Dating Who

By AccioCandies

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Aileen Parker estaba al tanto de que frases como «su toque me electrizaba» no tenía nada que ver con sentimie... More

Introducción.
Capítulo I: El inevitable comienzo.
Capítulo II: Si soy Sandy, tú eres Danny.
Capítulo III: Dos melones y un Calamardo.
Capítulo IV: Manual de cómo no ligar.
Capítulo V: Alerta roja. Esto no es un simulacro.
Capítulo VI: Señor, hay una sotabarba en mi sopa.
Capítulo VII: Nueve maneras de trastornar a Styles.
Capítulo VIII: La hermandad de la terraza.
Capítulo IX: Las reglas son las reglas.
Capítulo X: Girls just wanna have fun.
Capítulo XI: Siete minutos en el paraíso.
Capítulo XII: Catorce minutos en el paraíso.
Capítulo XIII: Champagne Supernova.
Capítulo XIV: Botón del pánico y cosas no tan literales.
Capítulo XV: Paranoia futbolista.
Capítulo XVI: Recuerdos y otros tipos de tortura.
Capítulo XVII: Tal vez "cierto" será nuestro "siempre".
Capítulo XVIII: Ohana significa familia.
Capítulo XIX: El espíritu de los cínicos.
Capítulo XX: La Corte suprema de lo retraído.
Capítulo XXI: Ritos de iniciación.
Capítulo XXII: Almas trastornadas.
Capítulo XXIII: Máquina de referencias.
Capítulo XXIV: Test de Bechdel.
Capítulo XXV: Fase Eminem.
Capítulo XXVI: Los Hombres Lobo de Castronegro.
Capítulo XXVII: Entre líos y nueces.
Capítulo XXVIII: Legalmente tentativo.
Capítulo XXIX: Capas y Cupidos.
Capítulo XXX: No es otra película de Tarantino.
Capítulo XXXI: Ariel no es copa C.
Capítulo XXXII: La gota que derramó el vaso.
Capítulo XXXIII: La hermandad regresa.
Capítulo XXXIV: Desastre tangible.
Capítulo XXXV: Entrenamiento personal.
Capítulo XXXVI: Un viaje al pasado.
Capítulo XXXVII: Sacrificio de orgullo.
Capítulo XXXVIII: Anti Kit-Cat Clock.
Capítulo XL: El mundo es callado aquí.
Capítulo XLI: Crysta y el ladronzuelo de galletas.
Capítulo XLII: Mi hermano, de molesto a prácticamente insoportable.
Capítulo XLIII: Sin la mente en el juego.
Capítulo XLIV: Soy Batman.
Capítulo XLV: Le Printemps.
Capítulo XLVI: El lugar de recuerdos.
Capítulo XLVII: Tallahassee.
Capítulo XLVIII: iPat y el salvador de cenas.
Capítulo XLIX: Un desayuno a la Parker.
Capítulo L: El reino donde nadie muere.
Capítulo LI: Un penique por una sonrisa.
Capítulo LII: Churi churin fun flais.
Capítulo LIII: La nueva Julia Child.
Capítulo LIV: Súbete, perdedora. Vamos de compras.
Capítulo LV: Solo un segundo.
Capítulo LVI: Arya Hills.
Capítulo LVII: Entendimientos y descubrimientos.
Capítulo LVIII: El corazón y la razón.
Capítulo LIX: La Anti Ley de Murphy.
Capítulo LX: Víspera de cumpleaños.
Capítulo LXI: Ojalá vivas todos los días de tu vida.
Capítulo LXII: Mi cumpleaños.
Capítulo LXIII: Mantequilla derretida.
Capítulo LXIV: La mejor manera de predecir tu futuro.
Capítulo LXV: Adiós, Tallahassee.
Capítulo LXVI: Hola, California.
Capítulo LXVII: Los amigos son la familia que elegimos.
Capítulo LXVIII: Código de vestir.
Capítulo LXIX: Ponte las gafas violeta.
Capítulo LXX: El aullido del lobo.
Capítulo LXXI: Pescado a la Carrie.
Capítulo LXXII: Halloween picante.
Capítulo LXXIII: 2+2=5.
Capítulo LXXIV: Un espíritu de vidrios rotos.
Capítulo LXXV: No puedes protegerte de la tristeza.
Capítulo LXXVI: Sin protegerte de la felicidad.
Capítulo LXXVII: Perspectiva de lo dañino.
Capítulo LXXVIII: Aileen.exe y el final de una etapa.
Capítulo LXXIX: Los espacios entre nosotros.
Capítulo LXXX: Definición de la realidad.
Capítulo LXXXI: El poema de la discordia.
Capítulo LXXXII: Arcoíris o relámpagos.
Capítulo LXXXIII: Problemas del primer mundo.
Capítulo LXXXIV: Estatua de Melbourne.
Capítulo LXXXV: La verdad sale a luz.
Capítulo LXXXVI: Hola, Ámsterdam.
Capítulo LXXXVII: El país de los tulipanes.
Capítulo LXXXVIII: La charla.
Capítulo LXXXIX: With a Little Help from My Friends.
Capítulo XC: Stroopwafels y Patronus.
Capítulo XCI: Una blanca Nabbydad.
Capítulo XCII: Nadie espera encontrarse a la Inquisición española.
Capítulo XCIII: Waldo Larousse.
Capítulo XCIV: Harry.exe y el inicio de una etapa.
Capítulo XCV: El nacimiento de Pukie.
Capítulo XCVI: Despedidas y buenas nuevas.
Capítulo XCVII: El último juego.
Capítulo XCVIII: El rey y la reina.
Capítulo XCIX: Tradiciones y últimas veces.
Epílogo.
Nota de autor.
Capítulo bonus I.
Capítulo bonus II.
Capítulo bonus III.
Un pequeño Q&A.
Capítulo bonus IV.
Capítulo bonus V.
Capítulo bonus VI.
Capítulo bonus VII.
Capítulo bonus VIII.
Capítulo bonus IX.
ANUNCIO | EDICIÓN.
Capítulo bonus X.
Capítulo bonus XI.
Capítulo bonus XII.
¡Nueva historia!
Dando señales de vida.
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Capítulo XXXIX: Mario Kart en la vida real.

