IV Una Esperanza

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Todo estaba oscuro, no podía ver absolutamente nada. Lo único que el barbón sentía era el suelo moverse bruscamente, además de escuchar el ruido de los edificios al derrumbarse, de la fuerte lluvia y muchos gritos. ¿Qué estaba pasando? ¿Se estaba repitiendo? ¿Un déjà vu? Odiaba no poder ver que pasaba a su alrededor, su poca paciencia se estaba acabando, era como si una venda invisible cubriera sus ojos. ¿Dónde está el Nico? Se empezó a preocupar. Pegó manotazos a todas partes, esperando que alguien lo ayudara.

-¡Jaime!- Nico ¿Dónde mierda estai'?, pensó- Estoy aquí, no te preocupi', no pasa nada- Una voz exactamente igual a la de su amigo le respondió como si hubiese escuchado sus pensamientos, en ese momento lo que sea que antes estaba cubriendo sus ojos desapareció y pudo ver lo que pasaba: Se estaba repitiendo lo de la noche anterior, sólo que en ese momento Nicolás estaba parado en medio de la calle ya agrietada, despreocupado de todo, como si no notara que los edificios y los postes de luz se caían en torno a él.

-¡Nico culiao'! ¡Sale de ahí, weón!- Intentó caminar, pero algo se lo impedía. Estaba atado a un... ¿Poste? ¿Qué chucha?

-¿Por qué, Jaimelito?- Respondió tranquilo- ¿Qué pasa?- Lo miró desentendido. La mirada de Jaime expresaba claramente miedo y desesperación.

Escucho un crujido muy fuerte, miró hacia los cielos y vio como la mitad de un edificio se rompía y caía en cámara lenta sobre Nicolás. El pánico lo invadió, si el moreno no se movía podía ocurrir lo peor.

-¡Nico, muévete, por la chucha!- Nicolás sólo lo miró de vuelta como si no escuchara sus gritos y solo viera el movimiento de sus labios. El gigantesco pedazo de edificio ya estaba muy cerca de Holyfuuu, quien ni siquiera se movía, sólo lo miraba- ¡NEGRO CULIAO', MUÉVETE DE AHÍ!- Estaba desesperado, el hecho de no poder correr a ayudarlo y sólo ver como se aproximaba su muerte lo descolocaba. Las lágrimas se asomaron y algunas cayeron por sus mejillas. Entonces vio lo que lo destrozó... Los escombros cayeron sobre el cuerpo de Nicolás, arrebatándole la vida. Calló de rodillas con la cabeza gacha, cerró los ojos con fuerza y gritó destrozándose la garganta- ¡NICO, NO!

Abrió los ojos de golpe, al parecer ya era de día, no podía estar seguro ya que la lluvia no cesaba. Estaba con el pulso acelerado y sudaba. Una pesadilla, pensó y se tranquilizó al ver que el protagonista de su mal sueño estaba a unos metros de él, haciéndole cariño a Tiabes.

Suspiró pesadamente y se tapó la cara con las manos. Cómo sueño esas weás. Recordó esos horribles segundos que esperaba nunca tener que vivir, si perdía al moreno... perdería lo más importante que quedaba en su vida. Sintió un molesto nudo en la garganta, pero lo ignoró. Se levantó y caminó hasta el pelinegro.

-Por fin despierta alguien, weón- Lo saludó Holyfuuu

-¿Qué hora es?- Nicolás miró su celular, que le quedaba la mitad de la batería.

-Las 10...- El pelinegro guardó su celular, mientras Jaime se restregaba los ojos- Hasta en la peor catástrofe de la historia ustedes duermen como tronco, weón- Jaime sonrió- ¿Cómo dormiste?

-Me duele caleta la espalda- Se estiró, riéndose- ¿Tembló en la noche? No sentí ni una weá.

-Sí, weón- Respondió Nicolás- Tembló caleta, pero así temblores cortitos- El moreno no quería admitir lo asustado que se había sentido durante la noche, y que a eso se debía el haberse levantado temprano.

-¿Y el tsunami?- Jaime miró hacia las ventanas, algunas totalmente rotas, otras no tanto- ¿Qué onda?

-No cacho- Nicolás se estiró, dormir en el suelo no había sido bueno para nadie- Pero parece que todavía no pasa ni una weá- Se quedó en silencio un momento, pensativo- Deberíamos irnos altiro, weón... En serio me preocupa esa weá.

Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora