Capítulo IX

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"Érase una vez una oruga que se estrelló contra la realidad y el dolor fue inclemente"

Rini

Albert y yo avanzamos lentamente y en silencio por la rivera del río, él se sostenía con un brazo alrededor mío, al parecer su tobillo había salido lastimado en la caída. En cambio yo sentía un dolor tolerable en todo el cuerpo, sin embargo mi pecho dolía espantosamente, aunque este no era un dolor físico.

Sentía que alguien me había roto en mil pedazos.

—¿Estás segura de que no soy muy pesado?


¿Cómo este muchacho podía ser tan dulce?, su tobillo estaba herido, su rostro estaba lleno de rasguños, estábamos perdidos en el bosque por mi culpa y aun así estaba preocupado de que estuviera cómoda.

Sin embargo, el único pensamiento que cruzaba mi mente era que nunca más volvería a oír la voz de Tim dirigirse hacia mi.  Al recordarlo, las lágrimas empezaron a bajar traicioneramente por mi rostro.

¡Dios, me odiaba tanto cuando no podía contener mis emociones!

—Candice lo siento mucho —Albert alegó visiblemente acongojado por mi —.Si te está doliendo, no debes esconderlo.

Retiró su brazo y trató de apoyarse en un árbol, pero coloqué de inmediato su brazo alrededor de mi hombro. Me sequé las lágrimas con mi manos, mientras negaba con mi cabeza. Se sentía horrible, mis manos estaban llenas de tierra y al mezclarse con mis lágrimas solo quedaba una sustancia pegajosa en mi rostro.

—No me incomodas en lo absoluto, al contrario soy yo quien debería disculparme contigo— respondí con un hilo de voz.

—Para nada Candi-

—Rini, puedes llamarme así, es mi verdadero nombre. —Lo corté de inmediato, Albert no merecía mentiras de mi parte, no podía seguir haciéndole eso.

—¿Rini es tu nombre?— cuestionó.

Su rostro indicaba una clara incredulidad, levantó una ceja dramáticamente como si no creyera que decía la verdad, estaba segura que también lo hacía para evitar que siguiera llorando. Se veía muy gracioso, logré calmarme un poco.

—Ekaterina es mi nombre, pero mi papá me apodo Rini, es una historia extraña.

—Tenemos un largo camino por delante, si logras entretenerme lo suficiente estoy seguro que mi tobillo dolerá un poco menos. —Me guiñó un ojo y solo atiné a darle una sonrisa.

Comenzamos nuevamente a avanzar.

—Mi mamá amaba leer novelas románticas extranjeras y luego de una ardua lucha de nueve meses y dos semanas, se decantó por ponerme Ekaterina. 

—Un aplauso por aquellas escritoras que hicieron que nuestras madres nos pongan nombres extraños —festejó Albert de manera sarcástica, luego agregó apresuradamente — Digo por ti, mi nombre es bastante normal.

—Ok...—Decidí no prestarle mayor atención a ese comentario y continué —, mi padre quería llamarme de una manera más corta pero cuando Kat salió de su boca, mi madre casi lo echa de la casa a escobazos.

Albert se empezó a reír con esto último y me sentí feliz de hacerlo olvidar la situación. 

—Entonces... aún no llegamos a la parte de Rini—cuestionó Albert luego de unos minutos en silencio.

—Oh, lo siento se me olvidó, a ver...Papá le preguntó a mamá que apodo colocarme debido a que Ekaterina era muy extenso y mi mamá se oponía violentamente a Kat. Ella decía que había muchas Kat en el mundo y que no pasó nueve meses pensando en el nombre para que me digan "Kat".

CrisálidaWhere stories live. Discover now