》Capítulo 4《

1.1K 130 44
                                    

"Pensamiento"
Posturas
—Habla—
Narra

♣︎【【【【♣︎】】】】♣︎

Rubius Pov:

La semana había pasado rápido y, desgraciadamente, no tenía ninguna información para poder curar a Luzu. Estaba saliendo del bosque cuando siento que alguien me abraza por la espalda, era Mangel.

—Hola Mangel— dije dándome la vuelta y correspondiendo el abrazo.

—Rubiuh, me alegra tanto que hayas podido sobrevivir— dijo apretando más el abrazo.

—A mi también Mangel, pero esa felicidad... acabará enseguida... si no me sueltas— dije con un poco de dificultad al sentir como el aire no llegaba bien a mis pulmones.

—A si, lo siento— dijo separándose con una sonrisa.

—No pasa nada— contesté riendo encontrándole la gracia a la situación.

Aparte mi mirada de Mangel y pude ver que solo habían 5 personas, junto con nosotros dos. Dos chicos y una chica. Ojalá que los demás cazadores hayan encontrado un buen camino hacia sus siguientes vidas*.

Después de unos minutos, llegaron las mismas niñas que nos recibieron a principios de la selección y, descubriendo la mesa que llevaba una manta sobre esta, nos dijeron que escojamos una piedra para poder hacer nuestra nueva katana. Uno por uno nos fuimos acercando y viendo las piedras.

Cuando llegó mi turno, vi detalladamente cada piedra, pero ninguna de allí me convencía. Hasta que encontré una que me llamó bastante la atención. Era un poco cristalina, pero a pesar de esa característica, la escojí.

Luego de eso, me alejé de la mesa para que así la siguiente persona pasara. Un chico un poco más alto que yo caminó justo a un lado mío, en su cara se plasmaba una expresión seria y de enojo.

—¡Esto es absurdo!— escuché gritar de repente al chico— ¿¡Por qué debo de esperar tanto mi espada!?— exclamó agarrando de lo pelos a una de las dos niñas.

—Van a llevar las piedras a uno de los mejores herreros de katanas que conocemos, el cual, desafortunadamente, no vive en esta zona— dijo con tranquilidad la niña que estaba siendo maltratada por el chico. Eso no podía seguir así. Reaccioné lo más rápido que pude y, aplicando un poco de presión, tomé la muñeca del cazador haciendo que deje su acción de lastimar a la niña.

—¿Sabes qué es de mala educación lastimar a una chica?— le comenté con rabia viendo como aguantaba el dolor en su muñeca, ni siquiera estaba aplicando fuerza.

Al no recibir una respuesta, lo solté, y al momento salió despavorido del lugar. No le dí importancia y, dirigiéndome hacia la niña, la peiné un poco pidiéndole disculpas en el acto. Ella, por otra parte, me lo agradeció y volvió a comentar que, como ya habíamos elegido la piedra, solo faltaban nuestros cuervos; seguido de esas palabras, la otra niña aplaudió dos veces con sus palmas y a los pocos segundos unos cuervos se posaron en nuestros hombros. Las niñas nos dijeron que de ahora en más ellos nos anunciarán nuestras próximas misiones.

Luego de recibir a mi nuevo mensajero fiel, las presentadoras nos anunciaron que la Selección Final ya había acabado. Por una parte me alivié de sobremanera, no veía la hora de llegar con Merlon y contarle todo. Por otra, estaba decepcionado por no haber pasado más tiempo junto con Mangel.

El Cazador de las nieves (Ruwigetta)Where stories live. Discover now