Somos una mentira | Min Yoon...

Par BaeHyunLee

31.3K 2.3K 804

Abril era una completa mentira, lo único real era su sonrisa y la forma en que lo miraba. Min Yoon Gi era dif... Plus

Prólogo
T1 | Capítulo 1
T1 | Capítulo 2
T1 | Capítulo 3
T1 | Capítulo 4
T1 | Capítulo 5
T1 | Capítulo 6
T1 | Capítulo 7
T1 | Capítulo 8
T1 | Capítulo 9
T1 | Capítulo 10
T1 | Capítulo 11
T1 | Capítulo 12
T1 | Capítulo 13
T1 | Capítulo 14
T1 | Capítulo 15
T1 | Capítulo 16
T1 | Capítulo 17
T1 | Capítulo 18
T1 | Capítulo 19
T1 | Capítulo 20
T1 | Capítulo 21
T1 | Capítulo 22
T1 | Capítulo 23
T1 | Capítulo 24
T1 | Capítulo 25
T1 | Capítulo 26
T1 | Capítulo 27
T1 | Capítulo 28
T1 | Capítulo 29
T1 | Capítulo 30
T2 | Capítulo 32
T2 | Capítulo 33
T2 | Capitulo 34
El regreso...

T1 | Capítulo 31

409 45 19
Par BaeHyunLee

— ¿Tan feliz estas? —Preguntó Olivia con una sonrisa divertida desde la cocina mientras preparaba sabrá Dios que, a diferencia de mí que preparaba lo necesario para vivir.

— ¡Claro! ¿Cómo no voy a estarlo? —Solté en frente del espejo en un intento de maquíllame lo más natural y sencillo posible.

Estábamos en mi apartamento y eran alrededor de las 8 de la mañana. Lo cierto era que ayer le había robado a Jungkook a su linda Olivia como forma de castigarlo por el desastre que había hecho con el spray de la laca. A decir verdad, no estaba molesta en absoluto, mucho menos cuando ese accidente había logrado que al menos Yoon Gi me dirigiera la palabra y accediera a hablar conmigo.

Sí, me robé a Olivia porque necesita hablar con alguien. Se quedó a dormir en casa e incluso se ofreció a preparar el desayuno mientras yo me arreglaba para salir.

Era muy temprano aun, la presentación de los chicos no era hasta las 4 de la tarde, tenía tiempo suficiente. Pero aún tenía cosas pendientes antes de hablar con Yoon Gi.

Terminé mi maquillaje y quedé orgullosa. De ahí fui corriendo hasta mi armario para buscar la ropa adecuada para aquella ocasión. Estaba a punto de lanzarme yo misma a la boca del lobo así que debía ir con toda la artillería pesada.

— ¿Debería ponerme un vestido? —Pregunté en voz alta para que la chica desde la cocina me escuchara.

— Usa lo normal, Abril... Además, te dará frio. —Dijo Olivia apareciendo de pronto en la habitación con una espátula en la mano. — Si quieres que te conozcan cómo eres, ve como tú misma, como te sientas cómoda. Vas a ver que todo saldrá bien.

— Tienes razón. —Reconocí volviendo a girarme hacia mi armario.

Escogí algo que usualmente usaría y con lo que me sentía cómoda y a la vez bonita. Jeans ajustados, zapatillas blancas y en esta ocasión escogí una blusa color rosa manga larga decorada con algunos destellos de brillo. Dejé suelto mi cabello largo sobre mi hombro y cuando estuve ahora si completamente satisfecha con mi apariencia, fui directamente con Olivia a desayunar.

— ¿Crees que esté bien ir sin avisar? —Preguntó ella bebiendo jugo de naranja. — Quiero decir, e un poco... repentino.

— Lo sé, pero si no lo hago ahora, creo que después no encontraré la manera de aclarar las cosas. Si Yoon Gi se entera, seguramente va a matarme pero realmente quiero hacerlo. Una de las cosas que me reprochó cuando supo la verdad es que les había mentido también a sus padres. —Explique tranquilamente disfrutando de los huevos revueltos que Olivia había preparado.

— Pero Daegu no está a la vuelta de la esquina. ¿Tendrás el tiempo suficiente de ir y volver? Debes estar aquí para la presentación de los chicos.

— Tengo el tiempo justo para hacerlo. Por eso me voy ahora... —Entonces miré de reojo la hora en mi reloj y prácticamente atraganté con la comida. — ¡Ya, ya, ya es hora! —Solté bajándome del taburete de la isla de la cocina para ir corriendo hasta el baño y lavarme los dientes.

A lo lejos escuché la risa de Olivia. Estaba disfrutando de eso, de hecho, también yo. Hacía varios días que no me sentía tan emocionada por algo, realmente quería que las cosas salieran bien y poderles ofrecer una disculpa sincera a los padres de Yoon Gi.

Cuando salí del baño me encontré con Olivia ofreciéndome mi bolso y un abrigo para el viaje. Le agradecí y la abracé hasta prácticamente arrebatarle todo el aire. En el poco tiempo que llevábamos de conocernos, le tenía mucho cariño y nos habíamos vuelto buenas amigas.

La dejé en el apartamento y corrí hasta la parada de bus para tomar el primero que me llevara a la estación del metro. De momento, todo marchaba tal cual esperaba, llegue justo a la estación a la hora que debía para abordar el tren que me llevaría a Daegu.


Estuve ansiosa durante todo el viaje. Recree en mi mente, ene mil escenario donde les contaba la verdad a sus padres y claro, no podía faltar el escenario donde me arrojaban agua en el rostro o tiraban de mi cabello. Debía comenzar a ver menos dramas coreanos.

Al llegar a Daegu hice el mismo recorrido que había hecho con Yoon Gi la primera vez para hacer la primera parada en la repostería y compre un postre para no llegar con las manos vacías, y mucho menos cuando mis intenciones eran disculparme.

Sucedió lo mismo que cuando iba a hablar con los chicos. Mientras caminaba en dirección al restaurante me iba armado de valor pensando en las palabras adecuadas con las que debería empezar la conversación. Seguramente estarían sorprendidos de verme sin Yoon Gi e incluso era posible que me tomaran por impertinente, y es que las diferencias culturales aún eran un choque para mí, pero nada perdía con intentarlo. Ya estaba ahí, no perdía nada con intentar.

A esa hora el restaurante estaba abierto para desayunos y comidas de media mañana. Me encontraba de pie viendo a través de la ventana. Los padres de Yoon Gi estaban en el interior, la mujer estaba en la caja y él atendía una de las mesas cercanas a la puerta. Dudé un poco pero cualquier temor desapareció cuando mis ojos se encontraron con los del señor Min. Sentí una extraña calidez cuando me sonrió, tenía la misma sonrisa que su hijo menor.

Sentí que me congelaba en mi sitio cuando el señor Min abrió la puerta del restaurante. Consideré la idea de huir en ese momento pero prácticamente era imposible.

— ¿Qué haces ahí parada? Entra... —Me invitó con una amable sonrisa. Sostuvo la puerta para mí y se hizo a un lado para dejarme pasar.

— ¡Señor Min! ¿Cómo ha estado? ¿Y la señora Min?—Me apresuré a saludar cuando al fin reaccioné haciendo una reverencia, una que él imitó.

— Todo ha estado bien desde la última vez... ¿Vienes sola? —Preguntó mirando por encima de mi hombro, tal vez esperando que su hijo apareciera en algún momento, más no hizo expresión alguna cuando le explique que estaba sola ya que Yoon Gi estaba ocupado con las promociones. — Bueno, eso no es mucha sorpresa... Siempre es así luego de un comeback, y recién está empezando, en unas semanas será hasta difícil hablarle. —Respondió indicándome el camino hacia la caja registradora donde su esposa atendía a una pareja que pagaba por su cuenta. — ¡Cariño, mira quien está aquí!

La mujer reaccionó un poco más sorprendida que su esposo, pero aun así no dudó ni un segundo en salir de atrás de la caja para ir a saludarme afectuosamente. Ella no se contuvo al momento de abrazarme dejándome completamente sorprendida, sentía que a partir de ese momento las cosas serían un poco difíciles para mí.

— ¿Por qué estás sola aquí? ¿Yoon Gi no pudo acompañarte? —Preguntó ella luego de que cruzáramos algunas palaras de saludo por cordialidad. — ¿Él está bien? —Ahora parecía preocupada, de algún modo ella sintió que venían las malas noticias.

— Él está bien, ha estado trabajando bastante. —Reconocí dedicándole una pequeña sonrisa al tiempo que levantaba el postre para enseñárselos. — Tenía un poco de tiempo y quería saludarlos. Sé que Yoon Gi no vendrá en un tiempo por las promociones, y...

— Eso es muy considerado de tu parte... —Murmuró ella con una cálida sonrisa. —Siempre serás bienvenida.

Los señores Min cerraron el restaurante luego de que los últimos clientes salieran del establecimiento para así darles tiempo a los encargados de la cocina para prepararse antes de reabrir a la hora del almuerzo.

Los tres nos sentamos en unas mesas y la señora Min dejó tres pequeños platos con cucharas para servir del postre que había traído para compartir. Se veía muy animada a diferencia de su esposo que mantenía su expresión neutral, se podría decir que de ahí había heredado Yoon Gi su carácter y expresiones. ¿Cómo sería entonces su hermano mayor?

