A las doce del día siguiente salieron del castillo bajo un débil sol plateado que
brillaba sobre los campos. Atenea se encontraba especialmente nerviosa, con el estómago revuelto. Hermione la regañaba constantemente por tan solo tomar algo en la mañana. El tiempo era más suave de lo que había sido en lo que llevaban de año, y cuando llegaron a Hogsmeade los cuatro se habían quitado la capa y se la habían echado al hombro.
En la mochila de Harry llevaban la comida que Sirius les había pedido: una docena de muslos de pollo, una barra de pan y un frasco de zumo de calabaza que les habían servido en la comida. Atenea había agregado un par de frutas.
Fueron a Tiroslargos Moda a comprar un regalo para Dobby, y se divirtieron eligiendo los calcetines más estrambóticos que vieron, incluido un par con un dibujo de refulgentes estrellas doradas y plateadas y otro que chillaba mucho cuando empezaba a oler demasiado. A la una y media subieron por la calle principal, pasaron Dervish y Banges y salieron hacia las afueras del pueblo.
Harry nunca había ido por allí. El ventoso callejón salía del pueblo hacia el campo sin cultivar que rodeaba Hogsmeade. Las casas estaban por allí más espaciadas y tenían jardines más grandes. Caminaron hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, doblaron una curva y vieron al final del camino unas tablas puestas para ayudar a pasar una cerca. Con las patas delanteras apoyadas en la tabla más alta y unos periódicos en la boca, un perro negro, muy grande y lanudo, parecía aguardarlos. Lo reconocieron enseguida. Atenea sonrío.
-Hola, Sirius -saludó Harry, cuando llegaron hasta él.
El perro olió con avidez la mochila de Harry, meneó la cola, y luego se volvió y comenzó a trotar por el campo cubierto de maleza que subía hacia el rocoso pie de la montaña. Harry, Atenea, Ron y Hermione traspasaron la cerca y lo siguieron.
Sirius los condujo a la base misma de la montaña, donde el suelo estaba
cubierto de rocas y cantos rodados, y empezó a ascender por la ladera: un
camino fácil para él, con sus cuatro patas; pero Harry, Atenea, Ron y Hermione se
quedaron pronto sin aliento. Siguieron subiendo tras Sirius durante casi media
hora por el mismo camino pedregoso, empinado y serpenteante. El perro movía
la cola mientras ellos sudaban bajo el sol. A Harry le dolían los hombros por las
correas de la mochila.
Al final Sirius se perdió de vista, y, cuando llegaron al lugar en que había
desaparecido, vieron una estrecha abertura en la piedra. Se metieron por ella
con dificultad y se encontraron en una cueva fresca y oscura. Al fondo, atado a
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powerful, harry potter (pausada)
FanfictionP | 𝘣𝘦𝘪𝘯𝘨 𝘱𝘰𝘸𝘦𝘳𝘧𝘶𝘭 𝘪𝘴 𝘯𝘰𝘵 𝘴𝘰𝘮𝘦𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘦𝘴𝘵𝘴 𝘮𝘦 EL MUNDO DE HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING, TODO PERSONAJE QUE NO APAREZCA EN LA SAGA ES DE MI PROPIEDAD. PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN « ha...