IX ¿Eso es un Plan?

1.1K 117 11
                                    

Los 6 chicos se encontraban en las afueras de los búnkers, sentados o recostados en el pasto mientras conversaban o, en el caso de Peshoh, durmiendo, haciendo la hora hasta que fuera el almuerzo, el momento en donde Alfonso diría la "importante noticia". Faltaba un poco menos de una hora para que tuviesen que ir, y de no tener otra cosa que hacer, habían decidido quedarse en ese lugar.

Durante todo ese rato, Nicolás había estado bastante distraído pensando lo que le había dicho Iván antes de que se fuera con los nuevos.

"Después tengo que hablar algo contigo ¿Ya?", ¿Qué tenían que hablar? Nada que él recordara, además el tono medio seductor que había utilizado le hacía dudar del verdadero significado de la palabra "hablar", le inquietaba la idea de que se repitiera el beso con Iván. Igual, yo tampoco lo rechacé, pensó. Si lo pensaba bien, aquel beso no le había molestado hasta que pensó en Jaime.

Ah, Jaime.

Él también le había susurrado algo que al recordarlo hacía que se le pusiera la piel de gallina "Tenemos que terminar lo que dejamos pendiente allá, weón" No le desagradaba la idea, pero una duda rondaba su cabeza, más bien era algo que le costaba explicarse: ¿En verdad se hubiesen besado si es que no los hubiesen interrumpido? Aun que lo que más le extrañaba era que el rojo había comenzado con todo. Las veces que había pensado en como sería un beso con el barbón, siempre se imaginaba a él iniciando el beso, no a Jaime.
Igual en el momento me quedé congelado, me chupé entero... es que me pilló volando bajo, pensó mientras sonreía mirando hacia el suelo, para luego mirar a Jaime, quien también lo estaba observando con una pequeña curva en su boca.
Por un momento se olvidó de todo lo que lo rodeaba, sólo le prestaba atención al barbón y a sus apetecibles labios, hasta que empezaron a webearlo.

-¿De que te rei', weón?- Puta que son weones mis amigos, Edgar había notado las cómplices miradas y sonrisas que se habían estado intercambiando sus amigos, así que para que no hicieran más obvio, prefirió intervenir.

-¿Ah?- respondió Nicolás desentendido, pestañeando varias veces como si hubiese salido de un trance.

-Que es weón- rió Yelo. Le pareció escuchar su voz un tanto lejana, así que lo buscó con la mirada: El pequeño tenía su cabeza apoyada en las piernas estiradas de Edgar, quien tenía las palmas de sus manos apoyadas atrás. Por un momento se sintió como un violinista profesional.

-¿Y qué weá ustedes que les bajó el amor, weón?- dijo Nicolás riendo, el semental se sonrojó, mientras que el más pequeño sólo se rió.

-El suelo es muy duro para apoyarse, weón- respondió Manuel.

-Nico- llamó Jaime, que estaba sentado frente a la parejita- estai' puro tocando el violín allá, vente pa'ca mejor- el barbón le lanzó un beso al tiempo que le guiñaba un ojo. Para los demás una broma fleta como todas, para él, un gesto que lo hizo estremecer.

Justo antes de que se parara para sentarse junto a su coqueto amigo, escucharon un femenino "¡Hola!"
Eran Sabrina, Carla y el resto de su grupo, que venían caminando a lo lejos, lo más probable es que vinieran del búnker de Alfonso, donde los habrían interrogado como hicieron con ellos al llegar.
Todos se sentaron, formando un gran grupo.

-¿Cómo les fue?- preguntó Nicolás, amablemente.

-Bien, nos pidieron el nombre y esas weás- respondió Carla- pero el culiao' se demoró caleta.

-Igual, nosotras vinimos a darles las gracias por ayudarnos allá en el bosquecito- dijo Sabrina.

-Sí- habló Carla- y disculpen si los... interrumpimos o algo- todos miraron alternadamente a Jaime y Nicolás, Jaime con los ojos abiertos como platos, Nicolás sonrojado de sobremanera, Edgar, como era el único entendido en el tema, aguantándose las carcajadas.

Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora