Tirano Mimando "Esposa" a Diario.

Capítulo 67: Sí

Song Guogong parecía que de repente se dio cuenta de algo. Su expresión se puso rígida, gritó con dificultad —¡Song-er...!

—¿Eh?

Solo por escuchar esta voz, que sonaba completamente inofensiva, Song Guogong hizo una pausa por un momento y luego comenzó a caminar nuevamente.

Song Song dijo —Solo puedo llevarte hasta este punto, cuídate.

De repente, las piernas de Song Guogong se volvieron suaves mientras caía ante los pies de Song Song. Abrazó las piernas de Song Song con ambos brazos y dijo con miedo —Song-er. Tienes que salvar a tu papá. ¡No puedes tratar a tu papá de esta manera!

—Estarás bien. —Song Song dijo suavemente —Ella no te hará daño.

—Song-er... —Song Guogong de repente estalló en lágrimas—. Papá estaba equivocado. Papá comprende sus errores ahora, Song-er, por favor, perdóname esta vez. No puedo, me temo que...

Song Song lo miró sin moverse. Su silencio hizo que Song Guogong se sintiera aún más incómodo. Incapaz de ver con ambos ojos, solo inconscientemente pudo agarrar con fuerza las piernas de Song Song. El largo silencio hizo que su corazón latiera presa del pánico. No se atrevió a llorar más y dijo temblando —Si hago lo que tú quieres quiera, ¿Me dejarás ir?

—Si es lo que quieres.

Song Song le dijo.

Con el apoyo de un sirviente, Song Guogong entró. Su paso era muy lento mientras oraba en su corazón para que Song Song se suavizara un poco. Si fuera Song Song quien todavía tenía grandes esperanzas en él, podría haberlo hecho. Pero ahora, Song Song ya no se preocupaba por él en absoluto.

Vio como la figura de Song Guogong desapareció por completo de su vista, luego se subió al taburete para subirse a su carruaje. —Regresemos, vayamos de regreso.

De camino a la prisión imperial, ordenó a alguien que comprara un trozo de tarta de azufaifo. Sentado en el interior del carruaje, sostuvo el pastel con ambas manos y le dio un mordisco. La textura suave se sentía extremadamente bien, pero la temperatura caliente del pastel lo hizo entrecerrar los ojos y abrir la boca para tomar aire frío.

Su apetito era el mismo que antes. Si comía demasiado, comenzaría a vomitar. Por lo tanto, Song Song solo comió dos bocados antes de dejarlo. Cuando llegó a casa, el pastel que tenía en la mano todavía estaba caliente. Se bajó del carruaje y vio a Li Xiao parado en la entrada mirándolo, como si él también acabara de regresar.

Cuando vio a Song Song, frunció ligeramente el ceño —¿A dónde fuiste?

Song Song sostuvo el pastel y se acercó lentamente —Hice una visita a la prisión imperial.

Li Xiao levantó el pie para caminar dentro de la finca, Song Song lo siguió en silencio. Vio al hombre dirigirse hacia el estudio, vaciló por un momento, luego siguió detrás —Su alteza...

—¿Reconociste tu error?

Song Song miró hacia abajo, sintiéndose agraviado en su corazón. Él dijo —Sí.

—¿Qué hiciste mal?

—No debería haber tomado el asunto en mis propias manos. Me sobrepasé... —Dobló las rodillas para arrodillarse—. Por favor, castigue...

Sus brazos fueron repentinamente apoyados mientras Li Xiao lo levantaba del suelo. Las lágrimas de Song Song llenaron sus ojos mientras lo llevaban a una silla.

Li Xiao tocó ligeramente el rabillo del ojo —No deberías haber ido solo. ¿Y si te lesionas?

Song Song no habló, pero sus lágrimas brotaron silenciosamente. Li Xiao lo abrazó con fuerza y ​​dijo en voz baja —No hay necesidad de apresurarse para tratar con ellos tan rápido.