━━━blast-tailed skrewts and skeeter

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ESCREGUTOS DE
COLA EXPLOSIVA
Y SKEETER

El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve

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El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de
aguanieve. Aunque el castillo siempre resultaba frío en invierno por las
abundantes corrientes de aire, a Atenea le alegraba encontrar las chimeneas
encendidas y los gruesos muros cada vez que volvía del lago, donde el viento
hacía cabecear el barco de Durmstrang e inflaba las velas negras contra la
oscuridad del cielo.

Imaginó que el carruaje de Beauxbatons también debía de
resultar bastante frío. Notó que Hagrid mantenía los caballos de Madame
Maxime bien provistos de su bebida preferida: whisky de malta sin rebajar. Los
efluvios que emanaban del bebedero, situado en un rincón del potrero,
bastaban para que la clase entera de Cuidado de Criaturas Mágicas se
mareara.

Esto resultaba inconveniente, dado que seguían cuidando de los
horribles escregutos y necesitaban tener la cabeza despejada.

—No estoy seguro de si hibernan o no —dijo Hagrid a sus alumnos, que
temblaban de frío, en la siguiente clase, en la huerta de las calabazas—. Lo
que vamos a hacer es probar si les apetece echarse un sueñecito... Los pondremos en estas cajas.

Sólo quedaban diez escregutos. Aparentemente, sus deseos de matarse
se habían limitado a los de su especie. Para entonces tenían casi dos metros
de largo. El grueso caparazón gris, las patas poderosas y rápidas, las colas
explosivas, los aguijones y los aparatos succionadores se combinaban para
hacer de los escregutos las criaturas más repulsivas que Harry hubiera visto
nunca.

Desalentada, la clase observó las enormes cajas que Harry acababa de
llevarles, todas provistas de almohadas y mantas mullidas.

—Los meteremos dentro —explicó Hagrid—, les pondremos las tapas, y a
ver qué sucede.

Pero no tardó en resultar evidente que los escregutos no hibernaban y que
no se mostraban agradecidos de que los obligaran a meterse en cajas con
almohadas y mantas, y los dejaran allí encerrados.

Hagrid enseguida empezó a
gritar: «¡No os asustéis, no os asustéis!», mientras los escregutos se
desmadraban por el huerto de las calabazas tras dejarlo sembrado de los
restos de las cajas, que ardían sin llama.

La mayor parte de la clase (con
Malfoy, Crabbe y Goyle a la cabeza) se había refugiado en la cabaña de Hagrid
y se había atrincherado allí dentro. Harry Atenea, Ron y Hermione, sin embargo,
estaban entre los que se habían quedado fuera para ayudar a Hagrid.

Entre todos consiguieron sujetar y atar a nueve escregutos, aunque a costa de
numerosas quemaduras y heridas. Al final no quedaba más que uno.

—¡No lo espantéis! —les gritó Hagrid a Harry y Ron, que le lanzaban
chorros de chispas con las varitas. El escreguto avanzaba hacia ellos con aire
amenazador, el aguijón levantado y temblando—. ¡Sólo hay que deslizarle una
cuerda por el aguijón para que no les haga daño a los otros!

powerful, harry potter (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora