Agony » Harry Styles (COMPLETA)

Capítulo 31

—No voy a soportar esto —bramó mi padre hacia el doctor—, soy un hombre ocupado y no puedo pasar un mes sin ir a mi trabajo.

El doctor negó con la cabeza. —Siempre es decisión de los pacientes si seguir el tratamiento dado o no —explicó—, pero es mí deber advertirle, que si no sigue mis indicaciones usted puede morir, incluso mañana mismo.

Papá lucía cansado, agotado y derrotado. Había pasado días sin ir a la oficina y se notaba que estaba ansioso por volver a trabajar. Él siempre había mencionado que sus incompetentes trabajadores no hacían nada bien si él no estaba ahí vigilándolos.

—Está bien, deme el jodido tratamiento.

—Necesitará tomar medicamentos, casi todos anticoagulantes, posiblemente por el resto de su vida. Siempre hable conmigo antes de suspender o cambiar la forma de tomar cualquier medicamento —indicó—. Tendrá que hacer una dieta cardio-saludable, estar activo, hacer ejercicio de manera segura y dejar de fumar y de tomar alcohol totalmente. Tome de 30 a 60 minutos para descansar por la tarde durante las primeras 4 a 6 semanas. Trate de acostarse temprano y duerma bien. Espere al menos dos semanas antes de retomar la actividad sexual. No tome Viagra, Levitra, Cialisni ningún suplemento herbal para los problemas de erección sin consultarme primero.

Papá gruñó ante las indicaciones, supuse que las relacionadas con el alcohol no le habían gustado demasiado. — ¿Eso es todo?

—Todo por ahora —respondió el profesional—, según su evolución, veremos si es necesario el marcapasos. Por su bien señor Styles, manténgase en reposo hasta que eso pase.

—Está bien —respondió sin objeción, lo que por cierto me sorprendió bastante—. Vámonos, Harry.

Le ayudé a sentarse en la silla de ruedas, pero me alejé al instante al oír que no quería que le ayudara. Papá nunca había querido depender de nadie y supuse que ahora no sería la excepción.

Empujé la silla de ruedas por los pasillos del hospital hasta llegar al auto de papá. No protestó cuando tuve que ayudar a subirse al vehículo, pero pude saber que le molestaba con solo ver su rostro.

—Puedo ayudarte —rompí el ensordecedor silencio en el que nos encontrábamos inmersos desde algunos minutos de viaje—. Ya sabes, con el trabajo. Puedes trabajar desde casa y yo ir a la oficina después de clases o asistir a las reuniones presenciales.

—No vas a descuidar tus estudios —el tono duro con el que hablaba me asustó.

—No lo haré —hablé suave para evitar que se exaltara—. Sabes que me gusta hacerlo y los inútiles de tus empleados necesitarán a alguien que les diga que hacer —agregué solo para tener un punto. Sabía que papá se convencería con semejante argumento.

—Está bien. Pero si vas a hacer esta mierda, la harás bien. Irás todos los días después del instituto y no quiero que bajes una sola calificación mientras lo hagas.

—Ok —respondí y el silencio nos inundó otra vez.

Luego de unos minutos de camino, al fin llegamos a casa. Yo no estaba acostumbrado a pasar tiempo con mi papá, por lo que el viaje a casa se había tornado más largo e incomodo de lo normal y cuando llegamos mi alivio fue inmediato.

—Estoy muy cansado, subiré a dormir. No me despiertes —asentí con la cabeza en un gesto de aprobación y vi a papá desaparecer detrás de un estruendoso portazo. Tenía un rato libre después de todo.

Subí a mi cuarto y me arrojé en la cama, cansado. Suspiré. Me sentí aliviado, luego de toda la situación por la que había pasado las últimas semanas, más tranquilo con respecto a papá y mucho más seguro de mi relación con Annie. No había habido peleas durante todo ese tiempo y ella siempre estaba allí cuando yo más lo necesitaba.