Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)

Epílogo

Llevamos algunos días caminando, pero no ha sido el mejor viaje que hemos tenido.

Para nada.

Desde el día de la muerte de Alfonso, el mismo en que el Iván me entregó el papel, desde ese mismo día que no hemos parado más que para dormir unas pocas horas o simplemente descansar.

Cada cierto rato reviso la nota sucia y media arrugada que me pasó el Iván, puesto que no fue para nada específico en cuanto a direcciones o a lo que realmente se refería.

"Valle del Elqui, vayan siempre por la carretera"

Era todo lo que decía el pequeño cuadrado de papel.

Ni una palabra más.

Ni una palabra menos.

¿Cómo no íbamos a tener dudas con algo tan ambiguo que además era lo que nos estaba guiando?

Como ya dije, ya llevamos días caminando siempre por la carretera, ya que es lo único claro que dice la nota.

Y para agregar más problemas, los ánimos no están muy bien entre nosotros, partiendo por el hecho de que con cuea' nos trajimos unas barritas de cereal que andábamos trayendo siempre en los bolsillos pero se nos acabaron ayer, ni siquiera sabíamos si estaban vencidas; y dos botellas toas' cagas de agua que andaba trayendo el Bestia y no se como chucha las sacó, ya nos duele la guata del hambre; siguiendo por lo chispitas que están todos por el poco descanso y por el ambiente tenso en general; además de cierto personaje que no nos ha dirigido la palabra desde que nos fuimos.

El Manuel.

El tío Yolen no nos ha dicho absolutamente nada desde que huimos del refugio, y a pesar de que cada vez que le preguntamos nos responde "Nada", yo sé perfectamente que es porque nos fuimos sin su pololo, sin el Mateo.
También sé que algo debe haber pasado con el Edgar ahí, sólo por la forma en que se miran, no es la misma mirada de siempre, pero no conozco más detalles.

Y eso no es todo. Mi puto pie está retrasando toda la caminata. Cada cierto rato les pido que paremos porque simplemente no puedo caminar, la herida nunca curó por completo y al parecer ahora se está infectando, o eso es lo que me dicen porque le está cambiando el color a la weá y no se qué mierda pasa. Lo único que tengo claro es que me duele más que la cresta.

Todo esto ha llevado a constantes peleas y que el ánimo vaya decayendo cada vez más, estamos cansados, con sueño, con hambre, nos dueles las patas y todavía no encontramos el puto lugar que me dijo el Iván.

Todos dicen que me la metió, pero yo no creo que haya sido tan maricón.

Igual confío en él, se veía súper sincero cuando me confió su plan, o cuando nos pasó el papel y nos pidió que nos fuéramos...

Era por nuestra seguridad...

¿O para deshacerse de nosotros?

No, yo confío en el Iván, yo sé que esta dirección es real.

¿Y si no lo es? ¿Y si en verdad me cagó?

¿Y si los traje a puro morir?

-Oye- Jaime se sentó al lado de moreno, sacándolo de sus pensamientos- ¿Teni' frío?- lo rodeó con el brazo y lo apegó hacia su cuerpo. Nicolás sólo apoyó su cabeza en el hombro del contrario, sintiendo el calor que emanaba. -Estai' súper helado- decía mientras le hacía cariño en el brazo. Para su propia desgracia, la temperatura corporal del moreno era siempre baja, por lo que sus manos siempre estaban congeladas, por ejemplo. Aunque, convenientemente, Jaime siempre estaba calentito... Además de caliente.