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By AccioCandies

―Vas a caer, Tomlinson.

―Siempre estás lleno de charlatanería, Styles.

Solté un suspiro mientras observaba a los dos chicos golpearse la cabeza con los cascos cual pelea de carneros, mientras una canción de Imagine Dragons sonaba de fondo en el local y yo enguantaba mis manos, negando reprobatoriamente.

Liam se giró hacia nosotros, respirando de forma sonora dentro de su protector al tiempo en que murmuraba dramáticamente―: La fuerza es intensa.

Despedí una risotada, pensando que en efecto la dosis de popularidad que tenía bajo su nombre no perjudicaba en lo absoluto el grado de frikismo que podía exteriorizar una persona. Estaba de más decir que por mi cabeza en la vida pasó que los amigos de Harry pudiesen pertenecer a mi imperceptible círculo social, ni siquiera cuando me detenía a pensar cómo sería mi vida si todo resultase distinto y sin la odisea que nos rodeaba al rizado y a mí.

La nostalgia del ayer, le llamaba.

Niall aún no sujetaba el casco, por lo que subsistía colgando por debajo de su cabeza y lucía como Toad mientras se sentaba en su carro, sonriendo emocionado por la adrenalina corriendo en sus venas. Todos entraríamos a una misma carrera, daríamos unas cuantas vueltas y luego partiríamos a comer unos helados limítrofe a la playa como celebración de las victorias y derrotas que estaban a punto de acontecer, escuchando los discursos altaneros de los triunfadores y las patéticas justificaciones de los frustrados.

Definitivamente como uno espera pasar un sábado.

―Creo que ese chico te está haciendo ojos, Pat. ―Murmuré mientras ajustaba mi collarín, advirtiendo a un chico unos dos metros de distancia que parecía chequear cada dos por tres a mi pelirrojo amigo.

Patrick resopló.

―No lo creo ―replicó escueto―. Rapunzel encerrada en una torre de cinco metros de altitud, plenamente lejos de la civilización y con habilidades sociales equivaliendo a cero tiene más oportunidades de ligar con un chico que un homosexual, fea.

