La Conquistadora (Camren)

Ser León tanto en palabra como en obra

Camila estaba nerviosa y era evidente en la sonrisa ansiosa que me ofreció desde el otro lado de la mesa. Hacía años ya que la larga mesa de banquete de madera y la sala con adornos festivos había sido usada. Stella se superó en la preparación de la fiesta lujosa. Me impresionó más que ella había dispuesto además de los corderos asados y pavos reales. También hubo una gran selección de platos de cereales y hortalizas, obviamente preparada sabiendo que Solan, por ser un embajador de la Nación Centauro, era vegetariano. Yo no sabía a ciencia cierta si era o no, pero después de haber sido criado por ellos, supuse que así era. Yo era capaz de traer a Stella para que se una a nosotras en la cena.

Me recosté en mi silla, tomé otro sorbo de vino y otorgué una sonrisa a mi amante. Vi como parte de la tensión dejó su rostro. Camila estaba haciendo mucho esfuerzo para ser algo que no estaba acostumbrada a ser, pero no más que yo en esta noche. Más bien irónico, pienso para mí, Lauren la Conquistadora de intentar ser encantadora.

Miro hacia arriba otra vez para encontrar los ojos de color marrón, con una chispa de diversión. Dioses, ¿cómo sabe lo que estoy pensando? Está bien, admito a mí misma bajo la observación de reproche de Camila, tal vez no un encanto. Digamos civilizada, pero incluso eso es un gran paso para mí.

Éramos un grupo bastante selecto, sentados alrededor de la mesa larga que era fácilmente sesenta manos de largo. Quería a Camila más cerca de mí, pero Stella, quien dispuso los asientos, así como el menú, dijo que haría que mi futura reina pareciera débil. Vi la verdad en las palabras de Stella, pero eso no significaba que tenía que disfrutarlo también. Stella siempre ha estado ahí, sin embargo, para mí, así como Camila. La mujer mayor me dejó en claro, que nos guste o no, Camila necesitaba convencer a la gente que ella ya no era una esclava. No importaba que la joven había nacido una ciudadana libre y fue secuestrada y esclavizada ilegalmente la mitad de su vida. La única cosa que la gente vería en un primer momento sería una niña que una vez fue esclava corporal de la Conquistadora. Stella sonrió cuando ella me dijo que sería hasta que Camila demostrara que están equivocados.

Creo que ella sonrió porque de alguna manera, yo creo que ella y yo sabíamos que Camila podía con ello.

Por lo tanto, yo confiaba en la palabra de Stella que iba a organizar los asientos, en la recepción en honor a Solan, para mostrar a Camila en su mejor luz. Me preocupaba más por la joven de lo que supongo era necesario, sobre todo por las formas de Camila, una inteligencia considerable y el ingenio hizo que aquellos a su alrededor se convertirse rápidamente en enamorados de ella. Ella estaba en silencio, como era su costumbre, pero cuando hablaba era siempre después de haber tomado el tiempo para pensar en sus palabras. Ella sonrió mucho y estaba tomando mi consejo con respecto a las personas que buscan sus ojos. Me ayudó mucho que Stella rodeara a Camila con los que ya se consideran amigos.

Además de Stella, el capitán de mi guardia, Ganicus y su esposa, Anya.

Mis asesores, algunos con sus mujeres, pero sobre todo un montón de solteros confirmados. El resto de los invitados eran personas políticas, ya sea del pueblo o amigos de la Corte.

Antillius, el más joven de mis asesores parecía bastante interesado en Camila. Después de algún tiempo de verlo, me sentí incómoda en mi silla. Un sentimiento paso a través de mí, con bastante rapidez, pero merodeaba el tiempo suficiente para que yo lo reconozca como celos.

En el pasado, tenía una reputación de ser celosa de mis pertenencias, que incluían mujeres. Los celos a menudo recurrían a la rabia, que por lo general conduce a la violencia. Yo estaba orgullosa de Antillius, ya que su padre era un asesor de confianza antes de que su hijo llegara a mi corte, pero al ver la forma en que atendía a Camila cada palabra como un cachorro de perro causó un endurecimiento en mi vientre. Me acordé de algunos de mis arrebatos más violentos y los hombres que habían muerto o quedado mutilados por mi mano, todo por culpa de mis sospechas, donde mis amantes se traten. El aire a mí alrededor se hizo pesado y sentí a la bestia dentro de mí buscando un camino hacia la libertad. Tragué saliva y cerré los ojos por un momento, deseando que el pasado desapareciera delante de mi mente, tratando de empujar el monstruo que era mi temperamento hacia abajo.