El Cazador de las nieves (Ruwigetta)

》Capítulo 28《

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Posturas
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—Habla—
Recuerdos

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Narrador Pov:

Era un nuevo día y Fargan se encontraba en la entrada de su hogar a punto de ir a una misión. El cazador de pelo castaño ya estuviera comenzando su aventura, de no haber sido por una voz que lo fue llamando.

—¿Te vas, Fargan?.

—Alexby— Fargan vió a su enmascarado amigo, de baja estatura, detrás de él— Sí, tenemos información de un demonio. Derrotó a los espadachines que enviamos. No podemos ignorarlo mientras acaba con más civiles.

—¿Será uno con conexión directa?.

—Es probable.

—Parece una misión complicada, pero si vas tú, no tengo de qué preocuparme— dijo el menor mientras levantaba un poco su máscara dejando ver una blanquecina sonrisa, que cautivo al mayor.

—Alesby, ¿qué crees que harán con Rubius y sus amigos?— preguntó Fargan viendo como Alexby volvía a acomodarse la máscara.

—Bueno, ellos podrían ser buenos héroes, a decir verdad. Tienen energía y habilidad.

—Tienes razón. Bueno, será mejor que me vaya ya. Nos veremos luego Alexby— Fargan se acercó a abrazar al cazador, quien aceptó dicha acción con gusto.

—Nos vemos Fargan, cuídate— dijo Alexby, despidiéndose del mayor.

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Mientras tanto en la habitación de Mangel, este se encontraba muriendo psicológicamente al ver cuanta más de su medicina debía tomar

—No puedo beber más— dijo Mangel derramando unas lágrimas mientras estaba con un vaso de agua con medicina en sus manos.

—Vamos Mangel, no es tan malo. Mira, tus manos y pies estan volviendo a la normalidad— Alexa trató de animarlo. Afortunadamente, estas palabras hicieron que el cazador tomara su medicina— Cielos— dijo soltando una pequeña risa para luego acercarse a Rubius, quien había venido para apoyar moralmente a su amigo— Toma Rubius, esta es tu medicina.

—Gracias Alexa.

—No e justo, la medicina de Rubiuh es má' fácil de beber— dijo Mangel al ver como su amigo se bebía su medicina sin ninguna queja— Que suerte.

—Aunque no lo creas, la mía sabe muy mal. Pero ya me acostumbre a beber cosas raras cuando estaba con mi familia.

—Te veo bien— dijo un chico entrando a la habitación. Rubius y Mangel guiaron su vista hacia el causante de la voz, y sorprendentemente se enontraron con el cazador que ayudaron en el bosque la última misión— Hola— saludó felizmente.

Después de unos segundos, Alexa invitó al chico a sentarse en una silla, junto a la cama de Mangel, para que pueda hablar con este y Rubius.

—Oí que tenían heridas muy graves.

—Tardaremos un tiempo en recuperarnos— Rubius dijo.

—Por cierto, veo que te sientes mejor- dijo el cazador mientras veía a Mangel.