Juntos, hasta el Final de los Tiempos (Jaidefinichon GOTH)

I Las esperadas vacaciones

20 de Diciembre, 2012

-¡Sushi culiao, sale de la maleta!- Gritó el moreno a su gato, el cual de un solo salto salió del interior de una maleta grande llena de ropa, y se fue por la puerta de la habitación- Puta la wea, dejó toda la ropa con pelos- Susurró algo molesto. Para no irse con toda su ropa sucia, el moreno empezó a sacar cada una de sus prendas y sacudirlas, para luego volver a guardarlas como estaban anteriormente. Trató de apurarse, ya que en unos minutos más pasaría su querido amigo Panes a buscarlo en la camioneta que su papá le había prestado.

Era día miércoles, un miércoles especial para los 6 chicos de Jaidefinichon. ¿Por qué? Bueno, ese día sería el primer día de sus anheladas vacaciones en Viña del Mar, las cuales habían planeado todo el semestre. No se iban a un lugar tan lejano, pero con que pudieran bañarse en una playa, ver minas ricas, descansar y webear les bastaba, y se sentían orgullosos de que solo entre ellos pagarían todos los gastos. Lo tenían todo planeado, arrendarían un departamento en el centro de Viña, el cual tenía 3 habitaciones y 2 baños. En frente se encontraba un Mall "Espacio Urbano", a unas cuadras la playa y, como tenían auto, podrían ir a cualquier lugar cuando quisieran ¿Qué mejor? Serían 2 semanas perfectas para todos y nada, absolutamente nada podría arruinarlas.

-Nico ¿Ya tienes todo listo?- La madre del pelinegro estaba apoyada en el marco de la puerta, mirando lo desocupados que habían quedado los muebles de su hijo- ¿Por qué llevas tanta ropa, amor?- Trató de aguantarse la risa, tenía claro que Nicolás se iba por 2 semanas, pero llevaba ropa como si se fuera 2 meses.

-Me voy por dos semanas mamá, igual nos vamos en la camioneta del Oscar, así que filo- Terminó de doblar y guardar la última polera y cerró la maleta, la tomó con una mano y se levantó del suelo, notando que su madre lo miraba con una expresión que no sabía descifrar- ¿Qué pasa, mamá?

-Es que te vas por mucho tiempo y tan lejos, hijito- Se acercó al moreno y lo abrazó. Nicolás correspondió el abrazo.

-Mami, ya tengo 24, y más encima voy con los cabros...- Lo interrumpió el sonido de una bocina proveniente de la calle- El Bestia, mami...ya me tengo que ir- Se soltaron, Nicolás tomó su celular, su billetera y sus audífonos, los guardó en la mochila que luego se puso en la espalda, acarició a su gato, tomó su maleta y se dirigió hacia la escalera. Bajando volvió a escuchar la bocina además de unos golpes en la puerta, su hermana chica corrió a abrirla.

-¡Nico, es el Jaime!- Desde la puerta el barbón pudo ver lo aproblemado que estaba su amigo moreno para bajar, le provocó cierta ternura, se rió y fue a ayudarlo, dejando la puerta abierta.

-¿Por cuánto tiempo te vai', weón?- Jaime tomó la maleta y la dejó en el suelo, luego saludó a su amigo que estaba tratando de calmar el dolor que la pesada maleta había dejado en su muñeca.

-Lo mismo le dije...-Dijo su mamá riendo, mientras bajaba la escalera y se paraba en la puerta principal.

-Ja ja, chistosito el culiao... ¿Ya nos vamos?- Decía el mayor de ambos mientras caminaba hasta la puerta.

-Si po', weón, si eri' el único que falta- Jaime lo siguió.

-¿La dura? Vamono' entonces po', pásame la maleta- Nicolás estiró la mano hacia la de Jaime.

-No, no... tu despídete no más, yo la voy a dejar- El rojo se despidió de la madre de su amigo, la cual seguía en la puerta, y se fue hacia donde se encontraban los demás.

Nicolás se despidió de su hermana para luego abrazar a su mamá una vez más, esta le tomó la mano y le entregó algo que al tacto se sentía como un collar. Vio lo que era y luego miró a su madre, lo estaba mirando con ojos llorosos, se abrazaron por última vez, Nicolás salió, cerrando la puerta tras de sí y fue donde estaban todos sus amigos. Jaime estaba apoyado en la puerta de la camioneta, esperándolo, Oscar era el conductor, Alexander el copiloto y Edgar y Manuel estaban sentados en los asientos traseros.