―Eso es lo que dice tu cerebro, pero no tu corazón. ―Expresé satíricamente teatral.

―Pensé que tú eras la presidenta del equipo "anti amor". ¿Qué sucedió? ¿Harry ha cambiado tu forma de ver al mundo? ―Pinchó mi costilla con diversión plasmada en su pecoso rostro cual babosa repugnante.

Rodé los ojos.

―¿Es que no se me nota el amor por el tonto? Me das unos cuantos minutos en adición y estaré disparándome en la cabeza por mi romántico amor hacia el rizado ―Recité cáustica, escuchándolo reírse cuando terminó de colocarse el casco―. No estoy en contra de los enamorados, Pat. Estoy en contra de los enamorados que observan al amor como una bolsa plástica de color rosado, es eso ―Instalé mi protector también, exhalando―. Puede que se vea muy bonita por fuera, pero por dentro no hay más que vacío y aire.

―Solo porque sea una bolsa plástica de color rosado no significa que no posea nada adentro ―Paz irrumpió en la conversación, causando que ambos giremos nuestra cabeza en su dirección. Ella se encogió de hombros por nuestra actitud jocosamente incrédula, sonriendo―. Solo digo que depende de las personas que estén cargando la bolsa. Tal vez adentro hay chocolates y uno de esos sabrosos jugos de uva que venden en el supermercado; no lo puedes saber.

―Oh, calla, pobre Eurídice enamorada. ―Tapé su rostro con mi mano, echándolo hacia atrás juguetonamente mientras mi prima se quejaba.

Welles descosió la boca en una carcajada, negando.

Elevó su brazo aparatosamente en el aire al lapso en que su voz se tornaba narrativa y fuera de escenario, musitando―: Ahí va ―Sus ojos descansaron en el horizonte, que en realidad implicaba a la segunda planta del local, prosiguiendo con su oración―, otra frase célebre de las temidas Parkers.

―¿Temidas? ―Me apoyé en mi cintura, con una ceja arqueada.

Sarah no le dejó confirmar, cuando llegó con todo el equipo de seguridad en su cuerpo y sus ondas rubias mostrándose debajo del casco―. Estoy lista para hacerles tragar polvo. ―Oteó como si nada a sus uñas, cubierta, cuando se aclaró la garganta encumbrando su mirada hasta nosotros. Reí, rodeando sus hombros mientras nos enfilábamos hasta la pista de carreras en busca de nuestros autos.

Me sorprendía que la muchacha no fuese una completa Sharpay Evans con el equipo.

―Rómpete una pierna, Bunny Bear.

Una sonrisa burlona surcó en mi rostro, torciendo el cuello hacia el chico de ojos esmeraldas que acordó bañarme en agua de rosas con su espléndida voz al tiempo en que lo observaba acomodarse el casco―. Tus hermosos deseos hacia mí son recíprocos, cariño. ―Arrugué el rostro en una sonrisa exagerada, riendo. Nos habíamos dividido en equipos durante la carrera: el número uno, integrado por Harry y Sarah. El segundo, por Liam y Patrick. El ganador, con Maggie y yo. El número cuatro, por Zayn y Paz, y en último lugar el quinto, con Niall y Louis.

Evidentemente el equipo número tres conquistaría.

Un empleado nos examinó la vestimenta en caso de que algo se encuentre fuera de lugar, cuando asintió hacia una chica fuera de la barrera y trasladó sus pies hasta el cercado de la pista, oprimiendo un botón que prendió el semáforo que indicaría la apertura de la carrera.

―¡Diablos, me siento como en Mario Kart! ―Atendí al alarido de Zayn.

Una diminuta sonrisa escapó de mis labios, deslizando mis manos por el volante del kart mientras amoldaba mis hombros en el asiento, sintiendo el pedal en mis botas. Era una buena cosa que ese juego encienda mi lado competitivo pues, mientras juegas Mario Kart no existe tal cosa como los amigos. Podíamos estar de acuerdo en que todo el punto era demostrarle a tus amigos quién mandaba y que concluyentemente no debían meterse contigo, el eslabón más rudo.

