Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)

III Poco Tiempo

-¿Cómo esta el Yelo?- Jaime se acercó a los que estaban cuidándolo después de terminar de revisa todo el lugar.

-Esta desmayado no más- Edgar suspiró pesadamente- Ayer me dijo que estaba medio asustao' por todo esto, weón... Y que pasara ahora...- Sus ojos se cristalizaron, los cerró de golpe para que no lo notaran- No me lo creo.

-Nadie se lo cree, weón- Afirmó Oscar- Si nadie creía que iba a pasar esta weá- Desde afuera se escuchaba el ruidoso viento, las grandes gotas de lluvia chocar contra el suelo y las paredes, los golpes secos que daban los edificios, las palmeras y los postes al caer, los desgarradores gritos de la gente.

-Es que, weón... Se abrieron las calles po', terremoto culiao pa' fuerte- Jaime miraba hacia el suelo, tratando de procesar recientemente ocurrido.

-¿Cómo estarán todos en Santiago, weón? Si acá quedó la cagá... Imagínate allá con todos los edificios- Edgar estaba preocupado por todo, por ellos, por su mamá, su papá, el Juancho, por el pequeño Manuel que aún no despertaba.

-No sé, weón, no quiero pensar en eso- La mente de Jaime estaba ocupada en otra cosa... Nicolás no había hablado en todo el rato, tenía una mirada perdida, era muy extraño si pensamos que el moreno es el más alegre y conversador del grupo. Se veía afligido y eso no le agradaba a Jaime.

Algo interrumpió sus pensamientos, el suelo empezó a moverse nuevamente, no tan fuerte como el terremoto apocalíptico anterior, pero si lo suficiente como para mover todos los estantes del lugar.

-¡No de nuevo po', weón!- Ese desesperado grito de Nicolás hizo pedazos el corazón del menor de todos, miró hacia donde se encontraba, tapándose la cara con las manos. Jaime corrió y se agachó al lado del moreno, le puso una mano en la espalda. El temblor duró apenas el tiempo que se demoró en llegar hasta su lado, pero provocó que las alarmas de los autos se activaran y que un edificio se cayera en un segundo, por el sonido sabían que había sido lejos.

-Nico, oye, cálmate...- Jaime le hablaba con un tono de voz tranquilo, demasiado a como estaban acostumbrados todos los que miraban la escena.

-¿¡Cómo queri' que me calme, weón!?- Holyfuuu gritó más fuerte de lo que le hubiese gustado, miró a Jaime, parecía algo shockeado- El mundo a nuestro alrededor se esta cayendo a pedazos, con esto de a poco la gente se va a empezar a volver loca, si es que queda gente viva aquí cerca. Lo más probable es que haya perdido todo lo que tenía, mi familia, mi mamá, mi hermana, el Sushi... no tengo como saber de ellos y la cagá aquí no deja de temblar, hay muchas más cosas, pero pico... ¿Así queri' que esté tranquilo?- Miró y apuntó hacia el mar- Más encima, ni siquiera sé que seguimos haciendo aquí... Miren el mar- Todos siguieron la vista del mayor, aun que por la penetrante oscuridad de la noche poco se diferenciaba- Se esta recogiendo y mucho, se viene el medio tsunami... Hay que volver al departamento a ver si podemos rescatar alguna weá y ahí ver que hacer, porque es obvio que no nos vamos a poder quedar ahí- Todos miraron sorprendidos al decidido Nicolás que tenían en frente, muy pocas veces habían visto esa faceta.

-Pero ¿Cómo vamos a llegar hasta allá, weón?- Por fin había hablado Edgar- ¿A pata no más?

-La camioneta- Dijo el Bestia, medio preocupado- Si no le cayó ninguna weá encima estamo' dao', porque tenía la bencina llena.

-Ya po', entonces- Jaime los miró a todos- El Panes y yo vamos a ver como esta la camioneta y si la podemos traer, ustedes guárdense la mayor cantidad de weás buenas que encuentren aquí- Apuntó hacia todo el suelo local, lleno de mercadería desparramada por todas partes.

-Apúrense, weón, que si nos pilla aquí el tsunami... GG- Eddiesick tomó su mochila para empezar con la misión encomendada por Jaime.

-Jaime- Llamó Nicolás, antes de que saliera del local- Cuídate, weón- El barbón asintió y siguió a su amigo drogadicto, que ya le llevaba ventaja.