Mujer o Diosa ¿Cuál es?

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Abrí los ojos y se los cerré de inmediato.

-¡Dioses!- Gemí en voz alta. Rara vez mi cuerpo se sentía tan completamente carente de vitalidad física como lo hizo en este momento. Yo estaba sola en la cama grande con el sol que se filtra por las ventanas al aire libre. Por la cantidad de luz en la habitación, lo juzgue como media mañana. Dioses, me estaba claramente haciendo vieja.

Levanté la cabeza, buscando en la sala a Camila. Me salí de la cama, pero tenía que llegar y constante mis rodillas temblorosas mientras estaba de pie.

Mis piernas se sentían como un líquido muy caliente y no los huesos fuertes destinados a mantener mi cuerpo en posición vertical. Me tropecé con la jarra de agua sobre la mesa y bebí derecho de la jarra. El agua derramada a lo largo de los lados de mi boca, riachuelos delgados corriendo por la parte delantera de mi cuerpo. Me sentí como si me hubieran golpeado en el campo de batalla y no que hubiera hecho el amor toda la noche.

Me encontré en la sala de baño, la intención de mojarme la cabeza en agua . Detuve mi progreso, apoyándome en el Tenorio de la puerta de madera como soporte. La vista ante mí era sin duda suficiente para provocar la más débil de los amantes caer de rodillas.

Camila estaba recostada en la bañera, con la cabeza recostada contra el borde de cobre. Sus ojos estaban cerrados y yo sonreí, sabiendo que a menudo se dormía en el agua tibia. Su cabello castaño se amontonaban sobre su cabeza, y ella parecía tan agradablemente relajada que yo odiaba a molestarla.

Después de todo, ayer por la noche se ganó cada pedacito de sueño que estaba poniendo al día ahora.

-No estoy durmiendo-, su voz me habló, aunque sus ojos permanecían cerrados. Cuando los abrió y se centró sobre mí, me tocó en la preocupación visible allí.

-Te ves como si estuviera tan débil como un potro de un día -, comentó.

-Bueno, este potro recién nacido se siente como un viejo caballo de batalla esta mañana. Un caballo de batalla muy vieja-, añadí.

Ella sonrió y se rió en voz baja, sosteniendo su mano hacia mí. -Ven aquí y deja que el agua caliente te relaje.-

No lo tenía que pedir dos veces. Me hundí en la bañera detrás de Camila y de inmediato coloco su espalda contra mí, sólo para sentir la suavidad de su piel. Se relajó y se instaló en mi pecho con facilidad. Hubo una larga pausa mientras se solucionaron mis pensamientos. Una pregunta que quedó en mi mente después de tanto placer de una noche increíble.

Hasta este punto en mi vida, pensé que había experimentado todo lo sexual, al menos las tendencias que estuve interesada en probar. La experiencia de Camila, sin embargo, me hizo sentir como una niña en el bosque. Estoy segura de que era simplemente mi naturaleza más fuerte, celosa, pero yo quería saber de dónde o de quién, Camila adquirió sus considerables habilidades.

No habíamos hablado de ello antes. En realidad nunca habló mucho de la vida de Camila que pasó como una esclava. Yo siempre había pensado que ella preferiría no recordar el momento en que ella no tuvo opciones en su vida. Ahora, sin embargo, me preguntaba si su silencio persistió porque tenía miedo de cómo me afectaría.

Metí la mano y la bese en la oreja, apretando mi abrazo alrededor de su cintura. Su mano se posó en la mía ella acarició la piel de los brazos cruzados con los dedos.

-Ayer por la noche fue...-, me detuve al darme cuenta de que no tengo palabras para expresarlo con eficacia. -Bueno, yo no sabía lo que era, pero era condenadamente maravillosa-, le dije con una sonrisa.

-¿Te gustó entonces?- -preguntó ella. Su voz tenía el más mínimo temor.

-Creo que la palabra disfrutar es completamente inadecuado para expresar lo magnífico que era lo admito. No estaba segura de que podía hacerlo, pero fue gracias a ti, pequeña ¿Tú sabes que el control nunca lo he dado a nadie más de mí de esa manera, nunca se le di a nadie esa clase de fe.

La Conquistadora (Camren)Where stories live. Discover now