Claro que tenía un equipo, así que Maggs tendría mi compasión.

―¿Preparados? ―dijo el empleado.

El semáforo resplandeció.

―Listos.

Estrujé el volante, percibiendo la adrenalina.

―¡Fuera! ―Liam sin querer pisó el retroceso, colisionando con Maggie por inercia mientras todos seguíamos conduciendo. Estuve a punto de rajarle la cabeza al castaño, pero hábilmente mi mejor amiga se recobró veloz, causando que reponga mi atención en Louis, con quien batallaba para rebasar. Patrick se estrelló cuantiosas veces con la pista, Paz se mantenía pisándome los talones y Niall estaba casi detrás de la ambulancia acompañado por Liam mientras Harry nos llevaba la delantera y Sarah manejaba en zigzag con Zayn para el segundo lugar. Logré dejar de reata a Tomlinson, girando una curva hacia la izquierda para darme cuenta de que Maggie acababa de pasar a mi prima y estaba a punto de superar a su "enamorado" para dejarlo masticando leña.

Sonreí, extrañamente dejándome llevar por el momento, vigilando cómo Malik se arrimaba a Harry cuando el rizado alcanzó la meta. El moreno llegó cinco segundos antes de Sarah, situándome de cuarta seguida de Tomlinson para un quinto lugar. Maggie, Paz, Patrick, Liam y después de todas esas personas, Niall.

Nos levantamos de los autos, riendo, cuando uno de los chicos rodeó el hombro de Horan esparcidamente y comenzamos a dirigirnos hasta la pantalla de resultados.

―¡Segundo lugar! ―Chilló Osborn, alegre, chocando sus manos con las mías y enganchándolas en lo alto sin parar de festejar―. El equipoMagleen manda.

―No están a nuestro nivel, chicas ―Harry sonrió curvo, soplándose las uñas de manera recreada avecinándose a nosotras―. El equipo «We're the Bestest» es quien lleva la delantera. ―Tocó la palma zurda con mi blonda amiga durante el segundo en que rodeaba mis hombros chistosamente con el otro brazo.

Al menos me animaba saber que Sarah no podría venir con un nombre tan inepto mientras no estuviese de equipo con mi reciente amigo.

―Tienes suerte que no estamos jugando Mario Kart, cretino; no hubiese tenido contemplación en lanzar un Caparazón Azul solo para verte caer. ―Le miré por debajo de mis pestañas, pretendiendo ser una chica poseída, cuando se me iluminó el rostro radicalmente y sonreí―. Por otro lado, un segundo lugar entre cinco equipos es bastante favorable para mí. ―El equipo de mi prima junto al Designado Chofer quedó de tercero, mientras que el quinto equipo terminó de cuarto debido a la poca coordinación del rubio y de plano el segundo equipo debía resistir la idea de volver a jugar Karting.

Incluso cuando la idea de venir a acá fue de Liam.

En seguida de quitarme el equipo me tumbé en las gradas mientras esperaba a que todo estuviese listo para marcharnos.

―Buena carrera. ―Oí decir a alguien, pero no la consideraba conocida por lo que permanecí al pendiente del techado local para lo que consistiría en la siguiente carrera ocupada por sujetos que definitivamente no conocía―. ¿Me escuchaste?

Diablos, creo que sí era conmigo―: ¿Eh? ¿Es a mí?

Un muchacho pelinegro y con ojos rasgados me recibió, sonriendo sin mostrar los dientes cuando asintió ligeramente, tomando un asiento a mi lado; como si le hubiese dado consentimiento para colocarse en mi espacio personal en un lugar lleno de asientos vacíos―. Claro. ―Tendió su mano, confiando que la estreche para iniciar una pequeña conversación que no estaba segura de querer tener―. Soy Blake, mucho gusto. ―De paso tenía nombre de típico estudiante de secundaria que es un jugador con los sentimientos y sacrifica vírgenes todos los sábados en un motel barato de controvertible calidad.

―Igualmente.

―¿Me dirás cómo te llamas, melocotón? ―Guiñó un ojo.

Dulce salvación, era pésimo flirteando.

