Minutos más tarde llegue a mi casa muy mosqueada. Harta de todo lo que giraba en torno a aquel estúpido, al que ahora hasta mi madre adoraba.
-Ya le he pedido perdón- dije al cerrar la puerta de entrada. Mi madre me miró levantando una ceja, al parecer no se lo creía.
-¿De verdad?
-Si.
-No te creo.
-¿Porque no?
-Porque eres demasiado orgullosa cariño, y ese chico parece que también lo és, no creo que vuestra conversación haya acabado bien.- Joder, mi madre estaba en todo.
Tomé asiento a su lado y me bebí el café que Brenda me había preparado, ahora ya no tenia tantas ganas de comer. Moví la cuchara y removí el líquido marrón a desgana. Levantaba la chucara de la taza, la observaba y volvía a batir el café espumoso.
-No parece que tenga usted demasiada hambre, señorita Daniella.- hablo Patrick sentándose frente a mí.
-La verdad es que se me ha ido toda la que tenia. - Me levanté de la mesa - Voy a mi cuarto.
No esperé una respuesta y me fuí zigzagueando por los pasillos. Estaba cansada y ahora mismo no tenía ganas de nada.
Una vez en mi habitación me eché sobre la cama y me tumbé boca arriba. Tuve unos minutos de paz y tranquilidad hasta que oí un ruido extraño proveniente de mi ventana cerrada. Me acerqué lentamente, temiendo que fuera algún animal. Abrí la ventana y al levantar la vista me encontré al idiota de Joey tirando piedras.
-¿Que narices estás haciendo?
-Ahora mismo- Miró la piedrecita que tenia en la mano- Tirar piedras al balcón de mi vecina.
-Ja-Ja, muy gracioso- Dije irónica- Deja de hacer estupideces capullo .- Cuando me disponía a cerrar la ventana, él grito un rápido ¡Espera! y me giré de nuevo hacia él.
-¿Que quieres ahora?
-Te has ido sin pedirme disculpas de buena manera- Hizo un puchero fingido.
- Si hay alguien aquí que debería disculparse ese eres tú.
-¿Yo?- Mostró una estúpida sonrisa torcida.
-Sí, sobretodo a tus padres por haber tenido que aguantar a semejante hijo.
-Si me hablara con mis padres se lo diría.- Mierda, la había cagado, aunque a él no parecía importarle en absoluto el no hablarse con sus padres.
-No era mi intención ofenderte.
-¿Eso que oigo es una disculpa?- Preguntó gracioso.
-Hay gente que sabe disculparse, no como otros.- Le miré de arriba a abajo con desprecio.
Él me miró con una sonrisa traviesa en el rostro. Me escaneó de arriba a abajo, y finalmente se fijó en mis ojos, mis azulados ojos, sentí el calor en mis mejillas, odiaba que la gente se detuviera a observarme de esa manera, sobre todo si era alguién como Joey. Tenía claro que no debía juntarme con él por mi própio bien, pero cada vez que intentaba alejarme él se acerba más, y eso lo hacía imposible.
-Mira princesita, para que veas que sé disculparme te propongo una cosa, coje tu chaqueta y sal, te invito a comer por ahí, ¿que me dices?- Sus ojos atraparon los mios.
-¿Porqué iba a querer hacer yo eso?
-Porque te encanto.
-¡Já! Más quisieras tú. Eres un creido, y no me gustan los creidos.
-A mi tampoco me gustaban las princesitas pijas, hasta que te conocí- Mis mejillas se volvieron a teñir de rojo intenso y moría de vergüenza, tenía que estar de broma. - ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me encanta cuando te sonrojas?
-Deja de decir esas cosas.
-Acepta mi invitación y dejaré de hacerlo.
-Yo no hago tratos con cualquiera.
-Y yo no invito a comer a cualquiera- De nuevo una risa por su parte. Suspiré un par de veces. No quería comer con él, ni siquiera quería verle, pero si no lo hacía probablemente me machacaría con la idea.
-¿Adónde pretendes ir?
-Eso es una sorpresa, si te lo dijera arruinaría la magia.
-Si acepto, ¿prometes dejarme en paz?
-No puedo prometer cosas que sé que no voy a cumplir.-Me guiño un ojo.
-¿Eso es un si, o un no?
-Eso es un no, obviamente.
