Capítulo 27 - Consentimiento

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Tú sabes lo que va suceder aquí, yo sé lo que va suceder aquí, todos sabemos lo que va suceder aquí. 

Entonces, les dejo el link de la playlist en spotify que me inspiró tan bellos momentos 
Y si no tienes spotify legalmenteilegal, entonces te dejo la playlist de youtube 

Así que sí, les dejo la advertencia más por obligación que por otra cosa.
Si eres menor de edad, esto es explicito, pero como no tengo idea de si han mentido en su fecha de nacimiento en internet, confiaré como la anciana que soy en ustedes (AGUANTEELSABROSEOINTENSOLLENODEAMORGAY)

Sí wattpad, esta es mi advertencia. 

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Ninguno de los dos había planeado esto,
pero tampoco lo evitarían.
No de nuevo.

Ni Lance, ni Keith eran conscientes realmente de cuánto tiempo había transcurrido, era como si el tiempo simplemente hubiese dejado de existir en cuanto atravesaron aquella puerta y juntaron sus labios nuevamente. En realidad, además de eso, todo se encontraba ligeramente borroso en sus mentes, lo último claro que tenían era su discusión bajo la nieve, la sensación del frío calando en sus huesos y las emociones explosivas que simplemente habían salido disparadas. Sin embargo, absolutamente nada de lo anteriormente sucedido hacia demasiado eco en sus mentes, no cuando Keith y Lance se tenían finalmente tan cerca como habían deseado tenerse durante meses.

El secretamente adictivo y vergonzoso sonido de los labios húmedos danzando y acariciándose uno contra el otro con cierta pizca de desesperación y necesidad era suficiente para matar cualquier silencio que amenazara con aparecer en la habitación. La alterada respiración escapando de los hinchados labios de Lance y los jadeos semi-silenciosos que nacían de la garganta de Keith solo eran un plus que se añadía a sus sonoros besos. Las pieles de ambos chicos parecían arder bajo el tacto de sus torpes caricias otorgadas por encima de la molesta y húmeda tela a pesar de que hace un tiempo estaban totalmente congeladas.

Los hombros y la espalda de Keith se encontraban apoyados firmemente contra la puerta de la habitación, sus brazos se encontraban cruzados detrás de la nuca de Lance, sosteniéndolo a manera de seguro contra su cuerpo mientras las puntas de sus dedos acariciaban lo que alcanzaban de sus castaños cabellos.

Lance por su parte, se encontraba frente a Keith presionando su cuerpo tanto como le fuese posible contra el del pelinegro con una de sus piernas inteligentemente colocada entre las piernas del pelinegro, rozándolo torpemente mientras lo besaba. Sus brazos se encontraban apoyados contra la madera a los costados el rostro de Keith, por encima de sus hombros creando una especie de aprisionamiento con su cuerpo; algo que definitivamente le encantaba sentir a Keith y que llevaba a Lance al paraíso al no ser detenido.

En realidad, ninguno de los dos tenía idea de cómo es que las cosas habían escalado rápidamente después de haber entrado a la habitación. Lance era consciente de que había sido el primero en hacer algo, mientras que Keith cedía y correspondía, por lo que el moreno sabía que ahora tenía la responsabilidad de dejar claro lo que ahí estaba sucediendo (para bien o para mal), porque él no era un maldito aprovechado. Genuinamente deseaba dejar sus cartas claras sobre la mesa y sus intenciones de respetar cada palabra que saliera de los bonitos labios que ahora besaba, especialmente cuando esos labios habían expresado lo que sentían por él.

—Keith... —La áspera y temblorosa voz de Lance rompió el ritmo sonoro de los besos y roces que ambos habían creado. Y, a pesar de que al pelinegro no le agradaba sentir del todo como los labios del morocho abandonaban los suyos, no pudo evitar disfrutar la manera tan provocativa en la que su nombre era pronunciado por su parte.

El chico llamado LANCE - Klance AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora