XI Entre la Espada y la Pared

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No acostumbraba llevar el control de las cosas, no era común verlo llevando el liderazgo en cualquier caso, él casi siempre era el del voto nulo, o que apoyaba a ambas partes; pero en ese momento, viendo como todos hablaban a la vez y como a ese paso nunca llegarían a un consenso, Edgar había sacado a la luz su faceta de líder. En el momento se sintió algo orgulloso, ya que, por su forma de ser usualmente tímida, era raro para él mostrarse así.

Luego de llegar a un acuerdo en donde se decidió que Jaime hablaría con Alfonso, sin peleas, sin discusiones y todos de acuerdo, por cierto; todos se retiraron el lugar, menos el recién nombrado y Nicolás. Edgar consideró llamarlos para que fueran con ellos, pero se arrepintió pensando las tantas cosas que tenían que hablar, por lo que se fue con el numeroso grupo.

Solo les quedaba esperar, esperar con la esperanza de que Alfonso entendiera y aceptara lo que le pedían.

Sabía que no sería fácil convencerlo, y menos si era Jaime el que hablaría con él, pero el ruliento confiaba en que su amigo sería lo suficientemente convincente y que trataría de ser paciente... trataría.

Aun que una duda lo carcomía. Si la idea llegase a resultar ¿Qué sería de ellos? Es decir, en el grupo solo había dos mujeres, además de que ya había cuatro personas que, en ese sentido, tenían un gusto... diferente; no es como si pudiesen repoblar el lugar o algo así. No tenía nada de esa parte clara, por lo que prefería pensar solo en lo bueno: no tendrían que seguir las órdenes de alguien tan testarudo como lo era Alfonso.

Voy a poder pasar más tiempo con el Manu, nadie va a decir na', pensó más animado. Últimamente Yelo se había estado mostrando tan cariñoso con él, que se estaba planteando la posibilidad de dar un paso más, es decir... declararse. Tal vez sería algo apresurado, pero no podría describir de otra forma como se sentía estando junto a Manuel mas que inmensamente feliz, queriendo estar con él todo el tiempo que les quedaba por delante, aun así tenía tantas dudas...

¿Y si a él en verdad no le gustaba? Manuel se caracterizaba por ser el más "cariñoso" del grupo. ¿Y si al declararse, el pequeño le decía que el sentimiento no era mutuo? Lo más probable es que lo destruiría por dentro. ¿Y si se rompía su amistad? Eso sí que no sabría enfrentarlo, la amistad que tenía con Manuel era una de las pocas cosas y más valiosas de su vida en ese momento.

Temía perderlo como le temía al rechazo, por lo que prefería esperar a que, si en verdad existía interés, el bajito fuera el primero en demostrarlo, no tenía problema en esperar.

Cuando salió de su mundo recién se fijó que estaba caminando hacia los bunkers, el mismo lugar donde había estando antes de ir a la reunión en el comedor; y que se había quedado bastante atrás del grupo, quienes ya estaban sentados y conversando, mientras él caminaba tranquila y lentamente a reunirse con ellos.

Cuando ya estaba cerca, buscó a Manuel con la mirada, esperando que él también lo estuviese buscando para invitarlo a sentarse a su lado, como solían hacerlo siempre. Finalmente, lo encontró, pero no estaba buscándolo como esperaba, y mucho menos solo, el pequeño Yelo estaba conversando de lo más feliz con Mateo, el chico de piel muy clara, cabello negro y ojos azules-grisáceos, Edgar se cuestionó el hecho de que fuera chileno, pues no lo aparentaba.

Todo el ánimo que se había hecho a base de los positivos pensamientos anteriores, había desaparecido en cuestión de segundos. ¿Qué hacer en ese momento? Manuel estaba muy bien acompañado, se veía feliz y le agradaba verlo así, pero irónicamente también le molestaba ¿Por qué? Porque no era él el que lo estaba haciendo feliz, sino Mateo, un chico que acababa de conocer y ya le estaba robando muchas sonrisas.

Sin tener más que hacer, se sentó en una zona neutra, entre Panes, que conversaba con Alexander a la vez que jugaban con Tiabes; y Sabrina, quien también hablaba animadamente con Carla y el resto del grupo. No acotaba nada en las conversaciones que fluían a su alrededor, al contrario, se quedó en silencio mirando de vez en cuando hacia el frente donde se encontraban Manuel y Mateo, tratando de no ser tan obvio.

Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang