Capítulo 17

5.8K 447 62
                                    

Para mi mala suerte, la reconciliación con Annie se había alargado casi una semana. El jodido pedido de Amazon había demorado más de lo que creí. No sabía que traer algo de Estados Unidos fuese tan tardado.

Durante esa semana había comprobado que sí tenía la tan terrorífica discalculia. Pensé en correr donde Annie a contarle la noticia, pero preferí esperar a que la sorpresa llegara y así obtener el perdón completo.

—Harry tiene un problema señor Styles y tenemos que ayudarlo —finalizó la señorita Mason y yo estaba a punto de devolver mi desayuno encima de ella.

—No se preocupe señorita, haré todo lo que esté en mis manos para ayudar a Harry.

Esperé un puñetazo, un puntapié e incluso un correazo por idiota o por estúpido, pero en cuanto llegamos a casa, lo único que obtuve fueron palabras:

—Ella madre también la tenía, Harry. No me sorprende.

Eso me desconcertó. Yo no quería tener nada que ver con mi madre y que mi papá dijera eso, me dolió más que cualquier golpe que él me hubiese dado. La odiaba.

Entré al instituto y vi a Annie: riendo con Beatrice en los casilleros. Diablos, como quería besarla.

Todas las chicas que había conocido y dejado, lloraban durante semanas por mi, pero Annie se veía tan radiante... pareciera que nada que yo dijera o hiciera podía afectarle.

—¡Hey Harry! —esa chillona y molesta voz, otra vez.

—Ahora no, Samantha —bufé enojado ¿acaso ella no tenía una vida?—. Estoy ocupado. ¿Que haces aquí de todos modos?

—Tengo que hacer un papeleo para mi traslado y hoy es mi último día —ronroneó—, te he extrañado estos meses.

Se acercó a mi y me aprisionó contra el casillero, pasó un dedo por mi cuello y sin querer me estremecí ante su toque. —Sé que tu también me extrañas, querido —sonrió traviesa y mi miembro comenzó a despertar. Sus tetas estaban muy encima de mi.

Desde que había conocido a Annie no había tenido sexo con nadie, y demasiadas semanas de abstinencia estaban pasándome la cuenta. —Te espero hoy en mi casa después de clases —sus caderas rozaron las mías y yo reprimí un gemido—. Sabes que te necesito tanto como tu a mi.

Samantha se alejó contoneando como toda una zorra y fue en ese entonces que me di cuenta de que habíamos montado una escena. A pesar de que solo habían unas cuantas personas, todos me observaban de diferentes maneras: algunos con admiración, como si fuese un ganador, los nerds con asco... y luego estaba la mirada de Annie, decepcionada. De alguna manera yo siempre me las arreglaba para que me mirara así.

Yo no merecía estar con ella. Annie era tan linda, tan inteligente, tan graciosa... y yo, era un idiota.

***

—Adivina quien tuvo sexo anoche —dijo Louis cuando nos sentamos juntos en historia.

—Tu no —afirmé. El me miró a los ojos y sonrió. —Mierda, lo hiciste —confirmé—. ¿Con Betty?

—Si.

— ¿Sólo si? Detalles —exigí. Me sentí un poco envidioso de mi mejor amigo, Annie y yo ni siquiera habíamos llegado a primera base.

—No te los daré. Un caballero no tiene memoria.

— ¿Qué? —reí—. Siempre me cuentas a quién te follaste y en que posición lo hiciste.

—Lo sé, pero esto es diferente. No quiero sonar marica pero... a la mierda, fue el mejor sexo de mi vida y solo estuve allí, sobre ella y mirándola a los ojos.

—Marica —susurré, pero el rió al escucharme.

—Te juro que cuando lo hagas con Annie te darás cuenta. En serio vale la pena la espera —me aseguró. Pero yo estaba a años luz de distancia de estar de esa manera con Annie. Sentía que entre más lo intentaba, mas lejos estaba de ella y que no valía la pena cuanto lo intentara, que siempre habría algo que nos impediría estar juntos.

***

Me subí a mi motocicleta después de que las clases terminaran y me encontré debatiendo si ir a la casa de Samantha o no.

¿Por qué si quiera estaba considerándolo? Aunque mi relación con Annie era un tanto enferma y bipolar, yo quería estar sólo con ella. Pero por otro lado, Samantha tenía razón: extrañaba esa loca y primitiva manera en la que follabamos. Ella era muy buena en lo que hacía.

— ¿Qué hago? —le pregunté en voz alta a mi conciencia.

Obviamente no obtuve respuesta, pedir ayuda divina tampoco era una opción. Hubo un tiempo en el que creía firmemente en Dios, le rogaba cada día con todas mis fuerzas que mamá volviera y que papá dejara de golpearme. Le prometí ser bueno, estudiar, ayudar a los pobres, ser honesto y un montón de cosas más que solo un niño podía ofrecer.

Pero mis súplicas nunca fueron escuchadas, si Dios estaba ahí ¿por qué no me oía? Yo nunca había hecho nada malo, y sin embargo nunca me ayudó. Si el existía debía de reírse en mi cara todos los días y eso me enojó. A la mierda. Iría a follar con Samantha.

Agony » Harry Styles (COMPLETA)Where stories live. Discover now