lo miró asustado. Sus oídos pitaron y su vista estaba nublosa por el humo.
Dante tenía los ojos en la multitud pero su cuerpo estaba protegiendo a Cole aún si poner una vista en él.
—¿Estás bien?—Preguntó y le ayudó a levantarse.
Cole asintió aún aturdido.
—¿Qué está pasando?
Dante le agarró la muñeca y tiró de él.
—No lo sé pero seguramente está ocurriendo exactamente lo del hospital. Salgamos de aquí. Hay una ventana grande al fondo, saldremos por ahí.
Cole miró las dos salidas de emergencia del lugar pero estaban aglutinadas de personas intentando huir.
Los gritos, lamentos y desesperación se escuchaban y Cole se sintió como en el campo de batalla.
Esta era una ciudad. Había civiles. No eran personas listas para esto, ¿qué estaba ocurriendo? No podían hacer esto.
—¡Cole!
El recién llamado se giró y observó a River correr hacia él. Por fin reaccionó.
—¿¡Estás bien!?—Se escuchó ansioso.
—Scott, sal de aquí.—Dante le ignoró.
—No pienso dejar a Cole solo.—Respondió firmemente.
—Eso no lo pensaste cuando te fuiste a joder a ese chico en el baño.—Atacó sin dejar de caminar. No había balas pero otra bomba de humo podría caer.—Por cierto, ¿donde está?
River miró a Cole unos Segundos y se sintió...
—Le dije que se fuera y vine a buscar a Cole.
Cole se preguntó si realmente había dejado solo a ese chico únicamente por él. Trató de suprimir una pequeña sonrisa, no era el momento.
Raro.
—Muy innecesario, podrías haberte ido. Sabes que esto es posiblemente por ti.—Dante miró a River con despecho.—Ahora vete. Contigo al lado es más peligroso y debo poner a salvo a Cole.
Cole negó.
—No podemos dejarlo solo.
—Él puede cuidarse solo.—Le contradijo Dante.
—No pienso irme.—River insistió.—Tengo que proteger a Cole.
Cole lo miró.
River no le devolvió la mirada, seguía manteniéndosela a Dante. Como siempre. Ambas miradas eran desafiantes.
—Ya estoy yo para hacerlo.—Señaló Dante.
Cole se enfadó y lo empujó.
—Creo que os olvidáis de algo: ¡Yo no necesito de nadie! ¡Puedo cuidarme yo mismo!
Cole Los adelantó y siguió caminando rápido hacia la ventana.
—¡Cole!—River lo llamó pero no le prestó atención.
—Déjame en paz.
River lo alcanzó y le agarró el brazo, deteniéndolo.
—No seas imprudente, ¿quieres que te maten?—Le habló duramente.
Cole lo miró mordazmente, enfrentándolo con la mirada. No parecía tener miedo en absoluto y mucho menos se le veía intimidado por el rubio.
Genial.
River tenía menos carácter que ese chico.
—Un poco hipócrita viniendo de ti, comandante. Eres el primero encantado de estar en peligro.
Cole lo empujó y siguió hacia la salida emergente y provisional.
Dante Los seguía también mientras sacaba su teléfono y llamaba a la base para que enviasen refuerzos.
—¿Dónde vamos?—River le habló a Cole.
—Al coche de Dante.—Cole lo miró de reojo.—Ponte la capucha, tú cabello de oro no nos traerá más que problemas.
River obedeció sin poner pegas.
—Están en camino.—Informó Dante.
Eso era bueno. Cole esperaba que no se escapasen como en el hospital. No podían permitir que nuevamente les vieran la cara, entrando como locos a sitios tranquilos y saliendo de ellos como si no hubieran hecho nada.
No era Justo.
(...)
—No hubo muertos como tal.—Comentó Dante.—Más que confirmado que buscaban algo.
Cole miró a River sentado en el sofá claramente pensando.
¿De verdad estaban tras de ese niño? ¿Por qué? River no tenía gran cosa más que su apellido.
—Tenemos que usarlo de carnada para quitar cualquier sospecha. Si esto sigue así nos vemos en peligro de sufrir bajas y que nuestras bases Sean descubiertas.—Siguió Dante.
Cole se levantó.
—¿Cómo que carnada?—Se opuso.—Eso es ponerlo directamente en una bandeja de plata al enemigo, Dante. Suficiente has hecho con dejarlo salir, ¡mira lo que ha ocurrido!
Dante asintió.
—Precisamente, Cole. Di la orden de que pueda salir a divertirse, lo hace y caen en ese mismo lugar, ¿qué más falta?
—¡Justamente por eso no podemos hacerle ser una carnada! Si hemos comprobado lo de hoy, ¡que haga de cebo irá peor!
—Está decidido. Ya han aceptado la propuesta Los Altos cargos.
Cole negó.
—No pienso permitirlo.—Cole le plantó cara.
Dante lo miró decepcionado y por primera vez, a Cole no le importó. Estaban jugando con la vida de River y no les importaba en lo más mínimo si algo le llegaba a ocurrir.
—Y yo no pienso discutir de nuevo contigo por él.—Dante lo apartó.
Cole iba a hablar pero River lo detuvo.
—Oye, ángel, no te pongas así.—River habló despacio.—Es una buena idea.
—River, no es una buena idea, ¿qué pasa si te ocurre algo?—Cole trató de hablar en el mismo tono.
River se encogió de hombros.
—Por lo menos las bases no estarán en riesgo, mucho menos el Ejército y la Corona.—Bromeó.
Cole negó sonriendo un poco.
—Terco suicida.
River asintió.
—Ese soy yo. Tengo que hacerle honor.
Cole frunció los labios.
Dante rodó los ojos.
—Si te sirve de consuelo estaremos vigilándolo. Trataremos de protegerlo pero, sobre todo, trataremos de atrapar quién está detrás de él.
Cole no lo miró, aún molesto. No le creía en absoluto.
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Perdón, pero de verdad que últimamente no tengo mucho tiempo. No quiero poner en pausa la historia pero pido que entendáis que tardaré bastante😞😞