Capítulo 25 - Calma

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Feliz cumpleaños Keith, prometo darte un gran abrazo y el mejor obsequio de todos cuando estemos juntos de nuevo."



La inseguridad que había golpeado a Keith tan de repente, no había sido debido a las palabras de Shiro, sino debido a los obvios sentimientos que ahí se expresaban. Keith no dudaba de lo que sentía por su mejor amigo, SABÍA que estaba enamorado de Lance más de lo que alguna vez pudo haberlo estado de Shiro. Los sentimientos que sentía hacia el moreno eran diez veces más fuertes de lo que alguna vez se habían sentido por Shiro.

En su momento, el amor que sintió hacia Shiro lo hacía sentir nervioso, temeroso, inseguro de sí mismo y de cómo se sentía, de mostrarse abiertamente con sus emociones por temor a ser rechazado, le provocaba un exceso desesperante de emociones que nunca fue capaz de manejar. Y con Lance... maldita sea, con Lance era todo lo contrario. Lance le hacía sentir un amor real y sólido, no se sentía sobre una cuerda de la que podría caer en cualquier momento, sentía paz, sentía seguridad y protección; no importaba si Keith estaba en medio de una maldita crisis de ansiedad o riéndose a carcajadas, se sentía igual de cómodo al lado del moreno sin importar la situación. Los sentimientos que Lance provocaba en él eran hermosos, no eran asfixiantes y mucho menos intimidantes... amar a Lance se sentía ligero, tan libre y tan real. Se sentía como caminar por la costa durante el atardecer, recibiendo la fresca brisa del mar.

El problema, en realidad, era precisamente eso, ser consciente de lo que sentía por Lance y no por Shiro. Las palabras de Lance no paraban de reproducirse dentro de su mente una y otra vez como una grabadora, no importaba que estuviesen celebrando el cumpleaños de su abuela, comiendo o riendo mientras paseaban todos juntos por la ciudad durante casi todo el día... SIEMPRE estaban ahí, escuchándose en el fondo de su mente y tomándolo desprevenido en cuanto bajaba la guardia.

"Shiro siempre me habló de ti, él realmente te ama y te ve como la cosa más especial de este mundo y yo... no quiero interferir."

Keith sabía lo que la amistad de Shiro significaba para Lance, sabía que tan fuerte era y que tan leal era el moreno a ésta y lo entendía. Entendía perfectamente el conflicto que Lance tenía, porque él también lo estaba teniendo. Para Keith, cada vez eran más claros los sentimientos o al menos, la atracción de Shiro hacia él. No deseaba lastimarlo, no quería romperle el corazón, no quería perder su amistad, no quería que Shiro saliera de su vida, no cuando era una persona tan importante a pesar de todo, Shiro también era su familia. Y la sola idea de perder a Shiro, de sentir el rechazo sobre él y Lance, de provocar que Lance perdiese la amistad de Shiro... era algo que lo frustraba demasiado, lo frustraba, porque Keith también quería ser capaz de amar a Lance sin ningún maldito problema.

El pelinegro apoyó la parte trasera de su cabeza contra el tronco del árbol, cerrando los ojos tan estresado que deseaba llorar.

<< ¿Qué es lo que debo hacer para evitar tanto daño, papá? >> pensó, mientras sentía el frío viento del otoño golpearle el rostro, enfriando sus mejillas y nariz hasta colorarlas de un suave tono rosado.

—Sigues teniendo esa fea costumbre de sentarte aquí afuera hasta congelarte —La suave y aterciopelada voz de su abuela rompió el silencio en el que Keith se encontraba sumergido. El pelinegro solo sonrió de lado, sin inmutarse un poco siquiera.

—Supongo que extrañaba un poco la sensación de no tener mejillas ni nariz, en California no importa si estás dentro de una habitación con aire acondicionado, seguirás cociendote hasta tomar una ducha de la que no deseas salir jamás —respondió el pelinegro, sintiendo el calor de su abuela de lado izquierdo, indicando que se había sentado en el banquillo.

El chico llamado LANCE - Klance AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora