Capítulo 58: Huésped.

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–¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor? –mientras lo llenaba de preguntas lo tomó de las mejillas y con sus dedos hacia a un lado sus cabellos oscuros para despejar su bonito rostro –¿Aún duele mucho?

–Estoy bien mamá, no te preocupes, casi no duele –le respondió esbozando una sonrisa y volvió a abrazarla –Te extrañé mucho.

–Y yo a ti –luego sus ojos grises se posaron en mí y me tendió la mano –Miku, que gustó que hayas venido, te ves preciosa.

La Amy sonriente y cálida no era nada parecida a la que vi aquella vez cuando Elizabeth atacó, es sorprendente su cambio, pero me agrada pues muestra su lado humano y todos parecen estar muy contentos con ello. Creo que la mayoría extrañaba a esta Amy y seguro tienen muy buenos recuerdos de cuando eran jóvenes.

–Muchas gracias Amy, tú también te ves bien –observé rápidamente a mi alrededor y me encontré con un grupo de personas que parecían ser los más cercanos a la familia, pero no vi a alguien en particular –¿Elián está aquí?

Amy se volvió hacia su casa y la señaló.

–Cyrus está adentro con él, le está devolviendo sus habilidades vampíricas.

Me reí al imaginarlo, supongo que Elián no estará muy contento de ver a aquel sujeto.

–¡Miku! –me giré a ver cuando oí a Diana llamarme y ella me abrazó como si fuésemos amigas de hace años.

A diferencia de otras personas me hubiese molestado que una apenas conocida me abrazara, pero con Diana era diferente, ella transmite una sensación de paz y alegría tan contagiosa que daba gusto estar cerca de ella.

–Chica ángel –la saludé.

Tenía su cabello rubio y largo sujeto por una coleta alta con un moño de seda rosado y traía puesto un vestido del mismo color; se veía adorable.

"¿Y quién diría que con un chasquido podría destruir a todos aquí? Bueno, casi todos"

Diana me tomó de la mano y me apartó de Aiden tanto como de Amy para hablar en privado.

–Me alegra que hayas venido, Cyrus y yo estuvimos buscamos un buen lugar para que entrenen y creo que hayamos varios perfectos.

–¿Entrenar?

Casi lo había olvidado, Cyrus acordó entrenarme para poder dominar el campo de fuerza sin morir en el intento.

–¿Y dónde es? ¿Cuando empezaremos?

–Hay unas montañas lejos de aquí y decidimos que entrenarán juntos ahí, obviamente yo estaré para supervisar y ayudarte en lo que sea.

De pronto me sentía un poco nerviosa, la idea de entrenar y volver a hacer presente aquel campo de fuerza me traía dolorosos recuerdos de cuando Elizabeth me arrojo cientos de estacas.

–Bien, cuando ustedes crean necesario podemos empezar.

De pronto todos llevamos nuestra atención a Elián que acababa de hacer su aparición por la puerta trasera seguido de Cyrus.
Al parecer al fin recuperó sus habilidades y me puse feliz por él. Apenas se dió cuenta de nuestra llegada vino de inmediato a saludarnos, primero a Aiden dándole un fuerte abrazo y luego vino a mí.

Sé que Elián ha vuelto hace unos pocos días pero en todo este tiempo no lo vi pues a estado quedándose en otro lugar todo este tiempo, aunque no sé dónde.

–Loquita –exclamó tomándome de la muñeca para acercarme a él y darme un cálido abrazo –Te extrañé.

Le di un golpe en el pecho a palma abierta.

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora