━━━ slight bad feeling

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Atenea divisó a Harry a punto de entrar al Gran Comedor.

tuvo una corta conversación con la señora Weasley y con Bill antes de “robarse” a su novio.

— ¿Que sucede, amor? — dijo el azabache frunciendo levemente el ceño, luego de ser arrastrado a una habitación por Atenea.

Atenea cerró la puerta y se giró para encontrarse con el rostro confundido de harry.

se puso cabizbaja, suspirando antes de levantar la cabeza. acunó la cara de harry entre sus manos cálidas, acariciando con su pulgar la piel de sus mejillas.

— por favor no mueras, harry. — dijo atenea sin permitir a potter hablar, besándolo de inmediato. el ojiverde siguió el beso, tomando a atenea de la cintura y acercándola aún más a él.

— lo prometo. — dijo en cuanto rompieron el beso.

no dijo nada cuando ella ocultó su rostro en su hombro y minutos después lo sintió un poco húmedo, signo de que ella había llorado un poco.

—¿porqué lloras, nea?

—lo lamento, es sólo... estoy preocupada. tengo un leve mal presentimiento. no es nada importante.

pero eso inquietó a harry.










—Damas y caballeros, dentro de cinco minutos les pediré que vayamos
todos hacia el campo de quidditch para presenciar la tercera y última prueba
del Torneo de los tres magos. En cuanto a los campeones, les ruego que
tengan la bondad de seguir ya al señor Bagman hasta el estadio.

Harry se levantó. A lo largo de la mesa, todos los de Gryffindor lo
aplaudieron. Los Weasley y Hermione le desearon buena suerte, seguidos de Atenea quién lo besó cortamente, y salió del
Gran Comedor, con Cedric, Fleur y Krum.

—¿Qué tal te encuentras, Harry? —le preguntó Bagman, mientras bajaban
la escalinata de piedra por la que se salía del castillo—. ¿Estás tranquilo?

—Estoy bien —dijo Harry. Era bastante cierto: a pesar de sus nervios,
seguía repasando mentalmente los maleficios y encantamientos que había
practicado, y saber que los podía recordar todos lo hacía sentirse mejor.
Llegaron al campo de quidditch, que estaba totalmente irreconocible. Un
seto de seis metros de altura lo bordeaba. Había un hueco justo delante de
ellos: era la entrada al enorme laberinto. El camino que había dentro parecía
oscuro y terrorífico.

Cinco minutos después empezaron a ocuparse las tribunas. El aire se llenó
de voces excitadas y del ruido de pisadas de cientos de alumnos que se
dirigían a sus sitios. El cielo era de un azul intenso pero claro, y empezaban a
aparecer las primeras estrellas. Hagrid, el profesor Moody, la profesora
McGonagall y el profesor Flitwick llegaron al estadio y se aproximaron a
Bagman y los campeones. Llevaban en el sombrero estrellas luminosas,
grandes y rojas. Todos menos Hagrid, que las llevaba en la espalda de su
chaleco de piel de topo.

—Estaremos haciendo una ronda por la parte exterior del laberinto —dijo la
profesora McGonagall a los campeones—. Si tenéis dificultades y queréis que
os rescaten, echad al aire chispas rojas, y uno de nosotros irá a salvaros, ¿entendido?

Los campeones asintieron con la cabeza

—Pues entonces... ya podéis iros —les dijo Bagman con voz alegre a los
cuatro que iban a hacer la ronda.

—Buena suerte, Harry —susurró Hagrid, y los cuatro se fueron en
diferentes direcciones para situarse alrededor del laberinto.

Bagman se apuntó a la garganta con la varita, murmuró «¡Sonorus!», y su
voz, amplificada por arte de magia, retumbó en las tribunas:

—¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del
Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las
puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada
uno... ¡el señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio
Hogwarts! —Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran
revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más
oscuro—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del
Instituto Durmstrang! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur
Delacour, de la Academia Beauxbatons!
Harry pudo distinguir a duras penas, en medio de las tribunas, a la señora Weasley, Atenea, Bill, Ron y Hermione, que aplaudían a Fleur por cortesía. Los saludó
con la mano, y ellos le devolvieron el saludo, sonriéndole. Atenea le mandó un beso con su mano, y él hizo un leve movimiento fingiendo que lo había atrapado.


—¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! —dijo
Bagman—. Tres... dos... uno...
Dio un fuerte pitido, y Harry y Cedric penetraron rápidamente en el
laberinto.



























un capítulo más corto de lo normal,
ya que el siguiente será mucho más
largo jej.

¿cómo están?

espero q estén bien<3

OTBSTARK fuera :)

powerful, harry potter (pausada)Where stories live. Discover now