-Pues entonces no iré a comer contigo- Cruzé los brazos bajo el pecho y miré seriamente el rostro divertido de Joey.
-Acabarás accediendo princesa, nadie resiste mis encantos.
-Dicen que siempre hay una primera vez para todo.nHoy te toca a ti.
-¿Haciendote la dificil? Me gusta.- Me miro traviesamente.
Rapidamente Joey se colocó en el marco de su ventana, y de un impulso, saltó hasta la mia, mientras yo daba un grito sorprendido y tapaba mi boca con las manos.
-¡Estás loco!- Le grité una vez estaba dentro de mi habitación. Mi corazón bombardeaba a mil por hora. El estaba allí plantado, en mi habitación, junto a mí.
-¿Vendras a comer conmigo o qué?- Que pesado estaba siendo...
-¿Siempre eres asi de insistente?
-Nunca he tenido que ser insistente, de normal todas acceden a la primera.
-No te soporto.
-¿Eso es un si?
-Eso es un: Vete por ahi y dejame en paz, creido.
-Tu lo has querido.
Sin pensarselo dos veces me cogió de la cintura y me cargó sobre su hombro. Empezé a gritar por toda la casa mientras él llegaba a la cocina. Yo no paraba de gritar para que me soltara, pero eso no parecía deternerle. Al salir de casa me econtré a mi madre recogiendo el periódico.
-¿Joey? - dijo ella extrañada al verme sobre su hombro- ¿Que haceis?
-Me la llevo a comer por ahí. ¡En dos horas estará en casa Lina!- Dijo mientras me montaba en su coche. Mi madre sonreía. ¿Pero a esta que le pasa?
-¡Esta bien! ¡Divertíos! Los adolescentes de hoy en dia...
***
No entendía la postura de mi madre. Se estaba comportando como si todo le diera igual, y esa no era la Lina que yo conocía.
Ya estaba en el coche de Joey, y no paraba de gritarle que me dejara irme.
-¡Eres un idiota!- Le repetí cientos de veces.-Esto se llama secuestro.
-Shhh tranquila fiera, es solo una comida. Ya me lo compensarás.
-¡DEJA QUE ME VAYA IMBÉCIL! - Las palabras salían solas, necesitaba desahogarme, necesitaba salir de este maldito coche que se dirigia Dios sabe donde.
-No digas palabrotas, te queda feo-Dijo calmado y con una sonrisita divertida en su rostro.
-¡Cuando baje de este apestoso coche, te juro por lo que más quieras que te doy un puñetazo!
-Eso habrá que verlo, princesa.
-¡Que no me llames princesa!
Puso el freno de mano.
-Hemos llegado.
Bufé.
-¿Qué narices es esto?
Estábamos en una casa de campo. ¡Una casa de campo! ¿¡Quien narices invitaba a una chica a comer y la llevaba al campo!? ¿Un asesino?
-Esto es una casa de campo-aclaró el.
-Ya se lo que es idiota, me refiero a ¡¿Que narices hacemos aqui?!- Grite histérica- ¡Odio el campo!- Joey estalló en una carcajada sonora que hizo que me pusiera mas nerviosa aun.
-Ni siquiera la has visto por dentro.
-No pienso bajarme del coche- Advertí.
-Claro que lo harás. Sabes que hay dos formas: La buena o...Bueno, ya has tenido el placer de probar la segunda opción.
-¡Eres tonto!- Grité. Me abalanzé sobre él para darle un puñetazo pero lo único que conseguí fue que me cogiera por la cintura y me montara sobre él, quedando a horcajadas. Mi corazón se aceleró y mi pulso iba a mil por hora. -¿Que estás haciendo?- Susurre.
-¿Ibas a pegarme?- Preguntó con una sonrisa. Asentí con la cabeza- ¿No te parece mejor este plan?- Dijo observando mi cuerpo sobre el suyo.
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Holaaaa!!
CAPITULAZO!
¿Que pasará en el próximo?
Estoy entusiasmada, ¿a quién no le gustaría tener un chico como Joey Robin? Porque a mi me volvería loca.
Ennnn fiiin, espero que la novela sea de vuestro agrado. Ya sabeis.
VOTAR Y COMENTAR QUE TAL OS PARECE...
¡BESOOOOOSSSS MUAKS!