¿Que pasaba si se le pasaba la mano en uno de eso atentados y me mataba?

Digo, ya había matado a alguien más que no tenía que ver conmigo, esa chica del instituto estaba en el lugar no indicado en el momento menos indicado.

Ya existía un fallo ahí, ¿que tal si se apuraban las cosas y me asesinaba sin más?

—¿Me hablabas?—

Salté de la cama al escuchar la voz de Ella tan cerca de mi, llevé mi mano a mi boca y respiré.

—Vas a matarme antes que él asesino, considerame— dije enojada por el susto.

—Ya calmate, tranquila— dijo.

Había vivido un atentado del destino, tenia heridas en mi braso y en mi pierna además de moretones de dedos en mi cuello, también un asesino que me mataría lo mas cruel posible, quería que me calmara, MALDITA.

—Sabes que puedo leer tus pensamientos, ¿verdad?— soltó una carcajada.

—Si lo sé, quiero que lo escuches así, mi voz mental es mucho mejor que esta— Sonreí.

Se acomodó aun más cerca de mi y miro todas mis heridas.

—¿Lo disfrutaste?— soltó

—¿Porque haces esto Ella? Me preguntas estas cosas para saber si tienes que decirle al destino que aumente la crueldad, para su gusto lo mataré, en el próximo atentado, morirá— expresé segura.

—Pues serás la primera que mata a su asesino y vive para contarlo— nuevamente esa cara burlona estaba ahí.

¿Nadie lo había conseguido? Sabía que no le había hecho nada al asesino esta vez pero no podía siempre salir ileso.

En algún momento yo también lo heriría, ¿o no?

No era posible que nadie lograra matar a su homicida.

—Mientes— susurré.

—¿Porque lo haría? ¿Para darte miedo? Creo que no puedes sentir más miedo del que tienes.

DESCONSIDERADA MALDITA.

—El único que logró matarlo murió en el intento, me alegra decirte que alguien pudo acabar con su asesino, pero también murió, nadie ha salido ileso nunca y eso deja mucho que pensar.

Silencio absoluto.

Palabras más palabras menos, hablaba de que moriría de cualquier forma.

—Vete.

Se levantó de la cama y ondeó su cabello casi en mi cara.

—Parece que al igual que Hera amas esa palabra, te veo en otro momento querida— dice antes de desaparecer.

Un nudo se forma en mi garganta y mis ojos arden por las grandes gotas que salen de ellos, odiaba mi vida, como era que no podía ser normal, quería volver a vivir mi vida normal antes de que sucediera lo de papá.

Ese momento me marco para siempre, entre lágrimas el instante llega a mi mente y solo siento aun más dolor.

El recuerdo no es de otra vida sino la de Jhalia y eso rompe mi alma, que yo viviera eso me hace pensar en que siempre estuve destinada a sufrir y hacer sufrir a otros.

« RECUERDO »

Él Traía un sudadera de piel gris hasta las mangas.

Un desconocido rondaba la casa.

Se metió a la cocina e hizo ruidos extraños mamá lo notó y bajó con mucho cuidado intentando no ser vista de él.

Las luces estaban bajas, la noche estaba muy avanzada y el silencio reinaba en la mansión, todos los empleados estaban acostados y mamá bajaba a tomar agua.

Escuché los ruidos y asomé mi rostro por la endija de la puerta, una Jhalia de unos 15 años con una pijama blanca no sabía lo que sucedería esa noche.

Mamá bajaba las escaleras descalza y atemorizada.

Se detuvo en las escaleras cuando se detuvieron los ruidos, había un hombre dentro de la casa, un ladrón quizás.

Se escucharon pasos hacia arriba y mamá corrió a su habitación talvez a despertar a papá.

Verla correr me atemorizó así que solo puede ver al hombre con la chamarra gris antes de cerrar la puerta de golpe.

Puse seguro a la puerta de inmediato en terror, escuchando los pasos apresurados de mamá a su habitación seguidos de los de ese hombre.

Pero habían pasos que no corrían a la habitación de mamá y papá.

El dueño de los pasos tocó la manija de mi puerta y la giró un par de veces de manera rápida.

El corazón se me atoró en el pecho y empezó a empujar mi cuerpo hacia adelante con sus impulsos.

Al ver que mi puerta no cedió corrió hacia la de mamá y papá, escuché que se abrió y de repente se escucharon gritos y frases no terminadas.

Me decidí a pensar rápido y hacer algo, ese hombre podría estar armado, podría herir a mamá o a papá.

Aun con el miedo que congelaba mi cerebro, abrí la puerta y bajé las escaleras lo mas rápido posible, tomé una daga de la estatua de cera que papá había comprado.

Una daga mediana negra con detalles dorados como hojas levadas por el viento.

La saqué de su vaina y corrí hacia la habitación de mis padres.

La adrenalina corría por mis venas, aumentada por los gritos de mamá.

La habitación estaba abierta, cuando entré el hombre estaba sobre mamá y tenía su cuello entre sus manos.

Mis labios temblaron y solo corrí, me lancé sobre él y traspasé su cuello con la daga y su cuerpo cayó sobre el de mamá.

Lo gritos de mamá cesaron por un momento para luego dejar salir aún uno de horror gigante que me hizo temblar.

Ella intentó levantarse y al hacerlo el cuerpo de ese hombre descanso en el piso de mármol.

La respiración se detuvo en mi y mis ojos se abrieron mucho.

Lleve mi mano a mi rostro, no podía tocarme la mejilla de una forma estable del temblor que me invadía.

La sangre empezó a cubrir la habitación emanada a chorros del cuello de papá, que ya hacía inerte a los pies de mamá.

***

Alonsom0430.

Abismos Eternos © [ Parte 1 Y Parte 2]Where stories live. Discover now