— De verdad me ha gustado que decidieras venir hoy... —comenzó ella dejando la porción de postre en mi plato para luego ofrecerlo — Deberías venir más seguido.

— En realidad... —Hice una pausa al tiempo que tomaba la cuchara y tocaba levemente la punta del postre. En ese momento no era capaz de mirarlos. — Quería hablar de algo delicado con ustedes. Y me corresponde a mí explicar la situación...

— ¿Estas embarazada? —Preguntó la señora Min dejándome petrificada en mi asiento.

Me ahogue con mi propia saliva y comencé a toser como loca. ¿Qué demonios? ¿Cómo llegó a esa conclusión si no había dicho ni una sola palabra? El señor Min a su lado la miró con el ceño fruncido.

— ¿Por qué dices algo como eso, mujer? —Dijo él sirviéndome un vaso de agua.

— ¿Por qué no? Son pareja... Es algo que puede pasar en cualquier momento. En realidad, no me molestaría que estuviera embarazada. —Reconoció tranquilamente dándole una probada a su postre. — Tal vez estén jóvenes, y en ese caso, había que organizar la boda... El bebé no debería nacer fuera del matrimonio, hay que organizar entonces muchas cosas.

— ¡No estoy embarazada! —Dije al fin cuando pude recobrar la respiración.

— ¿No? Es un poco decepcionante... —Dijo ella con pesar encogiéndose de hombros.

— ¡Mujer! —La reprendió su esposo haciendo que ella hiciera una mueca con sus labios.

— A decir verdad, Yoon Gi y yo no estamos en el mejor momento. —Era el momento de ser completamente sincera y reconocer mis errores. — Todo es por mi culpa, en realidad... No soy la persona que él creía ni la que le presentó a ustedes. La verdad es que mentí... —Entonces me puse de pie para poder hacer una reverencia en forma de disculpa. — Lo lamento.

Los señores Min me permitieron contarles toda la historia sin interrumpirme en algún momento. Me escucharon y aceptaron mis explicaciones. Fui completamente sincera y les conté las razones por las que había tomado ciertas decisiones, también les hice saber mis intenciones y sentimientos sobre su hijo. Incluso agradecí por el tiempo que pude compartir a su lado y que estaría de acuerdo en la decisión que ellos tomaran luego de esa confesión. Pero en todo ese tiempo, ellos solo me miraban con cierto atisbo de curiosidad, como si intentaran ver atreves de mí.

Cuando terminé mi historia, hubo un extenso e incómodo silencio en el que no sabía ni que pensar realmente. Ellos seguían sin decir nada y cruzaron algunas veces unas cuantas miradas, como si con esta pudieran compartir sus pensamientos sin decir nada.

— Yoon Gi no sabe que estas aquí ¿cierto? —Preguntó ella posando la mano sobre la de su esposo y yo suspiro. — Debe estar pasando por un mal momento.

— Lo lamento...

— Ambos. —Y aquello me sorprendió. — Conozco a mi hijo y se lo terco que puede llegar a ser. Esto es realmente una prueba para él, para aceptar la situación. Para descubrir lo que realmente siente por ti, si no se siente seguro él simplemente se cerrará a sí mismo. —Hizo una pausa mirando a su esposo ahora. — Y para ti... reconozco que tuviste mucha valentía para venir hasta aquí a decirnos la verdad. Respeto eso. No digo que está bien, es un poco difícil pero realmente admiro que estés aquí.

Para ese entonces yo ya no sabía ni que decir.

— Tendrás un largo camino para recuperar su confianza. Y si deciden volver a estar juntos, espero que sea dejando atrás todo esto para que la mentira que creaste al llegar a su vida no se convierta en un fantasma para ustedes. —A decir verdad, estaba bastante sorprendida por la posición que había tomado la mujer. — No estoy molestas ni nada parecido, estoy un poco decepcionada pero puedo entender tus razones. Y el que tuviera el valor de reconocerlo ante nosotros habla mucho de quien eres realmente... ¿Cierto cariño? —Y su esposo solo asintió con la cabeza.

En ese momento solté un suspiro sintiendo como todas la preocupación desapareció, y como expulsaba de mi toda la tensión y miedo del momento.

— ¿Tan asustada estabas? —Preguntó ella con una bonita sonrisa, estaba intentando no reír.

— Si, demasiado. —Reconocí. — Por un momento creí que me pediría que me fuera y que me alejara de su hijo.

