Crisálida

Epílogo

"Érase una vez una oruga dentro de una crisálida: Pequeña, indefensa y con el corazón roto.

Una oruga que intentó volverse mariposa, pero aterrorizada decidió nunca salir.

Porque volar era una idea inimaginable. 

Porque volar era sólo para los valientes y ella ya no tenía fuerzas para luchar"

Déjame contarte una historia acerca de una chica.

Cuentan que le rompió el corazón a su mayor enemigo y dejó que un príncipe le rompiera el suyo.

También que tuvo un hermano al que amaba con todas sus fuerzas, pero este decidió no serlo más.

Que había tenido amigos, no obstante partieron a otros cielos.

Y que tuvo un padre extraordinario, al que no pudo volver a ver más.

Dicen que luego de esto, la chica tomó sus sueños y los enterró junto a su destrozado corazón. 

De esa manera nadie más podría hacerle daño.

🐛🐛🐛

Rini

Mamá no me gritó por haberme escapado.

A decir verdad, mamá no me había llamado la atención por nada. Hablaba lo menos que podía y daba indicaciones pequeñas.

No pude llevarme muchas cosas de mi cuarto, la tía dijo que en algún momento recogeríamos lo que faltaba.

Yo sabía que no era cierto.

Mamá no volvería jamás. Cada esquina de esa casa, cada habitación, cada pared traía con ella una montaña de recuerdos.

Demasiado dolorosos para resistirlos.

Guarde lo más importante en dos maletas. Mi ropa preferida, papeles de estudiante, fotos de papá y unos cuantos libros de estudio; entre ellos el libro de recetas de Daisy y la chaqueta que me confeccionó Emilia.

Decidí dejar el colgante del muffin, pues no me traía buenos recuerdos.

Ya en el auto, descansando sobre mis piernas yacía "la caja del power up" aún cerrada. No sabía si algún día tendría el valor de abrirla, pues las condiciones se me habían vuelto inalcanzables. Pese a eso, la consideraba demasiado valiosa como para dejarla.

Mientras bajaba la ventanilla para refrescarme un poco, recordé el camino de vuelta luego del secuestro y me prometí tres cosas:

Primero: No tendré más sueños ambiciosos.

Segundo: No volveré a la ciudad de Keycoast.

Y tercero: Nunca más pondré mi corazón en riesgo.

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