Capítulo bonus I.

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Capítulo LXIII: Mantequilla derretida.

Punto de vista de Harry.


―¿Estás despierta? ―Los rayos de sol iluminaban las cortinas así que era mucho después del amanecer, sin embargo, la chica parecía querer dormir hasta las ocho de la noche o esa fue la impresión que me dio luego de estar dormidadesde la madrugada como un tronco de árbol. Al menos era un tronco de árbol bonito, con su cabello desparramado por toda la almohada y esa forma curvada que adquirieron sus labios a través de la noche; no pude evitar contemplarla desde el momento en que me desperté, repasando cada fracción de su cara con cuidado ―en parte porque no quería despertarla y en parte porque estaba esperando que me lanzara del colchón apenas me viera― cuando escuché su voz pastosa al responderme.

―No ―dijo al observarme con los ojos semi-abiertos―. ¿Llevas mucho tiempo despierto?

―No mucho ―admití―. Al menos no me has pateado fuera de la cama.

La sonrisa que se formó en sus labios hizo estragos con mi corazón. ―Aún.

No pude evitar soltar una pequeña risa por su comentario, acercando a la chica con mi mano derecha entre tanto me sentía como el desgraciado con más suerte del mundo al sentir la manera en la que nuestras piernas se enlazaban en la parte inferior de la cama. A su vez, la forma en la que mis dedos acariciaban el hombro de Aileen con suavidad y su mano reposando sobre mi pecho solo logró que todo lo que pueda pensar en este momentosea que no me quejaría si el mundo se acababa ahora.

―Aileen. ―Sin embargo, mi deseo de permanecer en esta posición hasta el final de mis días se vio truncado por un arruinador de fiestas conocido popularmente como Aaron Parker.La interrupción nos hizo pegar un brinco en la cama con los ojos abiertos desmesuradamente, viéndonos las caras sin saber qué hacer―. Baja, por favor. Mamá está preparando café para todos y compraron desayuno en IHOP.

La muchacha tiró la sábana lejos de su cuerpo y le respondió al molesto de su hermano con una expresión de nerviosismo. ―¡Ya voy! Ya voy. Debo cambiarme primero.

―¿Qué hago? ―dije en voz baja entre tanto amarraba los cordones de mis zapatos con dedos apresurados, así que la muchacha hizo un barrido con sus ojos en busca de una solución a nuestro problema y devolvió su mirada hasta mí cuando encontró varias.

―Puedes esconderte hasta que no haya ojos al acecho, o dar un salto de fe desde la ventana.

―¿Salto de fe? ―La muchacha consideró divertida mi cara de fantasma porque no sopesaba la posibilidad de que eso sea en lo que me iba a convertir una vez hiciera el famoso salto.

―Bueno, no tuve las agallas de hacerlo la noche del parque, pero tal vez el capitán del equipo de Melbourne no sea tan malo con el parkour. ―Bueno, eso definitivamente no era divertido, Bunny Bear. Ni loco haría una locura como esa―. O tal vez prefieras permanecer debajo de la cama hasta la noche.

Tragué seco al levantarme de la cama con pocas esperanzas de supervivencia. ―¿Otra opción?

Ella pensó por un par de segundos. ―Ser degollado por Aaron Parker, probablemente.

Mierda. Debía estar más que loco si me quedaba a esperar por esa última.

―De acuerdo, saltaré. ―Acomodé mi chaqueta con mis manos e intenté peinar un poco mi cabello para que no se me note el hecho de que estuve durmiendo en la habitación de Aileen Parker durante toda la noche, entonces tragué seco y la observé usando ese pijama absurdo que me hizo ponerle en la madrugada―. ¿Beso de compensación?

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