— Creo que deberías dejar de ver dramas. —Esta vez fue señor Min quien comentó haciendo que su esposa comenzara a reír. — Creo que Yoon Gi ya es un hombre capaz de tomar su decisiones y de elegir a la persona con quien compartiría su vida. No tenemos derecho de interferir en su felicidad. Él siempre ha sido un hombre libre... Si están destinados a estar juntos, Yoon Gi encontrará la manera de perdonarte o de mantenerte a su lado.

— Señor... —Susurré conteniendo las ganas de echarme a llorar. — Es la primera vez que lo escucho hablar tanto.

A partir de ese momento la conversación se volvió más amena. La señora Min pidió que me quedar a almorzar con ellos, incluso me ofrecí a ayudarles en el restaurante cuando uno de los encargados de la cocina se notificó como enfermo.


Aun contaba con buen tiempo para quedarme en el restaurante, recién era medio día y las promociones no serían hasta la tarde. La señora Min se encargó de suplir el puesto del cocinero mientras que el señor Min se quedó junto a la caja y yo ayudando a recibir a los clientes y atender las mesas.

El restaurante volvió a abrir a la hora del almuerzo y los clientes comenzaron a llegar de uno en uno. Resulta que el sector tenía varias oficinas ubicadas a los alrededores y era normal ver tantos clientes a esa hora.

Todo marchaba a la normalidad, los pedidos salían a tiempo, los clientes comía a justo disfrutando de la comida, cuando de pronto se escuchó un bullicio en el interior de la cocina. Rápidamente miré al señor Min quien no tardó en abandonar su puesto en la registradora para ir a la cocina. Yo también lo seguí dejando la bandeja a un lado del mesón antes de entrar.

Sentí una oleada de pánico ante aquella escena. La señora Min se encontraba sentada en el suelo agitando su brazo derecho con fuerza mientras se quejaba del dolor. A su lado había uno de los chicos de la cocina diciendo un montón de cosas que no entendía por su acento.

— ¿Qué fue lo que pasó? —El señor Min ayudó a levantar a su esposa, se veía preocupado y ninguno de los dos entendía lo que estaba pasando.

— Lo siento, fue mi culpa. —Se apresuró a decir el chico levantando una hoya con agua del suelo para dejarla sobre el mesón de la cocina. — Estaba cociendo los dumplings y fui a bajar la olla pero se me resbaló la mano. La señora Min se apresuró a ayudarme a sostenerla pero el agua hirviendo le cayó sobre el brazo.

— Estoy bien, esto no es nada... —Se apresuró a decir ella. En ese momento me dediqué a mirar su brazo que estaba completamente enrojecido por la quemadura.

— Debería ir al hospital, eso no se ve bien. —Sugerí cuando su esposo la condujo hasta el lavaplatos para abrir el grifo y dejar que el agua cayera sobre su brazo.

— Vamos al hospital. —Dijo él aún más preocupado.

— Dije que estoy bien. Además, no podemos cerrar el restaurante, hay muchas órdenes por salir. Los clientes están esperando por su comida. —Dijo ella asomando la cabeza por la ventanilla donde colocaban los platos de comida que ya estaban listos.

— Abril... ¿Puedes llevarla? Yo me quedaré aquí y atenderé el restaurante. —Dijo él y yo rápidamente acepté, no había tiempo que perder o le quedaría alguna cicatriz.

El viaje al hospital fue más rápido de lo que esperaba, y una vez en urgencia no tardaron en asignarle a la señora Min una camilla mientras yo hacía los papeles de ingreso con sus documentos. Unos minutos más tarde volví a encontrarme con ella ocupando el asiento a su lado en tanto el medico la atendía.

Resultó ser que sus quemaduras no eran muy graves y que gracias a Dios no dejarían ninguna cicatriz. El doctor la trató en ese momento, incluso recetó algunas pastillas para el dolor y cremas para aplicarlas sobre la quemadura. También le aplicó en ese momento algunos medicamentos y nos recomendó que guardara reposo unas horas antes de ser dada de alta.

— Les dije que no era nada serio, ese señor cascarrabias suele exagerar las cosas. —Dijo ella burlándose de su esposo mientras contemplaba la crema completamente blanca aplicada sobre gran parte de su brazo derecho. — Estoy segura que hizo un escándalo luego de que salí.

— Es porque estaba asustado y preocupado. —Comenté luego de cerrar la tapa del tarrito de la crema que le acababa de aplicar.

— Lo sé, es demasiado tierno... —Reconoció ella dejando escapar un suspiro. — Yoon Gi también es así, suelen preocuparse de una manera extraña.

— Tiene razón... —Y una sensación de nostalgia se apoderó de mi pecho.

