El Cazador de las nieves (Ruwigetta)

》Capítulo 20《

"Pensamientos"
Posturas
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—Habla—
Recuerdos

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Narrador Pov:

Vegetta se encontraba con la respiración acelerada detrás de un árbol viendo como un imponente demonio se acercaba hacia él, a paso lento, poniéndolo aún más nervioso. Minutos antes de decidir terminar en ese escondite, en la pelea, había salido lastimado de manera grave en su pierna derecha haciendo que no tenga de otra que esconderse. Pero cuando se adentró en el bosque, dejó un camino de sangre que el demonio siguió hasta estar en la situación de ahora.

—"Oh no"— pensó Vegetta al ver al demonio acercarse a su escondite a paso lento— "Tengo que pensar en cómo matar a un tipo que resiste a la espada. ¿Cómo puedo matarlo?"— pero era imposible, no podía pensar en nada por la preocupación que cargaba al no saber como se encontraba su oso y sus amigos, sumado con el dolor en su extremidad derecha. Si no hubiera girado su cabeza, y esquivado el ataque del demonio, ya estaría en el suelo siento torturado por este. Comenzó a huir hasta esconderse nuevamente detrás de otro árbol. Al sentirse seguro, dio un suspiro de alivio. Pero apenas darlo, su cuerpo se petrificó al escuchar una voz muy conocida, ¿qué nadie podía dar un suspiro de alivio en paz?.

—Vegetta, ¿dónde estás?— en un rápido movimiento, cogió a Willy de su brazo y lo llevó a un escondite no tan lejos,.ni cerca, del demonio— ¡Pero que pasa Vege...!— Willy no pudo terminar su oración ya que Vegetta tapó su boca con una de sus manos.

—Escucha Willy. Hay un demonio que mandó a volar a Rubius a no sé dónde y lo peor de todo es que si se encuentra bien o herido solo los Dioses lo saben— eso preocupó a Willy— Me dijo que contenga al demonio hasta que pueda llegar— dicha criatura no tuvo que esperar a que Vegetta y Willy salieran de su escondite cuando destruyó el árbol en donde estaban, encontrándolos.

—"Coño"— Willy se apartó del árbol destruído— ¿Qué hacemos Vegetta?.

—Vamos... ¡a huír!— el nombrado empezó a correr dejando a Willy atrás.

—¡Oye, espérame cabrón!— Willy corrió con lágrimas en los ojos al ver como su cabeza casi era arrancada por el ataque del demonio.

—"¿Que hacemos? Si no hacemos algo no podremos volver con Rubius, y no podre escuchar sus sonidos cuando estemos haciendo el..."— Vegetta solo paró en seco— ¡¿Pero que carajos estoy pensando?!.

—No me importa lo que estés pensando, ¡solo corre!.

—¡Mueran!.

—¡Ya estoy harto! ¡Muere tú!- gritó saltando del suelo con la intensión de cortar la cabeza del demonio; pero este fue más rápido y detuvo el ataque con uno de sus brazos— ¡Desgraciado!— Vegetta sacó su arma del brazo y fue directo a su cuello, nuevamente algo salió mal y en vez de cortarlo su espada se terminó partiendo en dos.

—¡Vegetta!— gritó Willy preocupado al ver su situación. Apenas terminar su grito, el demonio tomó a Vegetta desde la cabeza empezado a apretar su agarre tratando de romper el cráneo del cazador.

—¡Willy, huye! ¡Busca a Rubius!.

—¡¿Estás loco, claro que no, primero te ayudaré?!.

—¡Willy, hazlo!.

—¡No!.

—¡WILLY!.

—¡De acuerdo, más vale que salgas vivo idiota!— así Willy se perdió entre la oscuridad de la noche.

—No lo puedo prometer...— Vegetta empezó a perder sangre al escupirla desde su boca.

—Cuarta postura: luz cegadora— justo en ese momento sintió como el agarre del demonio se iba debilitando cada vez más hasta desaparecer tirándolo al suelo y dejando que pudiera dar una gran bocanada de aire.

—¿Mangel?— preguntó Vegetta en el suelo viendo al cazador inconciente. Apartó su vista de su amigo para enterarse de que otro cazador había matado al demonio que por poco acababa con él.

—Con que ese es su nombre. Dime, ¿es tu amigo?— preguntaba mientras ayudaba a levantar a Vegetta.

—Sí, y es amigo de alguien muy especial para mí— confesó— Soy Vegetta. ¿Dime, quién eres?— preguntó viendo como Lolito se acercaba.

—Que descortés de mi parte— cargó a Mangel una vez más— Yo soy Lolito, héroe de Karmaland— se presentó amablemente.

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—¿Con qué dices que son falsos?— y allí se encontraba Rubius, a punto de pelear contra un demonio, en unas condiciones no muy favorables ni mucho menos recomendables.

—¿Y qué si lo hago? Solo digo la verdad— el lugar quedó en silencio luego de que el cazador haya hablado. Sentía como la dura mirada del demonio examinaba hasta su alma. Estuvieron así durante algunos segundos más, hasta que Rubius pudo notar como el chico creaba unos cuantos hilos desde las puntas de sus dedos para luego lanzarlos a donde él se encontraba. Fue tan rápido que no le dió el tiempo a reaccionar y terminó por lastimar una parte de su cuerpo, la cual ya tenía una herida sin cicatrizar. De esta manera la pelea empezó, y los únicas ataques que iban y venian eran los del demonio. Rubius estaba respirando entrecortadamente por el esfuerzo que ponía al esquivar los hilos, que ya le habían causado unos cuantos cortes en su cara como manos.

—A tí no te mataré al instante. Te haré pedazos para luego destrozarte vivo— Rubius respiraba agitadamente— Aunque, si retiras lo que dijiste, te mataré en un momento.

—"¡Qué clase de tregua es esa!"— pensó Rubius confundido— No lo retiraré. Lo que dije es cierto. ¡El problema lo tienes tú!— exclamó furiosamente. La demonio solo veía a Rubius con miedo, ya que había cavado su propia tumba al hablar de esa manera con su hermano. Sorprendentemente, este sólo estaba sereno.

—Eres tú el que se equivoca. Y lo probaré aniquilándote de una vez por todas.

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Una disculpa si llegó a ser muy corto.

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