Capítulo XXIV - Parte 2

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—¿Sigues molesta?

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—¿Sigues molesta?

Molesta era poco.

Detestaba cuando 69 me hablaba en ese asqueroso tono burlón y de superioridad. Giré mi rostro hacia un costado evitándolo, eso sería más sencillo si no estuviésemos en su carro y yo en el asiento de copiloto.

—No tenías por que hacerlo.

Nos encontrábamos afuera de la institución privada para señoritas Saint Hilda, Charles se había bajado a esperar al "amor de su vida", dejándonos solos y a mi llena de furia.

Había sido una payasa al pensar, que ahora que Ronan me quitaría el drama estudiantil, podría ser la mejor de la escuela.

Error.

—Le quitas lo entretenido a la vida —dijo desvergonzado. —La humillación es una parte esencial de la diversión.

El simple hecho de que 69 esté en el mismo salón que yo, indicaba que la situación había pasado de modo de dificultad "normal" a "difícil". El asqueroso indeseable era jodidamente habilidoso. Si bien había logrado superar los puntajes de la clase A en mi peor estado emocional, no pude ascender de salón, a comparación de Lucas. 

Aun así, 69 había tenido el descaro de corregirme en una operación matemática frente a toda la clase. Y no, no fue el resultado, sino el método de resolución. Tuvo la necesidad de hacer notar, según sus palabras : "un gasto de tiempo innecesario". Lo peor de todo es que no pude enojarme con él porque soy su jodida novia.

Iba.a.golpearlo.

—¡No puede ser! ¡Dime que es convertible!

Emilia había pegado todo su rostro en mi ventana y casi me hago pis del susto. Charles le abrió la puerta de los asientos traseros y ambos ingresaron.

—Está tan calentito aquí dentro.

—Justo iba a quitar el techo... —dijo Ronan.

—¡Hazlo! Siempre ha sido mi sueño ir en un auto descapotable.

Charles la abrazó y le estampó un sonoro beso en la mejilla. Emilia se acurrucó en su pecho y luego le dió un pequeño pico en los labios.

69 y yo quedamos.

Creo que Charles también.

—Emi... —pregunté en tono nervioso.

Emilia me dio una alegre sonrisa y luego se dio cuenta de lo que había hecho.

—Bu, bueno ... cosas que pasan —titubeó sonrosada.—¿Charles quieres ser mi novio?

Charles era un tomate con pelo rubio. Ronan hizo una trompetilla de burla ante el comportamiento torpe de su amigo, yo solo atiné a mirarlos con carita emocionada.

"¡Son tan tiernos!"

—Yo, yo... sería un honor ser tu novio, Emilia.

Gritamos y aplaudimos entusiasmados. Luego de eso Emilia atrapó el rostro de Charles para darle un beso más duradero que el anterior. Ambos nos volteamos para darles privacidad y Ronan le quitó el techo a su auto.

CrisálidaWhere stories live. Discover now