Levanté la mirada hacia el reloj de pared del pasillo y por poco se me cae el alma al piso al ver la hora. Eran pasadas las 4 de la tarde y la presentación final de los chicos era a las 6:30 pm. Para ese entonces ya debería estar en el tren viajando de regreso a Seúl si quería llegar a tiempo.

— ¿Pasa algo? —Preguntó ella al notar mi semblante.

— Mmm... la presentación de los chicos es en unas horas. Es la última de las promociones antes de que comiencen a viajar... —Comenté dejando escapar un suspiro. — Había prometido que estaría ahí pero no creo que alcance a llegar.

— Deberías irte. Si te vas ahora a la estación, talvez llegues a tiempo... —Sugirió ella incorporándose hasta sentarse. — Yo estoy bien, el papá de Yoon Gi llegará en cualquier momento.

— No, está bien... Me quedaré con usted hasta que llegue el señor Min. —Entonces me levanté para tomar mi bolso de la mesita junto a la camilla. — Llamaré a Yoon Gi para avisarle que tardaré.

— Llámalo, sino, se preocupará...

— O se molestará... —Bromee robándole una risita a la mujer.

— Solo no le digas que estoy en el hospital, tiene muchas cosas en la cabeza y lo último que quiero es preocuparlo. —Sugirió, pero en ese momento me di cuenta que no traía mi teléfono. Rápidamente toqué los bolsillos traseros de mi pantalón y estaban vacíos. ¿Dónde demonios lo había dejado?

— Debe estar en el restaurante —Murmuró ella mirando a su alrededor. —También dejé el mío.

— Maldición... —Susurré dejando escapar un suspiro. — Y Yoon Gi no responde números desconocidos... —Agregué cuando la idea de llamarlo de un teléfono público cruzó por mi cabeza.

— No te preocupes tanto... Él lo entenderá, es algo que se te salió de las manos. —Dijo ella con la intención de tranquilizarme, pero a pesar de eso, tenía una extraña sensación en el pecho.

¿Realmente lo hará?


Una hora más tarde el señor Min llegó al hospital, y para ese entonces yo ya era un manojo de nervios. Sentía la necesidad de salir cuanto antes de aquel lugar a pesar de saber que ya no llegaría a tiempo.

— Ahora si deberías ir a casa... —Dijo la mujer de corto cabello tomando mi mano para acariciarla suavemente entre las suyas. — Realmente agradecemos que hayas tenido el valor de venir hasta aquí y decirnos la verdad.

— También por habernos ayudado el día de hoy... No sé qué hubiera hecho si no la hubieras acompañado hasta el hospital mientras yo me encargaba del restaurante. —Agregó el señor Min con sinceridad junto a su esposa. A pesar de todo, las cosas habían salido mejor de lo que pensaba con respecto a sus padres.

— Espero verlos en otra oportunidad. —Dije cuando por fin me levante del asiento del acompañante para tomar mis cosas. Ya era el momento de irme. — Muchas gracias por escucharme. —Ambos me sonrieron, y supe que ese era el momento de decir adiós.

— ¡Oh, Abril! —Me llamó el señor Min cuando ya me había salido de la sala de urgencias. Estaba agitado ya que había corrido prácticamente detrás de mí. — Casi lo olvido, tu teléfono... —Entonces del bolsillo de su pantalón sacó mi teléfono... completamente destruido.

— Pero... ¿Qué? — ¿Qué demonios le había pasado? La pantalla estaba completamente destruida y ni siquiera encendía.

— Veras... Cuando Chang Sung dejó la olla de agua caliente sobre el mesón... —Comenzó diciendo refiriéndose al empleado de la cocina. — Tus cosas estaban a un lado y puso la olla sobre tu teléfono. Lo siento, lo encontré luego de que limpiamos... Le pediré a Yoon Gi que me ayude con esto.

— No, está bien... Es solo un teléfono. —Reconocí guardándolo en mi bolso. — Lo siento, pero realmente debo irme ahora...

— Ve, ten cuidado. Y Abril, todo estará bien...

Y sin más, me despedí de los señores Min para emprender mi viaje de regreso a Seúl.

Cuando llegue a la estación, conté con la suerte de que el próximo tren en salir sería hacia Seúl. El viaje fue más largo de lo que hubiera imaginado o tal vez era la misma desesperación que me estaba consumiendo en ese momento. ¿Qué tan molesto estaría si no llegaba a tiempo?

La presentación comenzó y yo aún me encontraba en el interior del tren. "Hablemos mañana..." Dios, había esperado tanto por escuchar esas palabras y ahora parecía que lo había arruinado nuevamente.

¿Aun querría escucharme?


Cuando el tren llegó a Seúl eran pasadas de las 8 de las noche. Para ese entonces los chicos ya estarían en casa, así que tomé el primer taxi que me llevara hasta donde ellos vivían, pero como era de esperarse, el tráfico nocturno de Seúl era un caos a esas horas.

Al llegar al edificio, prácticamente corrí escaleras arriba como si mi vida dependiera de ello hasta llegar a su piso ya que el ascensor estaba muy lejos como para esperarlo. Y ya que sabía la clave de acceso del apartamento, no me detuve en siquiera tocar antes de entrar.

Me encontré con los chicos a punto de comenzar a cenar en la sala frente al televisor. Estaban todos presentes, menos Yoon Gi.

— Abril... —Murmuró Jin dejando los palillos a un lado de la mesa. Los demás me miraron sorprendidos, y a mí me faltaba el aire por lo agitada que estaba. — ¿Estás bien? —Se venía preocupado. ¿Cómo lucía para ellos en ese momento?

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Hoseok confundido.

— ¿Dónde está? —Pregunté intentando recuperar la respiración.

— ¿No te viste con él? —Jimin también se levantó para acercarse. — Luego de la presentación, no quiso regresar a casa, dijo que te esperaría... —Y al escuchar eso sentí como si algo se apretara en mi mecho, dolía.

— ¿Qué pasó? —Jungkook miró el reloj que colgaba en la pared de la sala. —Es tardes, creímos que estarían juntos en este momento.

— ¿Puedes llamarlo? —Le pedí a Jin sintiendo como mis piernas comenzaban a temblar, estaba a punto de echarme a llorar de no ser porque Jimin no tardó en rodearme con sus brazos para que no terminara cayéndome al suelo.

Jin no tardó en sacar el teléfono de su bolsillo marcó su número, pero al ver su mirada, supe que no obtuvo respuesta.

— Se va a buzón... —informó frunciendo los labios.

— Debo irme ahora... —Débilmente de deshice de los brazos de Jimin para ir directamente hacia la puerta. — Debo ir a buscarlo.

— No sabemos si aún está en el estudio, tal vez está regresando... Deberías esperarlo aquí. — Sugirió Taehyung.

— No, debo ir...

— Abril... —Nam Joon insistió.

Pero yo ya había salido del apartamento. No podía quedarme ahí esperando que él apareciera cuando me había estado esperando todo ese tiempo en el estudio.

Logre conseguir un taxi en la avenida principal, y cuando este comenzó a conducir en dirección del estudio de grabación comencé a llorar. Me sentía mal, tenía un mal presentimiento de todo esto...

Y como creía, cuando llegué a la localidad, ya todo estaba cerrado y las luces apagadas.

Él no estaba ahí.

¿Dónde podría estar tan tarde?

Provee mi suerte yendo al edificio de la empresa, tal vez había regresado a trabajar como acostumbraba, pero cuando llegue, el lugar también estaba vacío. Uno que otro miembro del staff circulaba por los pasillos concentrados en sus labores, pero nada más...

Ni un rastro de Yoon Gi.

— ¿Abril? —Esa voz a mis espaldas hizo que me girara de golpe. Jae Min estaba de pie con una amplia sonrisa, una que desapareció al notar talvez los rastros de lágrimas en mi rostro. — ¿Pasó algo?

— ¿Has visto a Yoon Gi? —Intenté, pero solo terminé suspirando cuando él negó con la cabeza.

— Ninguno de los chicos regresó luego de las presentaciones. —Me explicó recorriendo mi rostro con su mirada. Ahora él también parecía preocupado. — ¿Puedo ayudarte?

— Estoy bien, solo quiero irme a casa... —Volví a suspirar y simplemente le di la espalda para marcharme, pero tuve que aferrarme a la pared cuando mis piernas comenzaron a ceder.

Segundos después Jae Min ya estaba sosteniéndome. Me sentí agotada, mental y físicamente, había estado angustiada y preocupada la última semana que me había descuidado a mí misma.

Después de aquella escena ya no pude negarme más a que Jae Min me llevara a casa.


El pelirrubio conducía a mi lado en silencio mientras yo mantenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada contra la puerta. Era inevitable sentir esa sensación de preocupación por parte del chico. Sentía su mirada de vez en cuento como si se estuviera debatiendo el momento adecuado para hablarme, estaba en una lucha interna él mismo antes de hablar.

— Pregúntame lo que quieres saber... —Susurré manteniendo los ojos cerrados y por el respingo que soltó, supe que lo había tomado por sorpresa.

— Lo siento, es solo que... —Suspiró haciendo una pausa. — Me enteré de que ya no estaba trabajando en la empresa... ¿Eso quiere decir que se supo la verdad? —Yo me limité a asentir con la cabeza. — ¿Cómo lo tomaron los chicos?

