━━━ jealousy

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Aquella misma mañana, Sirius envió otra lechuza de respuesta

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Aquella misma mañana, Sirius envió otra lechuza de respuesta.

Bajó revoloteando hasta Harry al mismo tiempo que un cárabo se posaba delante de
Hermione con un ejemplar de El Profeta en el pico. Ella cogió el periódico, echó
un vistazo a las primeras páginas y dijo:

—¡Ja! ¡No se ha enterado de lo de Crouch!

Y se puso a leer con Atenea, Ron y Harry lo que Sirius tenía que decir sobre los
misteriosos sucesos ocurridos hacía ya dos noches.


¿A qué crees que juegas, Harry, dando paseos por el bosque con
Viktor Krum? Quiero que me jures, a vuelta de lechuza, que no vas a
salir de noche del castillo con ninguna otra persona. En Hogwarts hay
alguien muy peligroso. Es evidente que querían impedir que Crouch
viera a Dumbledore y probablemente tú te encontraste muy cerca de
ellos y en la oscuridad: podrían haberte matado.
Tu nombre no entró en el cáliz de fuego por accidente. Si alguien
trata de atacarte, todavía tiene una última oportunidad. No te separes
de Ron y Hermione, no salgas de la torre de Gryffindor a deshoras, y
prepárate para la última prueba. Practica los encantamientos
aturdidores y de desarme. Tampoco te irían mal algunos maleficios.
Por lo que respecta a Crouch, no puedes hacer nada. Ten mucho
cuidado. Espero la respuesta dándome tu palabra de que no vuelves a
comportarte de manera imprudente.


Sirius


—¿Y quién es él para darme lecciones? —dijo Harry algo indignado,
doblando la carta de Sirius y guardándosela en la túnica—. ¡Con todas las
trastadas que hizo en el colegio!

— Harry, él solo quiere protegerte. — mencionó Atenea dándole una mirada rápida a la carta.

—¡Está preocupado por ti! —replicó Hermione bruscamente—. ¡Lo mismo
que Moody y Hagrid! ¡Así que hazles caso!


—Nadie ha intentado atacarme en todo el año. Nadie me ha hecho nada...


—Salvo meter tu nombre en el cáliz de fuego —le recordó Hermione—. Y
lo tienen que haber hecho por algún motivo, Harry. Hocicos tiene razón. Tal vez
estén aguardando el momento oportuno, y ese momento puede ser la tercera
prueba.


—Mira —dijo Harry algo harto—, supongamos que Hocicos está en lo cierto y que alguien atacó a Krum para secuestrar a Crouch. Bien, en ese caso tendrían que haber estado entre los árboles, muy cerca de nosotros, ¿no? Pero
esperaron a que me hubiera ido para actuar, ¿verdad? Parece como si yo no
fuera su objetivo.


—¡Si te hubieran asesinado en el bosque no habrían podido hacerlo pasar
por un accidente! —repuso Hermione—. Pero si mueres durante una prueba...


—Sin embargo, no tuvieron inconveniente en atacar a Krum —objetó
Harry—. ¿Por qué no liquidarme al mismo tiempo? Podrían haber hecho que
pareciera que Krum y yo nos habíamos batido en un duelo o algo así.


—Yo tampoco lo comprendo, Harry —dijo Hermione—. Sólo sé que pasan
un montón de cosas raras, y no me gusta... Moody tiene razón, Hocicos tiene
razón: has de empezar ya a entrenarte para la tercera prueba. Y que no se te
olvide contestar a Hocicos prometiéndole que no vas a volver a salir por ahí tú
solo.

Atenea desvío la mirada de Hermione y Harry en cuánto notó que la lechuza tenía algo más. Era otra carta. Para ella.

—¡Chicos! — dijo, tratando de llamar la atención de sus amigos, quienes no le respondieron. — haz, herms, ronnie?

Nuevamente ni la miraron. Se encongió de hombros y caminó hacía los pasillos de Hogwarts con la carta en manos.

Estaba muy emocionada por la carta, hace tiempo no se comunicaba con Sirius personalmente. Pero entendía que sus amigos y su novio estaban más preocupados de Harry. Era obvio.

Abrió la carta mientras se apoyaba en la pared, preparándose para leer.

Hola, hija. Quería decir que estuve investigando por un tiempo y noté algo en, en el lugar que tu madre murió. Es algo sospechoso, pero no te diré por el momento, no quiero espantarte ni emocionarte demasiado. Honestamente yo tampoco quiero emocionarme.
Cuida a Harry, bajo la presión de el torneo puede llegar a cometer cosas muy tontas, aconsejalo. Sé que quieres protegerlo, es tu novio.
Para finalizar, cuídate y te amo mucho, cariño.

Papá.

Atenea sonrío y dobló la carta para guardarla y que no se dañe. Estaba muy felíz.


•  •  •



Atenea caminaba junto a Hermione camino a buscar a Diana, la gata de Atenea. Los cuatro amigos pensaron que estaría en la sala común con Crookshanks, pero no estaba. Así que para buscar a la gatita gris de Black se dividieron en dos grupos. Ellas buscarían cerca de el Lago Negro y los chicos buscarían cerca de el Gran Comedor.

— No está por ningún lado, Herms. Quizá volvió a la sala común. — sugirió Atenea, haciendo un leve puchero.

— Quizá volvió, Nea. Vamos a la sala común y si no está seguimos buscando, esta vez cerca de ls casa de Hagrid. No te desanimes — le dijo Hermione, quien sonrío.

Atenea aceptó.

Cuando llegaron a el Colegio vieron a Harry junto a Cho Chang... quién tenía a Diana entre sus brazos.

Atenea alzó ambas cejas con una expresión algo enojada. De inmediato empezó a caminar hacía ambos estudiantes con una mueca enojada.

— ¡Hola! ¿Se divierten mientras yo estaba buscando a Diana? — cuestionó con voz irónica. Cambió su mirada entre Harry, quién estaba apenado, y Cho, quién estaba con una mueca burlona.

— Linda, lo lamento, me distraí con Cho, y ella tenía a Diana, así que, lo siento. — se disculpó Harry. Atenea no hizo más que rodar los ojos.

— ¿Entonces es tu gata? ¿Y qué hacía cerca de la lechucería? — cuestionó Cho, asustandose cuando Atenea quitó a Diana de sus brazos bruscamente.

— Es un gato, Chang. Vamos, Harry, debemos ir a la sala común, se está haciendo tarde.

Ninguno de los dos se molestó en despedirse de la Ravenclaw.

Caminaron hacía la sala común en un silencio incómodo en el cuál Hermione estaba ya harta. Por eso se apresuró en llegar.

— Miren quien llegó con Diana! —  exclamó Ron, quejándose cuando Hermione le pellizcó para que se callara.

— Mi pobre bebé, ¿que te hizo la malvada de Cho, amor? ¿Te hizo algo?

En cuanto Harry habló, Atenea le ignoró.

Fred y George se limitaron a reír.

powerful, harry potter (pausada)Where stories live. Discover now