Capítulo XI

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"Érase una vez una oruga que estaba muy débil, hasta que apareció una mariposa a recordarle lo fuerte que era"

Rini

No había nadie en casa nuevamente y en estos momentos solo deseaba el abrazo de alguien. Maldecía con todo mi ser que Dimitri estuviese tan lejos e indispuesto, siempre nos habíamos tenido el uno al otro con nuestros padres trabajando en horarios tan extensos.

Apenas me cambie las ropas mojadas me acerqué a mi tocador para guardar mis accesorios empapados, pero al levantar la mirada el espejo me devolvió una imagen deplorable: Ojos hinchados, cabello sin brillo y piel resquebrajada. Arranqué una foto tomada en un halloween donde Caridad y yo nos disfrazamos de "Netflix and Chill".

El llanto brotó de mí como si mi cuerpo supiera que hacer en las ocasiones en las que mi espíritu no estaba ganando la batalla. Necesitaba hablar con alguien, no podía seguir guardando esto dentro de mi.

Tomé mi teléfono y primero pensé en Pinku. Recordé que se me había contado que perdió su teléfono. Entonces marqué un número sin saber si lo que hacía era correcto. El teléfono timbró durante unos segundos, y cuando iba a rendirme, contestaron. Hablé apresuradamente.

—Capi, sé que casi nunca te llamó pero debo — Me detuve por la falta de aire —, necesito hablar con alguien que me comprenda, ¿puedes? 

Hubo un largo silencio, hasta que logré oír un ligero sonido de afirmación para poder continuar.

— Gracias... verás, no me ha ido muy bien en la escuela, todo empezó cuando...

Y le conté todo. Sobre Caridad, Daisy, Tim, la trampa y el posterior bullying. También sobre el tipo más popular rescatándome y la razón de que toda la escuela me odiara.

Él oyó atento y en silencio, algunas veces emitía un sonido entre partes para que supiera que seguía ahí.

—Y hoy tuve que pedirle a ese tipo que se alejara de mí. Ha sido una semana de porquería y apenas es miércoles. No sé qué hacer, no tengo fuerzas, no quiero volver a la escuela nunca mas Capi, estoy agotada. No tenía con quien hablar de esto, siento mucho apabullar-

—¿Desde cuándo eres una niñita llorona y patética?

"¿Qué?"

Una voz masculina y profunda contestó. Me quedé paralizada, revisé de inmediato si había marcado el número correcto y en efecto lo había hecho. La voz prosiguió en un tono más exaltado:

—¿Acaso estás llorando porque un par de imbéciles hijitos de papá te hicieron un poco de bullying? —siseó y explotó —¡TÚ NO LLORAS POR IDIOTECES! ¡DEBERÍAS LLORAR PORQUE LA VEZ PASADA QUEMÉ TODO TU INVENTARIO, NO POR ESTO! ¡TÚ ERES MI JODIDA ENEMIGA, NO UNA NIÑA MELINDROSA!

"¿Su jodida enemiga?"

—¡¿69?!— grité sorprendida.

De todas las personas posibles que podían haber tomado ese teléfono tenía que haber sido él.

—¡Más de un año! ¡Mas de un puto año tratando de vencerte! Y te dejas derrotar por un...— Exhaló fuerte, como si dejara ir un poco de la furia que tenía dentro—. Por un bausán que te rechazó.

—¡Ni siquiera sé qué significa eso! ¡No te atrevas a hablar de mis sentimientos como si los conocieras!

—Ni ti itrivis i hiblir di mis sintimiintos.¡El único que perdió a alguien que lo amaba fue él, no tú!.

CrisálidaWhere stories live. Discover now