— No muy bien... —Comenté apenas abriendo los ojos para ver mi respiración reflejada en el vidrio. — Al principio fue un desastre pero poco a poco pude aclarar las cosas con ellos.

— ¿Con Yoon Gi también? —Quiso saber. Esta vez me dispuse a mirarlo. ¿Qué suposiciones tenías? ¿Lo sabía? — ¿Qué? —Preguntó él con una pequeña sonrisa— Sé que estaban saliendo o como mínimo, que se gustaban. La forma en cómo se miraban y Yoon Gi odiaba cuando estaba cerca. ¿Nunca le dijeron que eran bastante obvios?

— Muchas veces... —Reconocí, ya estaba cansada de tener que ocultar las cosas. — Realmente, todos nos dijeron lo obvios que éramos.

— Eso quiere decir que se quieren mucho... ¿No crees? Tanto como para no poder ocultarlo.

— Eso quiero creer...

Jae Min estacionó el auto frente a mi edificio y me acompañó hasta la entrada más que todo por temor a que terminara colapsando a mitad del camino.

— ¿Recuerdas la oferta que te hice la última vez? —Me pregunto cuando llegamos a la entrada. Yo lo miré confundida sin entender. — Sobre trabajar conmigo. Realmente eres muy talentosa, así que cuando quieras volver a ser una arquitecta, ven conmigo... Quiero darte la oportunidad.

Y en ese momento me fue imposible sonreír con lágrimas en los ojos, debía estar agradecida con todas las personas que había conocido en el camino y que habían intentado ayudarme. Lo abracé en forma de agradecimiento y luego nos despedimos.

Esta vez sí tomé el ascensor para subir hasta mi piso. Seguía preocupada al no poder contactar con Yoon Gi, ¿Dónde estaría en este momento? Necesitaba poder conectarme para escribirle a los chicos y obtener información. ¿Y si regresaba a casa de ellos? Tal vez Yoon Gi ya habría regresado...

¿Qué debería hacer?

Pero fue más grande mi sorpresa al entrar al apartamento y ver una silueta junto a la ventana y darme cuenta que se trataba de él. Sentí como si algo pesado que se apoyara en mis pechos cayera sobre mis pies. Rápidamente encendí la luz para asegurarme que no era mis deseos de verlo los que me traicionaban. Pero no, ahí estaba él...

Mirándome inexpresión...

— Aquí estas... Te había estado buscando. —Comencé diciendo dejando mis cosas a un lado en el sofá para llegar hasta su lado, pero por la mirada que me lanzó, supe que debía quedarme en mi puesto. — Yoon Gi... —Hice una pausa sin saber por dónde comenzar. — Lo siento, lamento no haber llegado a tiempo, yo...

— ¿Esto es alguna clase de juego para ti? —Dijo de pronto haciéndome callar. — ¿Lo siento? Es lo único que te he escuchado decir...

— Tengo muchas cosas que quiero explicarte... ¿Podrías escucharme?

— No. Creo que ya escuché todo lo que tienes que decir... ¿Qué más debería saber?

— Yoon Gi...

— Déjame hablar... —Me interrumpió en voz baja dejando escapar un suspiro. — He estado pensando por mucho tiempo que debería hacer con nosotros. Ayer realmente había tomado una decisión pero... —Hizo una pausa dando un paso hacia delante. — ¿Quieres saber que hice hoy?

Por un momento creí que mi capacidad de hablar había desaparecido.

— Te espere... —Y sus palabras sonaban como una súplica llena de desesperación. — Como un idiota. Dejé mi orgullo a un lado y te espere... Y cuando me di cuenta de que estaba haciendo el ridículo, comencé a odiarme por seguir esperándote. ¡Tú me mentiste! Y ahí estaba yo, ansiando el momento en que aparecieras... — Y pude notar como sus palabras se iban quebrando. Mientras que a mí me dolía mucho más verlo en ese estado. — Que tonto debía verme delante de todos mientras te esperaba, mientras me preocupaba porque no apareciste. Por un momento creí que algo te había pasado, yo... estaba enloqueciéndome hasta que te vi llegar. ¿Prometiste que vendrías sabiendo que también era una mentira?

— No, las cosas no son así...

— ¿Por qué no desapareciste cuando te lo pedí? Te dije que te fueras... ¿Por qué seguiste llenándome de esperanza? —Estaba destrozándome por completo. — Si ibas a mentir, al menos no hubieras dejado que te descubrieran. Hubiera preferido que continuáramos con esa mentira y vivir engañado contigo, que destrozar todo lo que creamos por dejar que te descubrieran.

— Lo siento... —Susurré al borde de las lágrimas y con un horrible nudo en la garganta.