―Me han enseñado que no debo decirle mi nombre a personas que acabo de conocer. ―Sonreí en un intento por no sonar tan incivil, pero lo justamente ofensiva como para que se vaya. Estaba segura de que las chicas que respondían a su burda coquetería finalizaban dentro de una cita en el novelesco mirador de la ciudad, abrazados por la fría corriente nocturna y la luna llena iluminándolos a su paso, para comenzar a besuquearse en un auto viejo con un chico que sería protagonista de Lobo Adolescente mientras escuchaban a Bob Dylan en el estéreo.

―No hay problema, melocotón. ―Sonrió, quitando el gesto cuando una canción de la sensación pop del momento abordó a sonar por las cornetas de Wild-Karting, arrastrando un escandaloso suspiro―. ¡Bah! De nuevo esa basura. ―Golpeó su frente melodramáticamente, con una mueca que daba la impresión de que estaba a punto de echar a correr y vomitar.

―¿Basura? Es una canción bastante comercial.

―Lo cual es igual a basura.

Una risa nasal se liberó, encontrando hilarante sus palabras―: ¿Se da cuenta de lo contradictorio que suena eso? Porque, quiero decir, es comercial ya que mucha gente compra su música y la escucha como un pasatiempo. ¿Qué sentido tendría decir que las personas escuchan voluntariamente mala música? Ellos lo consideran como algo bueno, porque todo se basa en gustos, justo como lo que usted está diciendo. ―El muchacho alzó una ceja, observándome como si estuviese loca, lo cual no me impidió proseguir―. Aquí el punto es, ¿solo porque su gusto sea distinto al de la mayoría, porque claramente estamos hablando de una mayoría que convierte algo simple en "comercial", lo hace ser "basura"? ¿Considera que el mundo está erróneo, que la sociedad no tiene salvación, cuando en realidad es solo usted creando drama donde no hay? Porque, con todo el respeto, me parece una estupidez pensar que algo sea malo sencillamente por ser popular, y porque usted no se encuentre en la mayoría. Especialmente porque usted no se encuentre en la mayoría. Y en todo caso, ¿qué hay de malo exactamente con ser popular? Podría sonar sorprendente ―Ironía, dulce ironía―, porque ni siquiera me pensaría estar defendiendo a la popularidad al no pertenecer a ella. Tómelo como mera curiosidad.

Conté mentalmente: uno, dos, tres. El muchacho se levantó, yéndose de mi panorama.

―Vaya, Bunny Bear. Uno podría decir que te encargas de alejar a los pretendientes por ti misma. ―Styles se hundió en el asiento recién abandonado, ensanchando los pies en la hilera de asientos del frente al tiempo que unía sus manos sobre su estómago.

―No pienso tener un pretendiente con tan poca capacidad de raciocinio.

―Estamos de acuerdo. ―Maggie intervino, sentándose al lado de Harry―. Aileen necesita un hombre que la sepa sobrellevar con esos pensamientos revolucionarios.

―O tal vez no necesita un hombre, para variar ―comenté, ocasionando que los dos sonrían. Le propiné un golpazo en el hombro a Harry, con la frente plegada, originando que su risa se fortalezca entre tanto me cruzaba de brazos―. ¡Y tú, idiota! Estabas viendo todo y no tuviste la decencia de sacarme de mi desdicha. Dentro de poco comenzaba a cantar esa canción de Maroon 5: estoy en miseria. ―Canté trágicamente, alzando la mano en artificioso tormento.

Mi castaña amiga continuó el coro, sacudiendo la cabeza con risas―: No hay nadie que pueda consolarme. ¿Por qué no me contestas? Tu silencio está matándome lentamente.

―¿El silencio de quién? ―Louis curioseó divertido, despeinando el cabello de la muchacha cuando se sentó a su lado luego de cambiarse. La chica puso una cara que desenfrenó la carcajada de Harry y mía, cuando abrió sus ojos como una chiquilla que acaba de ser pillada haciendo algo indebido, y se sonrojó en dos zancadas.

―No sé. Pregúntale a Adam Levine.

Mordí mi labio inferior, evitando soltar el trapo y desternillarme de la risa en frente de ambos, cuando codeé al rizado y señalé a la nada, detrás de la cabeza de los dos chicos―. ¡Mira! Tienes que ver esto. ―Tomé con fuerza el cuello de su camisa, levantándolo del asiento a pesar de sus gimoteos, antes de que lograra zafarse del agarre y me siguiera el paso, sonriendo.

―¿Lo que acabo de ver es lo que ciertamente está pasando?

Puse cara inocente―: ¿Qué acabas de ver?

―Sabes de lo que estoy hablando. A Maggie le gusta...

―¡El helado está esperando por nosotros, escuincles! ―Interrumpió mi prima sin siquiera estar al tanto de ello, pegando un brinco cuando salió del vestidor y plantando un sonoro beso en la mejilla del rubio mientras reía con regodeo―. Prometo que te hará sentir mejor, Niall. Es el efecto del helado. ¿Vamos? ―Zayn soltó un suspiro, guardando el cigarrillo que estaba a punto de encender afuera, al instante en que Liam palmeó su hombro condescendientemente, orientándolo a la entrada.

Todos le pisamos los talones.

―¿Entonces? ―Harry arqueó una de sus pobladas cejas.

Me encogí de hombros, riendo―: No tengo ni idea de lo que estás hablando, Volcano.

*Toad: Personaje de Super Mario, conocido en español como Honguito.

*«Estoy en miseria. No hay nadie que pueda consolarme. ¿Por qué no me contestas? Tu silencio está matándome lentamente»: Letra de la canción «Misery», por la banda estadounidense Maroon 5.

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¡SÉ QUE LA ESPERA FUE LARG-meh! JAJAJAJA... HE DICHO QUE SUBIRÍA CAPÍTULO Y AQUÍ ESTÁ LO PROMETIDO... PORQUE HOY, 16 DE ABRIL, TIENE QUE SER MARCADO EN LA HISTORIA COMO EL DÍA MÁS GRANDE DEL 2015, COMO LO MÁS DE LO MÁS DE TODO EL AÑO, COMO LA PUNTA DE LA PUNTA, COMO EL DÍA EN QUE EL PASTEL CONSIGUIÓ SU CEREZA, ¡¡PORQUE HOY, 16 DE ABRIL... HOY... salió oTRO TRÁILER DE STAR WARS Y HAN SOLO DIJO "CHEWIE, WE'RE HERE" Y MIS EMOCIONES NO ESTÁN BIEN Y ESTOY A PUNTO DE ROBARME UNA MÁQUINA DEL TIEMPO HASTA DICIEMBRE!! JSAHFASJFAJAJJA okno. ¡¡HEMOS LLEGADO A LOS 50K, MUYAYOS!! ESTAMOS A MEDIO CAMINO PARA LOS 100K Y NO ME PUEDE HACER MÁS FELIZ ESO. ¡SON GRANDIOSOS! De hecho, no tenía planeado subir capítulo hoy... pERO EL PODER LECTOR PUEDE MÁS Y DEBÍA RECOMPENSARLOS POR SER BUENAS CRIATURAS DEL SEÑOR. SON LA WEBEZA... ¡Niall en multimedia! (para que no se suicide las venas por apestar en el Karting). Y para que la SAS aka @endlesscurl se babee en su propia baba (duh), porque es la mejor persona que pude encontrar en internet y de verdad le agradezco el apoyo que me ha dado en muchas cosas, contando Wattpad (especialmente en Wattpad)... uR DA BOMB, CHIMENEAH. NOS VEMOS EN DISNEY. ASÍ ES COMO SE HACE EN PARIS, lols. (¡Y otra cosa! La SAS está haciendo un concurso de One-Shots de sus historias, y seria genial que se pasaran por su perfil -solo presionen donde la mencioné. No sean flojos- y vean lo que tengan que ver para participar! ¡Va a ser cúl! ¡Porque yo seré jurado, claro! No por la SAS, ella apesta, pfft). ¡Ya el miércoles de la próxima semana es mi último examen de lapso, así que estoy rezando para que pase rápido! SEE YA LATER, CALCULATOR. ¡Sigan siendo un corazón tendido al sol y no mueran! Tschüss, meine freunde!

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