— ¿Lo sientes? ¿Por qué? ¿Por mentirme? ¿Por fingir ser alguien que no eras? ¿Por hacer que me enamorara de ti? ¿Qué es lo que lamentas?

— No. —Hice un esfuerzo por contener mis lágrimas. — Sé que sonará muy descarado pero no siento haberte mentido. —Y en ese momento, mis palabras lo tomaron por sorpresa. — Si no lo hubiera hecho, jamás te habría conocido, jamás me habría enamorado de ti... Lo que realmente siento, es haberte lastimado. Nunca quise herirte, lo lamento tanto...

— Tú... —Entonces suspiró, en ese momento pude ver como sus lágrimas comenzaron a correr. Se veía tan angustiado como yo me sentía. — Mejor que nadie sabes cómo me siento, y lo mucho que me cuesta confiar en las personas... ¿Cómo creíste que esto terminaría bien? Todas las veces que me dijiste que me querías...

— Cada una de esas veces, fue real...

— Aun así... Si realmente supieras como me siento... ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí? —Entonces levantó la voz asustándome. Podía sentir su dolor en cada una de sus palabras. ¿Cómo podía cargar con esto ahora? — ¿Realmente fue real?

— Por favor, escúchame... Las cosas no son así. No me estás dando la oportunidad de explicarte las cosas, la razón por la que no llegue. —Hice un intento desesperado.

— ¿Para qué? Nada cambiaría... Te vi hace un momento. —Entonces lo miré sin entender. — Cuando estaba enloqueciendo aquí, esperándote, sin saber nada de ti... Te vi hace un momento llegando junto a Jae Min. ¿Qué crees que puedo pensar?

— No, no es nada de lo que estás pensando, no es así. —Me apresuré a negar mientras me acercaba a su lado. — Fui a buscarte a la empresa y él se ofreció a traerme de regreso a casa. Eso es todo, no te hagas ideas equivocadas.

— Sabes lo que él siente por ti...

— ¿Qué?

— No te hagas la tonta. No soy el único que se daba cuenta mientras los veía trabajar. Sabes lo que él siente por ti y lo que pienso al respecto. Lo mucho que me molesta... y aun así tú...

— No estas siendo justo.

— ¿Justo? —Preguntó soltando un respingo. — ¿Te parece que tú lo has sido conmigo?

— Entonces no tiene sentido que sigamos haciendo esto... —Susurré sintiéndome derrotada. — Lo único que estamos haciendo es lastimarnos más y más. Tú no crees en mí pero tampoco quieres escucharme. No confías en lo que siento por ti y crees que todo lo que vivimos también es una mentira.

— Tienes razón. No tenemos por qué soportarlo más, vamos a detenernos. —Y aquellas palabras fueron como un puñal directamente en el pecho. ¿Así terminarían las cosas entre nosotros? — Terminemos...

— ¿Es realmente lo que quieres? —En ese entonces, ya era un mar de lágrimas.

— Quiero que salgas de mi vida... —Eso fue un golpe bajo. — No pensaba involucrarme en lo que no debía pero ahora siento que es necesario para que realmente desaparezcas. No quiero verte de nuevo junto a los demás. Ni de Jin, ni Jungkook, ni Jimin... ninguno de ellos. Si te vas a ir, hazlo correctamente.

— Está bien, lo haré... —Era el momento adecuado de rendirte. — Saldré de tu vida si es lo que quieres...

En ese momento él no dijo nada más. Simplemente me miró un rato más antes de pasar por mi lado hasta llegar a la puerta.

¿Realmente iba a terminar así?

— ¿Si sabes que una vez que te vayas, no volverás a verme, verdad? —Dije de pronto entre el llanto. Al escucharme, se detuvo con la mano la cerradura. — ¿Sabes que no volveremos a estar juntos, verdad? ¿Lo sabes?

— Lo sé... —Susurró sin atreverse a mirarme.

— ¿Realmente es lo que quieres? Yo... —Hice una pausa sin saber que hacer o decir para arreglar cosas o simplemente rendirme con lo nuestro. — Quiero que te quedes...

— Abril... —Susurró apenas girándose un poco para mirarme. Estaba llorando de nuevo y me rompía aún más el corazón no poder consolarlo. — Yo también lo lamento...

Y sin más, se fue.

Realmente había sido nuestro final...




Seis meses después... 

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

72.8K 2.1K 25
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
90.2K 8.5K 28
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...
268K 24.2K 71
La vida de Kate no ha sido sencilla ya que, durante toda su vida ha sido ignorada y despreciada por su familia. Especialmente por su madre, quien cr...
198K 5.4K 32
﹝🐍﹞ ── Traducciones de historias sobre los Slytherin Boys